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Máximo Kinast Avilés

PODER Y DIFERENCIACIÓN

(Escrito en Barcelona entre 1989 y 1991 por Máximo Kinast)

No estoy en contra de las más sagradas aspiraciones de la humanidad. Si fuese así no escribiría una línea. Pero la verdad exige varias páginas para ver la luz.

Pienso que si aclaramos un poco el panorama estaremos más cerca de alcanzar un cierto grado de igualdad, aunque estoy seguro que la igualdad total, absoluta es un mito y seguirá siéndolo, porque está en la naturaleza misma de los seres humanos ser diferentes entre sí.

Hay diferencias notables que saltan a la vista y, por lo tanto, no necesitan análisis ni defensa, son simplemente diferencias naturales, biológicas como el sexo, el color de la piel, del pelo, de los ojos, el tipo sanguíneo, la estatura, la contextura, el desarrollo del cerebro o de los músculos, etc.

Hay diferencias perceptibles debidas a la cultura a que se pertenece y que nos hace ver como naturales, humanas las nuestras y absurdas, peligrosas o indignantes las ajenas.

Estas diferencias son causadas por la educación y aprendidas por imitación. Sugerimos leer "Al Filo del Futuro" de Howard Fast).

Son creencias defendidas con todas nuestras fuerzas como si fuesen verdades superiores, en casos extremos consideradas divinas, revelaciones de una divinidad superior, en otras respetadas por ser obra de nuestros antepasados.

Nunca son analizadas ni cuestionadas, aunque los factores externos, nuestro entorno sufra cambios.

A veces, las costumbres quedan obsoletas y se pierden en el olvido o pasan a formar parte del folklore antes de perderse para siempre.

Una parte de la sociedad, la parte marginada, suele oponerse con violencia (la mayoría de las veces) o pasivamente a algunas costumbres que la afectan directamente; pero lamentablemente es también esta parte menos culta, con menores conocimientos, la que defiende con mayor fanatismo y fuerza la permanencia de costumbres nefastas, inhumanas o inadecuadas al buen desarrollo de una sociedad libre y justa.

Sucede así porque no tienen acceso a la cultura y sus conocimientos suelen ser prejuicios que configuran su personalidad y se confunden con valores.
Posiblemente existen muchas otras diferencias entre los seres humanos, pero hay dos que considero fundamentales:

El Grado de Poder y el Grado de Diferenciación

Se trata, por definición, de diferencias cuantitativas aunque su cantidad sea difícilmente mensurable.

El Grado de Poder es una importante diferencia natural entre los seres humanos, que resulta muy difícil captar.

Podemos intentar simplificar diciendo que hay seres humanos Alfa, seres Beta, Gama, etc. Pienso en un Poder natural que emana de cada ser humano estableciendo una jerarquía. Tanto en grupos de humanos de condición muy humilde, como muy alta, siempre hay alguno en cada grupo al que los demás consideran su líder.

En las empresas se hacen organigramas, basados en la posición de cada persona en relación a su puesto de trabajo y al mando u obediencia referido a los demás; pero es muy raro que se haga un sociograma que revele la posición de cada uno dentro de la Empresa basado únicamente en su prestigio natural, en su Poder personal sobre los demás.

Es muy posible que las habilidades naturales, en los tiempos primitivos, tales como la fuerza física o la facilidad de expresión, permitieran establecer jerarquías en las proto tribus de prehomínidos.

Hoy es posible que estas dotes naturales de poder afloren en casos de fuertes cambios, convulsiones sociales, como una guerra, una revolución o un terremoto. Pero en la vida social actual es casi imposible para un humano Alfa actuar como tal. Esto es porque el Poder se ha revestido de simbolismos, manifestaciones externas, casi siempre ajenas a la naturaleza verdadera del ser humano que lo ejerce.

Hay un mínimo de Poder basado en la fuerza o la destreza física y es el que tienen los grandes deportistas, los campeones olímpicos. Mayor lo tuvieron en la Grecia clásica. Hoy es casi un momento efímero de gloria. También existe este tipo de poder en los grupos marginales, especialmente en asociaciones rufianescas de corte delictivo, como suele ocurrir en los bajos fondos y en las cárceles.

Hay un Poder emanado de la actividad y posición social, como sucede con los profesionales, maestros, abogados, etc. Los médicos son un caso aparte dentro de este esquema. Su Poder ha evolucionado de la consideración y respeto al brujo de la tribu. En muchos casos este Poder deriva de la inteligencia y la formación cultural superior al vulgo.

Hay un Poder heredado por nacimiento dentro de una clase social o de una casta. Su base es puramente cultural y no tiene que tener necesariamente una base real. Al decir cultural me refiero a los usos y costumbres vigentes en un pueblo determinado.

Hay un poder adquirido por los años y respaldado por la cultura y por el respeto a la mayor experiencia de los mayores. Es un poder débil que necesita de un cierto grado de Poder natural para ser aceptado, o el apoyo de algún otro tipo de poder.

Hay muchas otras formas de Poder, como el que otorga el hábito o el uniforme, el que concede la jerarquía, o el Poder del que tiene Albedrío. Generalmente el dinero es fuente de Albedrío y por ende de Poder.

El Grado de Diferenciación no existía para nuestros primitivos antepasados porque vivían en directo contacto con la naturaleza. Más aún no eran diferentes a la naturaleza. Formaban parte de ella, eran parte del paisaje. Existía una ecología natural. Estaban integrados en un ecosistema. Aunque eran recolectores de frutas y hasta cazadores, ni su actividad social ni la individual alteraban la naturaleza.
No la transformaban aunque la usaran, como no la transforman los animales con su existencia.

Algún homínido o algunos en alguna parte o en varias en períodos que podemos considerar simultáneos, tomó conciencia de sí mismo y se diferenció de la naturaleza. En ese momento nació el primer ser humano. Al contemplar el entorno como algo ajeno a sí mismo dio inicio a la actividad transformadora de la naturaleza. Supongo que muy pausadamente, pero con una aceleración geométrica, hasta llegar a nuestros días en que todo lo que nos rodea ha sido modificado, adaptado a lo que pensamos y creemos que es bueno para nosotros.

Vivimos en la actualidad en una naturaleza artificial, fabricada por nosotros mismos, que corresponde a una imagen falseada del ser humano. Posiblemente la misma artificiosidad de la naturaleza en la que estamos inmersos sea causa y efecto acelerador de nuestra imagen errada sobre nuestra identidad. Una forma de locura colectiva con feed back. Es este grado de diferenciación de la naturaleza, esta capacidad de distinguirse del paisaje, es nuestra capacidad de entendernos a nosotros mismos, de librarnos de la percepción acostumbrada, de captar nuestra locura, lo que nos hace diferentes a los seres humanos entre sí. Hay algunos que siguen siendo paisaje, otros que se diferencian algo y los hay que ya no son paisaje.

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