NECESITAMOS DOS MILLONES DE VIVIENDAS ANTES DEL INVIERNO
Por Máximo Kinast Avilés
Chile es un país de terremotos. El año 60 tuvimos el mayor cataclismo de la historia (9,6 Rochter) en Valdivia, seguido de maremoto (hoy decimos tsunami).
Los chilenos tenemos muchos defectos, pero a mi juicio una virtud, somos capaces de crecernos ante las desgracias. El pueblo de Chile, los sectores mas pobres son, además, solidarios. Gracias a ellas, las mujeres pobres de Chile, durante 17 años hubo una oposición activa y pacifica a la Dictadura.
El ejemplo de esas mujeres puede servir ahora, creando lazos y nexos entre los damnificados. Organizaciones como Comprando Juntos, y tantas otras, sirvieron para soportar y sobrevivir a 17 años de infamia. Hoy son necesarias. Habrá que recrear los Barrios de a Pie (argentinos) y otros Grupos de Afinidad similares, porque el Gobierno no podrá reconstruir más de 120 mil viviendas por año ni atender las necesidades de energía y calor de más de 8 millones de chilenos, prácticamente el 50 % de la población que se ha quedado sin casa o con su casa severamente dañada por el sismo.
Una importante idea la propone Jorge Lavandero en el Foro de discusión sobre Chile foro-chile@lists.andrew.cmu.edu
COBRAR UN IMPUESTO AL COBRE.
Jorge dice: “…el daño producido es de 500 mil viviendas en el suelo hasta ahora y de 1,5 millones de viviendas seriamente afectadas, esto significa una situación grave para más de 8,5 millones de chilenos”
La única forma de financiar la reconstrucción es poner un impuesto a la salida del cobre. No tenemos otro recurso y la situación es de vida o muerte. Con pocos recursos energéticos y con la mitad de la población sin una vivienda adecuada a los rigores del clima, es duro vaticinar que este invierno morirá mucha gente que salvó su vida del terremoto y del tsunami.
Lavandero complementa esta idea, con la de destinar esos recursos extras (provenientes del impuesto a la salida del cobre), a la compra de viviendas prefabricadas de buena calidad. Al parecer no hay otra forma de conseguir o construir dos millones de viviendas antes del invierno.
La alternativa es simple: O cobramos un impuesto a las multinacionales del cobre o dejamos que unos cuantos millones de chilenos se mueran de frío.
Si alguien tiene otra solución, por favor, que la diga en este mismo blog o donde quiera, pero por favor, que no se calle.
1 comentario
David Valencia -
Aprovecho este espacio, si es que alguién puede colocar en la palestra una cuestión, que ahora se revela lo descabellada que es en toda su magnitud, y no es otra, que en el afán de aumentar la capacidad energética del país, ha habido momentos, en que desde el gobierno y seguramente asuzados por los empresarios, que pretenden se construyan centrales nucleares, siendo que son excesivamente caras y además altamente riesgosas. Si es que hay algo de cordura, por favor: no a las centrales nucleares.