H A M B R E
Comentario y Conclusión de Máximo Kinast
El artículo (en realidad es un discurso) que me envía Oscar desde Suecia tiene un par de defectos de forma y uno de origen; pero en el fondo es impecable y de gran claridad.
El "defecto" de origen es que proviene de fuentes marxistas. Ha sido tanta la publicidad contra Cuba y contra Fidel, que todo lo que digan queda mediatizado y hay una tentación a rechazarlo sin leer. Muchas veces he dicho que no soy, no he sido –y muy posiblemente- no seré marxista en el resto de mi vida. Eso no me impide reconocer algunos aciertos de Marx y de la Revolución Cubana, sin negar sus defectos (sobre los que se ha escrito demasiado). Sus médicos están ayudando en todo el mundo y gratis. Su población es pobre, pero sus niños no mueren de hambre, como en el resto de países de este planeta. Sólo la estupidez de cada uno puede prohibir buscar la información en todas las fuentes posibles. Sólo la estupidez de cada uno le hará rechazar a priori y sin haber leído, lo que dice este artículo. Es inevitable. La estupidez humana es grandiosa y respeto su derecho a seguir siéndolo.
Entre los defectos de forma esta el citar tres o cuatro veces a Fidel, al que ahora llaman Fidel, como lo hace todo el resto del mundo, sin añadir títulos, pero lo citan en un culto a la personalidad bastante trasnochado. Y no es que las citas no vengan al caso. La crítica es sólo a la forma. El fondo, citas incluidas, es impecable.
Hay otros detalles que no citaré, pero falta una conclusión, que me he permitido añadir.
Cordialmente
Máximo
Estimados, la Unión Europea -calculo- posee en la actualidad un presupuesto de no menos de 160 mil millones de dólares, de los cuales más del 50% de ellos se destina a la subvención de la agricultura, con el objeto estabilizador de los precios de sus productos agrícolas. Es decir, que le pagan al campesino europeo para que no produzca, y de esa manera mantener el actual precio del grano. Los países ricos se dan este lujo mientras que en los países del tercer mundo mueren millones por inanición. A este fenómeno es lo que yo llamo irracionalidad del sistema. Todo el mundo conoce que los Estados Unidos de América subvenciona con miles de millones de dólares a sus agricultores, en su competencia desleal con los países que han firmado, -a conciencia de sus gobernantes-, el Tratado de Libre Comercio, entre ellos , Chile. Al respecto, les recomiendo la actual intervención del cubano Esteban Lazo.
Saludos cordiales/Oscar
CUMBRE PRESIDENCIAL
SOBERANIA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA
ALIMENTOS PARA LA VIDA
REALIZADA EL MIERCOLES 7 DE MAYO DE 2008
EN MANAGUA, NICARAGUA.
(Discurso de Esteban Lazo)
Los datos son harto elocuentes. En el año 2005, pagábamos para importar una tonelada de arroz 250 dólares; ahora pagamos 1,050 dólares, cuatro veces más. Por una tonelada de trigo pagábamos 132 dólares; ahora pagamos 330 dólares, dos veces y media más.
Por una tonelada de maíz pagábamos 82 dólares; ahora pagamos 230 dólares, casi tres veces más. Por una tonelada de leche en polvo pagábamos 2200 dólares; ahora 4,800 dólares. Es una situación perversa e insostenible.
Esta realidad impacta en los mercados internos de la mayoría de los países de nuestra región y del mundo, afectando directamente a la población, en particular a los más pobres, y llevando a la indigencia a millones de personas. Hay países que hace sólo unas décadas se autoabastecían de arroz y maíz. Pero las recetas neoliberales del FMI los llevaron a liberalizar el mercado e importar cereales subsidiados de EEUU y Europa, con lo cual fue erradicada la producción nacional. Con el aumento de los precios a los ritmos señalados, un número creciente de personas ya no puede comer estos alimentos básicos. No es sorprendente entonces que acudan a la protesta, que salgan a las calles a buscar cualquier modo de dar de comer a sus hijos.
Como alertara Fidel desde 1996, en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: "El hambre, inseparable compañera de los pobres, es hija de la desigual distribución de las riquezas y de las injusticias de este mundo. Los ricos no conocen el hambre". "Por luchar contra el hambre y la injusticia han muerto en el mundo millones de personas".
La crisis alimentaria que hoy nos convoca, es agravada por los altos precios del petróleo y por el impacto sobre ellos de la aventura bélica en Irak; por el efecto de estos precios en la producción y el transporte de los alimentos; por los cambios climáticos; por el creciente destino de importantes cantidades de granos y cereales de EEUU y la Unión Europea para la producción de biocombustibles, y por las prácticas especulativas del gran capital internacional, que apuesta a los inventarios de alimentos a costa del hambre de los pobres.
Pero la esencia de la crisis no radica en estos fenómenos recientes, sino en la desigual e injusta distribución de la riqueza a nivel global y en el insostenible modelo económico neoliberal impuesto con irresponsabilidad y fanatismo en los últimos veinte años.
Los países pobres que dependen de la importación de alimentos, no están en condiciones de resistir el golpe. Sus poblaciones no tienen protección alguna y el mercado, por supuesto, no tiene la capacidad ni el sentido de la responsabilidad de brindársela. No estamos ante un problema de carácter económico, sino ante un drama humanitario de consecuencias incalculables, que –incluso- pone en riesgo la Seguridad Nacional de nuestros países.
Adjudicar la crisis a un consumo progresivo de importantes sectores de la población de determinados países en desarrollo con crecimiento económico acelerado, como China e India, además de ser un planteamiento insuficientemente fundamentado, entraña un mensaje racista y discriminatorio, que ve como un problema que millones de seres humanos tengan acceso, por primera vez, a una alimentación digna y saludable.
El problema, como se expresa en nuestra región, está esencialmente ligado a la situación precaria de los pequeños agricultores y de la población rural de los países subdesarrollados, así como al papel oligopólico de las grandes empresas transnacionales de la industria agroalimentaria.
Éstas controlan los precios, las tecnologías, las normas, las certificaciones, los canales de distribución y las fuentes de financiamiento de la producción alimentaria mundial. Controlan también el transporte, la investigación científica, los fondos genéticos, la industria de fertilizantes y los plaguicidas. Sus gobiernos, en Europa, Norteamérica y otras partes, imponen las reglas internacionales con que se comercian los alimentos y las tecnologías e insumos para producirlos.
Los subsidios a la agricultura en los EE.UU. y la Unión Europea no sólo encarecen los alimentos que éstos venden, sino también imponen un obstáculo fundamental para el acceso a sus mercados de las producciones de los países en desarrollo, lo que incide directamente sobre la situación de la agricultura y de los productores del Sur.
Se trata de un problema estructural del orden económico internacional vigente y no de una crisis coyuntural que pueda resolverse con paliativos o medidas de emergencia. Promesas recientes del Banco Mundial de destinar 500 millones de dólares devaluados para aliviar la emergencia, además de ridículas, parecen una burla.
Para atacar el dilema en su esencia y sus causas, se requiere someter a examen y transformación las reglas escritas y no escritas, las acordadas y las impuestas, que hoy gobiernan el orden económico internacional, y la creación y distribución de riquezas, particularmente en el sector de la producción y distribución de alimentos.
Lo decisivo realmente hoy es plantearse un cambio profundo y estructural del actual orden económico y político internacional, antidemocrático, injusto, excluyente e insostenible. Un orden depredador, responsable de que –como dijera Fidel doce años atrás- "Las aguas se contaminan, la atmósfera se envenena, la naturaleza se destruye. No es sólo la escasez de inversiones, la falta de educación y tecnologías, el crecimiento acelerado de la población; es que el medio ambiente se deteriora y el futuro se compromete cada día más".
Al mismo tiempo, coincidimos en que la cooperación internacional para enfrentar este momento de crisis, es impostergable. Se requieren medidas de emergencia para aliviar con celeridad la situación de aquellos países donde ya se producen disturbios sociales. Se necesita también lograr un impulso en el mediano plazo para estimular planes de cooperación e intercambio, con inversiones conjuntas que aceleren en nuestra región la producción agrícola y la distribución de alimentos, con un firme compromiso y una fuerte participación del Estado. Cuba está dispuesta a contribuir modestamente en un esfuerzo de esa naturaleza.
El Programa que hoy nos propone el compañero Daniel, en un empeño por aunar el esfuerzo, la voluntad y los recursos de los miembros del ALBA y los países de Centroamérica y el Caribe, merece nuestro respaldo. Presupone el claro entendimiento de que la actual situación alimentaria mundial no es una oportunidad como piensan algunos, sino una crisis muy peligrosa. Entraña un reconocimiento expreso a que nuestro esfuerzo debe dirigirse a defender el derecho a la alimentación para todos y a una vida digna para los millones de familias campesinas hasta hoy expoliadas, no a aprovechar la ocasión para intereses corporativos o mezquinas oportunidades comerciales.
Hemos discutido con amplitud sobre el tema. Ahora lo que corresponde es actuar unidos, con audacia, solidaridad y espíritu práctico.
Si ese es el objetivo común, se puede contar con Cuba.
Concluyo recordando las previsoras palabras expresadas por Fidel en 1996, que todavía resuenan por su actualidad y hondura: "Las campanas que doblan hoy por los que mueren de hambre cada día, doblarán mañana por la humanidad entera si no quiso, no supo o no pudo ser suficientemente sabia para salvarse a sí misma."
Muchas gracias.
INTERVENCION DE ESTEBAN LAZO HERNANDEZ, VICEPRESIDENTE DEL CONSEJO DE ESTADO DE LA REPUBLICA DE CUBA EN LA CUMBRE PRESIDENCIAL SOBERANIA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA, ALIMENTOS PARA LA VIDA, REALIZADA EL MIERCOLES 7 DE MAYO DE 2008, EN MANAGUA, NICARAGUA.
CONCLUSIÓN
Creo que la Humanidad tiene pocas posibilidades de sobrevivir al neoliberalismo. La destrucción ha sido devastadora, incluyendo las ideas, el medio ambiente, las estructuras sociales, los usos y costumbres y la bio diversidad entre otros ítems.
Lo más perverso ha sido el endiosamiento del dólar (Consenso de Washington), una moneda que no tiene respaldo y que su abundancia es tal que se podría comprar cientos de veces todo el planeta con los que existen, sin contar con que la maquinita de fabricarlos sigue funcionando sin parar.
En esta situación es más que Urgente, es DE VIDA O MUERTE, la necesidad de unirse entre los pueblos para evitar que en vez de alimentos, los gobiernos y USA nos sigan metiendo el dedo en la boca. Y ninguna de mis dos afirmaciones es un eufemismo.
Cordialmente
Máximo
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andres paz -