Condenados por la Ética y una visión de Corto plazo
Enviado por Mario Briones R. mariobrio@hotmail.com
Aprovechando este foro, que se ha ido formando por iniciativa de Felipe Portales, me parece bueno ir agregando ingredientes de como debe ser una concertacion renovada, si estoy equivocado, Ud, podrán escribir, gracias.
Condenados por la Ética y una visión de Corto plazo
(Comentario Personal de Mario Briones)
Las cifras de las últimas encuestas revelan efectos negativos para el Gobierno, pero lamentablemente también para la Concertación.
En medio de los incidentes de los estudiantes por su marcha, apareció una noticia en la T.V., donde se ve al diputado Sergio Aguiló, junto a otros parlamentarios, elegantemente vestido con un abrigo muy vistoso , riéndose con sus colegas mientras caminaba por uno de los patio de la moneda, para ingresar a dejar una nota y reclamar por la acción policial contra el Ministro del Interior. Todo esto, mientras él muy gentilmente agradecía el gesto de un carabinero que se inclinó para hacerlo pasar. Aguiló toma del brazo al carabinero para complementar su expresión de gracias. ¿Qué tiene que ver esto, con las encuestas?, se preguntarán Uds.
Todo, diría yo, porque revela la causa por la cual la gente no les cree a los parlamentarios y a los políticos, de uno y otro bando. Su estado emocional visible y gestual es que disfrutan el poder, el besamanos del establisment está presente, en la TV, totalmente ajeno al autentico sentimiento de estar defendiendo a la gente o creer en algo. Y lo manifiestan corporalmente, con detalles como el que les he comentado. Es sólo uno ejemplo entre cientos de personajes que hacen lo mismo, Lavin, Longueira, Coloma, etc . Son los mismos que luego se juntan en privado y concretan acuerdos.
Durante 18 años, la dictadura de Pinochet se dedicó sistemáticamente a descalificar el actuar de los “señores políticos”, además de detenerlos, apresarlos, y también asesinarlos. Posteriormente, de regreso a la “democracia”, la derecha fundamentó su estrategia política en descalificar sistemáticamente a la Concertación como un centro de gente corrupta, saturada de operadores políticos, que usufructuaba de sus cargos. Sin mencionar, por supuesto, que el mayor beneficiado fue la derecha económica.
Allamand fue más lejos cuando escribió un libro sobre La doctrina del desalojo. Este conjunto de mecanismos le dio resultados a la derecha porque lograron colocar la idea en la gente de que los otros son corruptos y ellos eran los impolutos y salvadores del país, vean el discurso político de Coloma, Von Baer , Larrain y muchos otros. Resultado, el electorado le dió la espalda a los políticos de la Concertación, exceptuando, a Michel Bachelet, quien logro levantar su éxito relevando el tema del género y por ser una mujer que logró contactarse emocionalmente con el pueblo, aunque no pudo traspasar “su éxito político” a la coalición que la respaldaba, aunque habían algunos que atornillaban al revés, preferían a Ominami, pero no renunciaron a sus puesto en el aparato publico.
Fue tanto el afán de figuración de los políticos y aspirantes, en ambos bandos, que en la elección entre Frei y Piñera, surgió un Marco Enríquez Ominami que pavimentó el triunfo de la derecha, ayudado por Carlos Ominami, antiguo socialista y Concertacionista, quién debió renunciar porque era tan grande la contradicción, al promover una política transgresora, que pretendía ser tan transversal que incluía hasta la derecha y que partía por desprestigiar y combatir a sus antiguos compañeros de largos años de ruta. Fue una triste campaña donde Marco Ominami competía con Piñera para ver quien atacaba mas a la Concertación, hasta el punto que Piñera también hizo giros de transversalidad e invitó a todos a sumarse a él, Concertación, homosexuales, etc. El caso más patético fue Jaime Ravinet, que se creyó el cuento y pensó que tendría piso político y a poco andar lo sacaron raudamente por declaraciones inadecuadas. Hay varios que luego de usar la plataforma política de la Concertación, se fueron tirando el mantel, como Jorge Schaulson, Fernando Flores y tantos otros.
Y más recientemente, divulgado por la propia derecha, a través de su vocería privada del diario “El Mercurio” del día 31 de Julio 2011, mencionan (yo diría denuncian) a Sebastián Dávalos Bachelet, hijo de Michelle Bachelet, que sigue trabajando en Relaciones Exteriorres y a Pablo Orozco Bass, Laguista y Concertacionista, mano derecha y jefe de prensa de Lagos durante todo su mandato, hoy convertido en el “brazo izquierdo” como gerente de Comunicaciones de Diego Hernández, el mayor ejecutivo de Codelco.
Ingresan declarándose políticamente adeptos a un gobierno, y cuando cambia el signo del gobierno, se declaran “técnicos” para seguir usufructuando de sueldos, contactos y de las ventajas del poder, fantástico.
Es aceptable y hasta bueno cambiar de visión política cuando se trata de gente joven, o de personas que descubren su verdadera vocación o misión estudiando, investigando, o porque aún no tienen la madurez ni los conocimientos para entender razonablemente la política, pero los otros, con 40, 50, 60 o más años en política, no se entiende, al menos gente común como yo no los justifico para nada.
Esta campaña de desprestigio político le terminó por reventar a la derecha hoy en su propia cara, cuando son gobierno. No calza el discurso interior (lo que ellos quieren) y el cuento que tratan de venderle al pueblo (defender al pobre), es Ética política lo que les falla.
Permítanme citar otro caso, también divulgado por “El Mercurio”. Javier Etcheberry, Concertacionista, transformado en empresario y hombre de negocios, se quejaba porque sacaron a su yerno Andrés Iacobelli como Subsecretario del Gobierno de Piñera, diciendo que la forma como sacaron a Iacobelli “desprestigia la política” Argumenta luego que “lidié contra la corrupción y tuve un rol importante, ...etc”. O sea, la corrupción es mala cuando se trata de personas ajenas, pero si son familiares no lo es. Fue Paulina Etcheverry (su hija) le que envió un correo a la secretaria de su marido (Andrés Iacobelli) apurando un pago de millones de pesos. ¿quién desprestigia la política?.
Otro que todavía no cambia el switch y sigue sintiendose “vocero”, es Francisco Vidal, tiene una pugna de poder con Andrés Velazco, que la grita a quien quiera escucharlo. Vidal sostiene que deben subir los impuestos a las empresas para aumentar el post natal, para la educación básica, para acortar la brecha educacional entre la educación particular pagada y la municipal. Etc. El piensa que gastando dinero en un aparato estatal que sigue siendo ineficiente, burocrático y reducido se arreglan los complicados problemas de la educación, porque está pensando en el poder, en empatar un sistema con el otro, pero no se sale del gran modelo de economía de mercado, sólo agrega el populismo, como Longueira, que reinventó el relato, pero cuando lo aprietan se diluye. La educación es más que eso. Al menos debe propiciar un desarrollo armónico para el ser humano, integrando todas las doctrinas que sean beneficiosas para una civilización humana equilibrada, donde por ejemplo, no puede quedar fuera un violinista o un pensador porque no son rentables.
Juan Pablo Letelier, desde su gran tribuna de Vicepresidente del Senado, proclama que “Es responsabilidad nuestra armar un nuevo pacto político y social en Chile”. ¿De qué habla este señor? Porque cuesta creerle también. Estas personas juegan a la política hasta el punto de lograr después el caos general y cuando se producen muertes, ni se agitan para recibir cuantiosas indemnizaciones de millones de dólares por sus familiares caídos en las batallas políticas. Indemnizaciones que paga el Estado, que tiene nombre y apellido, se llama “todos los chilenos”. Pero si hasta los mineros nos están demandando a todos los chilenos, ¿por estar vivos o preferían estar muertos?. Ellos sabían que la mina era riesgosa, pero trabajaban allí por ganar más dinero. Ética señores. ¿Cuántos millones de dólares les pagaron a los familiares de los campesinos calcinados en Lonquén y a tantos chilenos asesinados porque los mandaron a repartir panfletos o por nada?.
Quiero insistir sólo en un punto, ETICA, con mayúscula y subrayado. Debemos empezar a exigir que se ponga la palabra ética en el léxico de todos los políticos, empezando por nosotros, todos en pensamiento y acción.
La falta un liderazgo autentico, que le salga por los poros a quien desee redirigir la Concertación es lo que está pendiente. Un liderazgo basado a lo menos en una ética transparente, de beneficio común, capaz de interpretar nítidamente a los ciudadanos y no tener un discurso público para actuar y otro discurso privado para beneficiarse del poder.
No espero tener la verdad ni ser iluminado, sólo propiciar una conversación con franqueza.
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