ROJO Y VERDE
El día 13 de septiembre de 2010 a las 11am fuimos a la fosa donde
estuvieron enterrados bajo tierra alrededor de 20 personas que
defendieron heroicamente el Palacio de la Moneda. Sin la suerte de
nuestros mediáticos mineros, todos murieron ametrallados, dinamitados
y posteriormente arrojados al mar. Pese a esta barbarie y al esfuerzo
por hacerlos desaparecer, ellos resurgen de la tierra dando testimonio
de los actos cobardes de la dictadura.
Paradójicamente el paisaje era muy bello, pese a lo escalofriante de
la fosa de tierra roja, seguramente abierta por las investigaciones que
se realizaron, el día estaba muy despejado, el pasto tenia un verde
luminoso que no se me borra de la cabeza, los pájaros cantaban
ingenuos de lo que nos sucedía y desde el lugar era posible ver la
columna vertebral de la cordillera. Hacían 37 años exactos, el mismo
día, la misma hora y con un día muy soleado, miraron por última vez la
cordillera y ese intenso color verde de primavera.
Trate de retener todo a mi alrededor, me concentré en los olores, los
colores, los sonidos, las montañas, los objetos, tratando de compartir
con mi padre aquel momento y me quedé tranquilo.
Lo que me tranquiliza es que todos murieron con mucha entereza, los
veo claramente parados mirando la cordillera, con la cabeza erguida y
gritando ideales hoy olvidados; los veo mirando fijamente a los ojos
de sus ejecutores, que no pueden olvidar esta intensidad y que aun hoy
hace que se revuelquen sin poder dormir.
Lo que me tranquiliza, escuchen bien, es que no me siento una victima,
me siento hijo de un Héroe.
A mi padre, Ricardo Pincheira Nuñez.
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Máximo Corvalan-Pincheira
Artista Visual
www.maximocorvalan.cl
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