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Máximo Kinast Avilés

JUSTICIA

JUSTICIA
2 de abril de 2001

En Chile, el país de lo insólito, no es posible la Justicia y la Verdad, al menos como se entiende en Europa o en otros países.

CONCEPTO DE JUSTICIA EN CHILE. Mire usted, me decía un ex militar, yo soy un hombre bueno. A ese señor lleno de odio que quiere llevarme a los Tribunales sólo lo torturé durante unas semanas. Ese señor no comprende que yo no lo maté porque soy bueno y no quise matarlo. Ese señor no capta todo el heroísmo que se necesita para salvar a la Patria con una picana eléctrica. Ese señor, que insiste en juzgarme, no capta que si yo lo hubiese matado, ahora no podría denunciarme. ¡De puro bueno que soy, es por lo que estoy en este problema! Lo que pasa con ese señor es que es intrínsecamente malo y sólo desea vengarse por lo que le hice y no considera que fue una guerra y que yo no quise matarlo...

Esta posición irracional de los asesinos y torturadores es defendida, a veces, sutilmente, por El Mercurio y aceptada por el Ministerio de Justicia. Al señor Ministro de Justicia le agradaría que la aceptáramos todos, así podría realizar sus sueños de privatizar las cárceles para ganar dinero con el trabajo esclavo de los Presos Comunes y Políticos, que para este efecto de producir beneficios -estos últimos, los Presos Políticos- adquirirían existencia real. Porque ha de saber usted, amable lectora o lector, que para el Gobierno Lagos, en Chile no existen Presos Políticos.

Estos conceptos retorcidos y viciados de Justicia se generan en la Fundación Paz Ciudadana, creada, financiada y dirigida por Agustín Edwards, el mismo desvergonzado que pidió y obtuvo de Kissinger, en 1973, un millón seiscientos mil dólares para desestabilizar Chile y derrocar al Gobierno constitucional y elegido legalmente del Dr. Salvador Allende. En Chile, el ladrón va tras el Juez y este personaje siniestro que dictamina lo que es moral y lícito, usando sus propios términos, debería ser definido como un traidor a la patria.

Maximo Kinast

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