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Luis Casado – 20/09/2011

 

La apertura del mercado es una buena cosa para todo el mundo, incluso para aquellos que pierden su empleo a causa de esta apertura”.

Pascal Lamy – Director General de la OMC, ex Comisario Europeo de Comercio Exterior, miembro del partido socialista francés. Conferencia de prensa OCDE, diciembre de 2001.

 

Joven que marchas por las calles de Santiago con la esperanza de obtener lo que la dictadura, la Concertación y Piñera te han arrebatado, -el derecho a estudiar-, no puedes ignorar qué es el AGCS.

 

El “Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios” que regenta la Organización Mundial del Comercio (OMC), -una siniestra institución dirigida por Pascal Lamy-, tiene por principal objetivo eliminar todos los obstáculos que pudiesen impedir la privatización de todos los servicios, incluyendo la educación (para examinar la lista de servicios que incluye el acuerdo: http://www.wto.org/french/tratop_f/serv_f/serv_f.htm).

 

El AGCS trabaja “en vistas de elevar progresivamente el nivel de liberalización…” en la comercialización de servicios en todo el mundo. “Nuestro objetivo, -dice el texto del Acuerdo-, es llevar a cabo una eliminación significativa de las restricciones (actualmente autorizadas) a través de todos los sectores de servicios, abordando las disposiciones nacionales ya sometidas a las reglas del AGCS, y enseguida las disposiciones que actualmente no están sometidas a las reglas del AGCS, cubriendo todas las posibilidades de suministrar servicios”.

 

Los documentos de trabajo de la OMC presentan sectores como la educación, la salud la cultura y el medio ambiente como mercados que habría que ‘liberar’ de las normas nacionales que alguna vez fueron adoptadas en nombre de la igualdad de derechos y que de ahora en adelante constituyen ‘obstáculos al comercio’”. (Raoul Marc Jennar y Laurence Kalafatides – “El AGCS: cuando los Estados abdican ante las multinacionales” – Ed. Raison d’Agir. París, 2007).

La OMC segmenta el “mercado de la enseñanza” en cinco sectores:

1.      Sector primario, que incluye la enseñanza maternal y primaria;

2.      Sector secundario: enseñanza secundaria de primer y segundo ciclo, enseñanza técnica, enseñanza profesional y la enseñanza destinada a los discapacitados;

3.      Sector superior: enseñanza técnica y profesional de tercer ciclo, la enseñanza universitaria;

4.      Sector de educación de adultos: cursos de día o de noche destinados a los adultos, educación a lo largo de la vida, open university, cursos de alfabetización, cursos por correspondencia, cursos por radio o televisión.

5.      Sector de otros servicios de enseñanza que no figuran entre los cuatro primeros, incluyendo los cursos particulares a domicilio.

En virtud del principio de “no discriminación” este Acuerdo obliga a Chile, -que es miembro de la OMC desde el 1º de enero de 1995-, a acordarle a los privados todas las ventajas que eventualmente le acuerde a la educación pública: subvenciones, financiación, etc.

Si se trata de negociar con La Moneda, ¿Saben los dirigentes estudiantiles que Piñera y el Congreso tendrían  que denunciar los compromisos contraídos por la Concertación ante instituciones piratas como la OMC?

Como manifiesta la Internacional de la Educación, la opacidad que rodea estos Acuerdos pone a la población “ante hechos consumados sin que hayan podido expresar sus puntos de vista” (Internacional de la Educación, 5, bld. du Roi Albert II – B 1210 Bruselas – Bélgica).

Mientras más se investigan las consecuencias de 38 años de docilidad ante la dominación de los mercados (es decir la dominación de quienes manejan las finanzas especulativas) más se confirma la necesidad inevitable de convocar una Asamblea Constituyente: para darnos una Constitución democrática, para devolverle al pueblo de Chile sus poderes soberanos y para reconsiderar todos los acuerdos internacionales lesivos para los intereses del pueblo de Chile.

 

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