TRANSPORTE COLECTIVO
2 de abril 2001
Se inauguró el 26/03/01 un Plan de Transporte Urbano para Santiago y en el mismo día se consiguen atascos históricos. Colas larguísimas en el sector sur de la capital, en tanto que en la zona norte, los vecinos, queman neumáticos y organizan barricadas. Las autoridades, como es lógico, declaran que aumentó un 16% el uso de los transportes públicos y un 40% la fluidez del tránsito. ¡¡Genial!!
La raíz del problema, el neoliberalismo, representado por más de 30 mil propietarios de vehículos (buses, llamados micros), que no se ponen de acuerdo, que realizan recorridos muy largos, en una diaria y constante competición por capturar al pasajero que está esperando en la siguiente esquina.
¡Una verdadera carrera por las calles de la ciudad! Con adelantamientos audaces, con cruces y saltos de semáforos, con paradas a media marcha para que los pasajeros salten a tierra, algo que los santiaguinos saben hacer a la perfección, pero los extranjeros y los que hemos perdido la práctica vemos como algo sumamente arriesgado. Hablo de que es habitual dejarse caer del vehículo en marcha, para evitar que otro autobús le adelante y consiga los pasajeros que esperan en la siguiente parada.
Todo sea por mantener la subsidiariedad del Estado y la libertad del mercado, que regula sabiamente el número de accidentes de circulación. Que Santiago sea una de las ciudades del mundo con peor servicio de locomoción colectiva; que los empresarios del transporte ni siquiera ganen dinero por la competencia salvaje; que los pasajeros vayan de peor humor, a merced de los giros bruscos y la conducción temeraria; nada de ello tiene importancia. Chile es y será un país de jaguares o pumas, o cualquier cosa, lo más lejos posible de los seres humanos.
Máximo Kinast Avilés
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