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Máximo Kinast Avilés

COMENTARIOS A SU PRIMER DISCURSO COMO PRESIDENTA ELECTA

Por Máximo KInast


 Me ha emocionado, Doctora Bachelet. Quiero creerle y creo que Chile quiere creerle. Por eso quiero recordar una vieja costumbre chilena, de cuando éramos un país respetado por su Democracia. El Presidente de Chile contaba con cien días de gracia, a contar desde el momento en que asumía el mando. Durante esos días, nadie, ni sus más enconados adversarios, criticaban su gestión. Los políticos no comentaban los actos del nuevo Mandatario y si lo hacían, recurrían a términos respetuosos y objetivos. Era otro país, claro, y otra época. Ojalá vuelva el respeto a los cargos electos y a S.E. la Doctora Bachelet le concedan cien días de respeto.

Quiero creer en sus buenas intenciones, porque es justo ‘‘que se pueda estimular a los que emprenden y avanzan, pero al mismo tiempo auxiliar a los que se quedan atrás’’. Con todo respeto le recuerdo que los momios no comparten esa intención. Más bien, nuestra derecha, harto cavernícola adora esos versos de Quevedo: ‘‘Ande yo caliente y ríase la gente’’. Pero usted ha hecho una promesa que le costará cumplir: ‘‘¡Mi gobierno será un gobierno de unidad! ¡Seré la Presidenta de todos los chilenos!’’ Pienso que somos muchos los chilenos que compartimos ese deseo, pero también son muchos los que torpedearán sus buenas intenciones.

Creo que la mayoría de chilenos de la Región XIV apoyarán sus buenas gestiones, porque usted los ha expresado muy bien: ‘‘¡Porque lo que está en juego es la risa de nuestros niños! ¡La tranquilidad de nuestras madres! ¡El bienestar de nuestros trabajadores! ¡La felicidad de nuestra gente!’’ Y con visión de estadista, añade más adelante: ‘‘Pero para atreverse a emprender e innovar, las chilenas y chilenos también deben saber que la sociedad en que viven los protege’’. Ahí está la madre del cordero. Usted ha dado en el clavo con precisión de cirujano. Póngale usted, Excelentísima Doctora y Presidenta de Chile, póngale usted el cascabel al gato, porque usted lo ha ofrecido, porque usted es la Mandataria y su pueblo, el pueblo de Chile encalillado, sin posibilidades de trabajo ni de estudiar, con jubilaciones míseras y sin derecho a la salud, ese pueblo de Chile que la ha elegido, es el Mandante, como usted muy honestamente lo reconoce en su discurso.

Cumpla usted con su compromiso, que en buena hora ha sido manifestado. Usted lo ha dicho: ‘‘Mi compromiso es que el año 2010 habremos consolidado un gran sistema de protección social. Un sistema que dé tranquilidad a los chilenos y sus familias. La tranquilidad de saber que tendrán un trabajo decente. La tranquilidad de saber que sus hijos podrán estudiar y desarrollarse. La tranquilidad de saber que una enfermedad no tirará por la borda años de esfuerzo. La tranquilidad de saber que tendrán una vejez digna. Eso aspiramos todos. Eso garantizará mi gobierno’’.

Cumpla sus promesas y se habrá ganado un sitio junto a los dos grandes Presidentes que ha tenido Chile, Don Manuel Balmaceda y el Compañero Presidente Salvador Allende. Sólo diga lo que piensa y haga lo que dice. Siga usted así y la respetaremos, no sólo estos cien días, hasta el 11 de junio del 2006, sino que por muchos años Chile reverenciará su memoria.

Es usted la primera mujer Presidente de Chile y tiene posiblidades de hacer un gran gobierno, sólo ha de ser usted misma y cumplir con sus promesas. Por favor, no olvide entre los oropeles del Poder que usted ha dicho: ‘‘La gente no quiere sólo derecho a voto, sino también derecho a voz. Quiere ser escuchada. Quiere forjar su propio destino. En mi gobierno daremos cauce a esas ganas de participar. Forjaremos una gran alianza entre política y sociedad. Entre representantes y representados’’ Me habría gustado más aún si en vez de ‘gente’ hubiese dicho ‘pueblo’, pero aún así, en el lenguaje políticamente correcto que permite el Imperio, usted ha demostrado ser valiente y tener ganas de cumplir.

1 comentario

Maximo Kinast -

Con el nuevo Gabinete y el Enano Maldito metido al medio, estoy empezando a sospechar que me equivoqué y nos va a resultar más Neoliberal que el Laguin que se va.