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Máximo Kinast Avilés

MIENTE, MIENTE, QUE ALGO QUEDA

Escribe Luis Casado – 12/11/2010

 

Piñera está definitivamente reñido con el conocimiento de la historia. Si esperamos un mes o dos, va a superar a George W. Bush diciendo estupideces, y eso que el cretino del norte batió records en la materia. Ambos tienen muchas cosas en común, entre otras un diploma de Harvard, pero no me consta que allí los entrenen para esto. Debe ser un talento natural, potenciado a lo largo de años de duros esfuerzos.

 

Piñera la agarró con los alemanes. “Deutschland über alles!”, escribió en el Libro de Oro en el que debía inscribir una frase digna. Ahora, acusado de haber manipulado la elección de la ANFP con la ayuda, -entre otros-, de un tal Jaime Estévez, no encuentra nada mejor que amenazar con querellas antes de echar pie atrás, y luego, lenguaraz irresponsable, usa una frase de los peores nazis del Tercer Reich para condenar a sus detractores. “Miente, miente que algo queda”, decía Joseph Goebbels, ministro de la propaganda de Adolf Hitler. Piñera repite. ¿Pero sabe lo que dice?

 

De este modo para el empresidiente chileno, quienes no hacen sino poner en evidencia lo evidente son asimilables a un nazi. Ligereza, irresponsabilidad, lenguaje excesivo, propósitos dignos de un ignorante, agresividad extrema, intolerancia, ¿intemperancia? Piñera recuerda cada vez más al dictador que según él quiere hacer olvidar. Practicando precisamente las técnicas de Goebbels.

 

No. No. Piñera no se ocupa de sus empresas. Llegó a acumular miles de millones con puras gentilezas y rascándose el entorno perineal. ¿Cómo olvidar que cometió un delito financiero grave con LAN? Porque el uso de información privilegiada es un delito grave en el marco del sistema financiero que le permitió hacerse rico.

 

Ahora la Comisión Europea multa a LAN por pacto ilegal de precios, el mismo delito cometido impunemente por las farmacias en Chile. Según la información publicada en la prensa internacional “Se trata de una de las multas más elevadas impuestas por las autoridades comunitarias de Competencia hasta la fecha. En el caso de Lan, la multa asciende a 8 millones de euros, unos 11 millones de dólares”.

 

La constitución de este tipo de cartel de precios es una forma de comportamiento mafioso a escala planetaria. La Comisión Europea, al multar a once compañías aéreas, las acusa de haber pactado precios a lo largo de seis años en el transporte de carga. Seis años. ¿Y Piñera? ¿No sabía? Ganaba plata tranquilamente con altas tasas de retorno poco coherentes con la actividad del transporte aéreo… ¿sin decir nada? ¿Nunca se inquietó de saber cómo se puede ser tan rentable?

 

No. ¿La Comisión Europea miente? ¿La Comisión Europea también es nazi?

 

En el mundo de las finanzas, -todo el mundo lo sabe-, no se obtienen rentabilidades excepcionales, -lo que los rufianes especializados llaman high yields-, sino estafando y mintiendo, como Bernard Madoff, o como un tal Eduardo Monasterio en el caso de Inverlink. Robando, como en el caso de las farmacias y en el caso de LAN y otras compañías aéreas como sabemos ahora. Un cartel se estructura para eso: para estafar, para robar, para mentir, para delinquir en banda organizada. Delicias de este sistema.

 

Pero Sebastián Piñera, nuestro empresidiente, no sabía nada de todo eso… Se contentaba con recibir los dividendos (“p’tas que está bueno el negocio…”) sin interesarse lo más mínimo ni en el cómo, ni en el quien, ni en el donde, ni en los métodos. Fácil. Y quien ose afirmar otra cosa es un nazi, como Goebbels.

 

Lo dice Piñera, que de mentiras y de nazismo sabe un puñado. Piñera über alles!

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