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Máximo Kinast Avilés

EL ABUSO ES CONSTANTE EN CHILE

(Enviado por Luis Casado)

Contar -con palabras e imágenes- el abuso constante en Chile a un público de 480 millones televidentes en el Medio Oriente, tuvo una reacción insospechada. Los comentarios desde lugares de revueltas sociales y represión completa, no cesaban de exponer su incredulidad. “Y no era que Chile es un país modelo de la democracia?” se preguntaban. Para ellos era inexplicable que se reproducía la misma violencia en el Medio Oriente que en Chile, país tan lejano en Sur América. “Nosotros peleamos por la libertad y en contra de la pobreza sometida pero ustedes en Chile qué han hecho para que los abusen de esa manera?” me preguntaba uno desde Egipto hace ya un mes.

O sea, lo que en Chile nos han acostumbrado entender como algo normal, no lo es. No es normal que con solo 15 minutos de marcha pacífica, se lance agua tóxica sobre los transeuntes.

No es normal que tras 20 minutos, siempre se bombardee con bombas lacrimógenas neurológicas.

No es normal que apunten con las mismas bombas a las entradas del Metro de Santiago, llenando los túneles con gases infernales por días.

No es normal que el mismo Metro por los altoparlantes pida que los pasajeros cierren las ventanas para evitar gases en los trenes.

No es normal que por tu estética corporal te lleven detenido arbitrariamente. No es normal que niñ@s de meros 13 años sean abusados a palos y patadas en el craneo por estar presentes en las tomas de sus colegios.

No es normal. No es normal que Carabineros tenga que importar desde regiones a cientos de pelados para reprimir. Es que no es normal.

No es normal que las ciudades de Chile estén sitiadas por la fuerza del Ministerio del Interior con el beneplácito de Intendentes y Alcaldes.

Un chico de apenas 21 años de una familia sin recursos, fue brutalmente golpeado en la cabeza para luego ser detenido en la carcel El Manzano de Concepción. Figuraba en una marcha de la Universidad de Concepción en apoyo a las familias en Dichato que pedían la reconstrucción mínima tras 17 meses de nula gestíon por parte del gobierno. En Dichato, por supuesto, llovieron bombas lacrimógenas y palizas por parte de Carabineros. Niños y ancianos no fueron excluídos. El abuso chileno es democrático.

Imputan a Recaredo Galvez de ‘homicidio frustrado’ y ‘porte de arma ilegal’. La siempre atenta fiscalía pide dos (DOS!) meses de investigación para averiguar si acaso su arma mortal -un molotov- estaba en su mano o no. Qué cientos de testigos digan que así no fue, importa poco. Qué el médico presente alega que la golpiza a su cabeza lo dejaba con riesgo vital, tampoco importó. Casos como el de Recaredo ya son cientos en la reciente historia de Chile.

Te detienen, te imputan y ahí, quedas pudriéndote en la carcel mientras se arma un caso en contra de ti con evidencia inventada. Eso es si tienes suerte. A otros le chantan testigos encapuchados y pruebas ficticias. Eso es si eres Mapuche.

El hecho que Recaredo @recarex sea de origen ‘menos próspero’, que sea secretario general de la Federación de la Universidad de Concepción (elegido entre pares), que sea joven, que no tenga miedo, que salga a la calle y no se esconda entre cuatro paredes, lo convierte en otra bandera de lucha en contra de un sistema que ya no da para más.

Tanto los estudiantes como los Mapuche se han dado cuenta de que el origen nefasto de la tremenda desigualdad es una Constitución que factiblemente establece que el Mercado está por sobre cualquier actividad del Estado mismo.

Un Estado tan reducido que solo le queda su brazo represor: Carabineros de Chile, estamento compuesto por gente del mundo más pobre del país y con pagos mensuales ridículos.

Entonces, no es raro que Chile trate a sus ciudadan@s tal como en un país africano o arabe.

60% del país vive como en Angola, tal como corresponde. Y eso si que es normal, tal como corresponde a una Constitución como la nuestra. El pobre es pobre aquí y en el Medio Oriente. Por eso, el pedido de una reconstrucción digna de Chile tiene como resultado palizas y abusos.

Qué cuatro familias chilenas hayan amasado fortunas de 50 mil millones de dólares gracias a nuestra Constitución, también corresponde. El golpe al craneo de Recaredo es solo un ejemplo de cómo se defiende tamaña riqueza (con o sin molotovs inventados) y cómo se procura que el país más privatizado del mundo siga así.

Las imágenes de lo que ocurre en Chile dan vuelta el mundo. Y no se preocupen, somos muchos dedicados a denunciar. Recaredo no está solo ni tampoco es el único.

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