COMPAÑERO OSCAR GUTIERREZ. ¡PRESENTE!
Un pequeño recuerdo de lo que fue nuestro querido Oscar.
Palabras de Sonia Benavente, su compañera de toda la vida.
Oscar amaba la naturaleza, lo hacía acompañando, por horas, las olas del mar o la de los lagos de su cercanía.
Seguía con sus pasos la altura de las montañas, hasta llegar a su cúspide.
Paseaba por los bosques disfrutando de su silencio y oyendo el trinar de los pajaritos.
El cuidaba su salud y se preocupaba por la de los demás.
Creía en la persona, en sus recursos y en el desarrollo de su máximo potencial, si se le brindaban las posibilidades.
A muy temprana edad tomó la responsabilidad de su persona, su familia, amigos y de la sociedad. Trabajó en muchas actividades solidarias por su preocupación por el mundo en general, El era un ciudadano del mundo.
En los pensamientos de Oscar siempre estaban los que carecían de recursos y posibilidades. Con la convicción de que todo esto era injusto ya que éramos habitantes de un mundo lleno de riquezas naturales y lo que se requería era una distribución justa y equitativa de estas riquezas.
La salud, educación, actividades incluso la alimentación de sus nietos fue para Oscar una de las mayores preocupaciones.
Tenía además una conciencia plena de la manipulación de los alimentos y la sobre explotación de nuestra madre tierra, y de que por esto y otros factores nuestras vidas estaban en peligro. Que el foco de los explotadores de las tierras estaban en el lucro propio, pero jamás en la reparación de los daños ocasionados ni a sus trabajadores ni consumidores.
De todo esto y mucho más tenía nuestro Oscar una conciencia muy clara, Además era muy fiel a sus principios de honestidad y de clase social.
La ecología fue su elección últimamente. El reciclaje, selección de materiales y adquisición de alimentos.
Amasaba ricos pancitos ecológicos para darle a sus nietecitos una alternativa de elección entre los pancitos del abuelo y los bollos invadidos de productos aceptados por la unión Europea que ha tenido como meta principal derrochar impuestos recopilados por los que toda la vida han pagado crisis económicas provocadas por las grandes empresas, nuestros dirigentes inconscientes y presidentes que solo se han preocupado de enriquecerse con las riquezas de los países y dar migajas a los que verdaderamente ponen sobre ruedas a los pueblos.
Nuestro Oscar odiaba los feos y manipulativos métodos del capitalismo, usados para engañar a las personas y a los pueblos.
También odiaba la falta de respeto a los que dieron y dan su sangre para conseguir derechos humanos que a esta altura del tiempo debían ser derechos asegurados, como el derecho a una vida digna con un trabajo para satisfacer sus necesidades primordiales como tener un techo sobre su cabeza y poder alimentarse de manera sana.
Oscar incitaba a sus nietos a caminar, jugar juegos con muchos movimientos y al deporte. El fue un amante del cuidado de su físico, practicaba físico culturismo, fue maestro en karate y participó en la mayoría de los deportes como: natación, carrera y disfrutaba de largas caminatas.
Quiso siempre ser una parte en la vida de sus nietos y los acompañó en todas las actividades que su salud le permitió.
Invirtió en su salud, dentro de las posibilidades que le dio su enfermedad. Enfermedad que duró casi nueve años, después de haber recibido el diagnóstico sin posibilidades de curación. Su oncólogo le dio posibilidad de vida, con muchas dificultades, de 5 meses a 5años.
Oscar fue un hueso duro de roer y la Sra. “Maldita” muerte no se lo llevo fácil.
Se veía que Oscar amaba la vida, hizo todo lo que estuvo a su alcance para mantenerse en pie. Probó todas las medicinas ofrecidas y todo esto a un alto costo. Con mucho sufrimiento para él. Probó también, al mismo tiempo, alternativas antropocéntricas y su alimentación fue ecológica, en base a cereales, frutos secos y raíces, lo que el mercado le ofrecía.
Oscar fue muy persistente en su alimentación y en sus paseos, como inversión en favor a su salud.
El último preparado que Oscar adquirió fue Abiraterone, aceptado en Norteamérica como medicina para la próstata, en abril de este año. Este pareció llegar tarde y era su última esperanza para alargar su vida un par de años más.
Queridos amigos, hemos perdido, a un gran hombre, a un gran revolucionario y muy fiel a sus principios.
Fue un gran ejemplo para la humanidad y un gran aporte a la democracia de los pueblos.
Te recordaremos, querido Oscar, como lo que fuiste y te tendremos como un ejemplo en la continuación de nuestras vidas.
Amigos, con este pequeño poema el cual dedique a Oscar en su despedida les deseo un feliz año nuevo a la espera de un mundo más justo.
Camino y camino
Sobre la tierra un día prestada
Por esta que tú y yo
Mano a mano, año tras año
Al final encontramos
Intento absorber tu aroma
En el aroma del fruto
De los árboles…
Tu voz en el susurro del bosque
Y la melodía de los pájaros…
Tu fortaleza en la suavidad del viento
Y en la armonía de colores en el cielo…
En el suave perfume de las flores
Y de las aguas su armonioso vaivén.
El sol me ilumina, abriga mi cuerpo
Y acaricia mi alma…
Entonces pienso en ti… y en mí
En nuestro gran amor
Que un día nos unió
Amor que cuarenta y siete años duró
Que creció y ramifico
Que maduro y frutos dio
Que en parte desvaneció
Con tu suspiro de adiós
Pero que en mi corazón
Con más fuerzas floreció
Para ti, mí querido Oscar y gracias por haber
Compartido tu vida conmigo.
Tu Sonia
Diciembre 2011
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