Si lo que ha sido difundido, ayer y hoy y por distintos medios, respecto de conversaciones para concretar un posible pacto de apoyo mutuo entre las candidaturas de Marco Enríquez-Ominami, de Jorge Arrate, y de Eduardo Frei, fuera cierto, sería, en mi opinión, el punto final de esta campaña presidencial y probablemente deberíamos pasar a prepararnos para un próximo gobierno de Piñera...
Estas conversaciones tienen el efecto de, en la candidatura de Marco Enriquez-Ominami, colocarlo dentro del mismo establishment político que el mismo ha denunciado y prometido combatir. Le hacen perder credibilidad y autenticidad y, hecho no menor, le hacen aparecer como alguien que esta dispuesto a negociar el capital político alcanzado --a espaldas de sus adherentes-- en función de objetivos cortoplacistas que no quedan en absoluto claros. Y si esta negociación fuera cierta, la de apoyar a otro candidato en la posibilidad de que el no esté presente en la papeleta de la segunda vuelta, le restará apoyo político y capacidad de convocatoria frente a la urgente necesidad de generar un cambio a la estructura de partidos, al sistema político imperante, y a la creación de una fuerza verdaderamente transformadora del status quo actual.
Es también, hasta cierto punto, una negociación inútil porque --como el mismo candidato lo ha manifestado-- el no es dueño de su votación y su eventual llamado a apoyar a alguno de los otros candidatos no será necesariamente escuchado ni asumido por una cantidad importante de sus adherentes.
P.
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UNA RESPUESTA QUE SUSCRIBO:
Tienes absolutamente toda la razón, P.! La propuesta de "pacto mínimo" que ha hecho Arrate tiene por objetivo desbancar a Enríquez-Ominami y terminar con su carrera política actual y futura de una vez por todas si es que comete el disparate de caer en la trampa de tal pacto, lo que confirma mi hipótesis de que Arrate es sólo funcional a la candidatura de Frei.
Por lo visto, no contento con ello, ahora Arrate pretende pasar a ser activamente funcional a la candidatura e Frei y ver si, además, puede lograr una "mordida", como dicen los mexicanos. Realmente repugnante!
Si a Arrate le preocupa tanto que gane Piñera y fuera auténticamente patriótico, debería bajar su candidatura de inmediato, votar por Enríquez-Ominami en diciembre pues es quien tiene la mejor opción de derrotar a Piñera e invitar a sus adherentes a hacer lo mismo.
Hermman
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