CARTA DE PEDRO LEMEBEL AL PIRAÑA PIÑERA
Demasiado barato quiere comprar este paisito, don    Piñi; usted que va por la vida tasando y preguntando cuánto    vale todo. Y de un guaracazo se compra medio Chiloé, con botes    y palafitos incluidos. Con cerros, bosques y ríos, hasta    que se pierde la mirada en la distancia, le pertenece a    usted.
¿Cómo puede haber gente dueña de tanto    horizonte? ¿Cómo puede haber gente tan enguatada de paisaje?    Me parece obscena esa glotonería de tanto tener. Me causa    asombro que, más encima, quiera dirigirnos la vida desde La    Moneda.
Muy barata quiere rematar esta patria, don Piñi, y    sólo con un discurso liviano de boy scout buena onda. Pura    buena onda ofrece usted, don Piñi boy, como si estuviera conquistando    al populacho con maní y papas fritas. Nada más, el resto    pura plata; empachado de money, quiere pasar a la    posteridad sólo por eso. Porque cuando cita mal a Neruda se nota que    a usted le dio sólo para los números y no para la letra.    Es decir, usted es puro número y cálculo, señor Piñi,    poca reflexión, poco verbo, poca idea, aunque esa es la    única palabra que usa entre sus contadas palabras    efectistas.
Mire usted qué fácil le    resultaba tratar de transformar el Mapocho en un Sena con sauces.    Puro arribismo, intentar esticar con terracitas y botecitos parisinos    a nuestro roto Mapocho, quizás lo único rebelde que le va quedando a    esta ciudad.
Qué  delirio, míster Piñi, ¿por qué no    se va a Europa si cacha que nunca va a poder blanquear la    porfiada cochambre india de nuestra raza? Quizás todo el    país se acuerda de usted formando parte de la nata panzona del    derechismo empresarial. Por entonces, en aquella época de terror,    quien hacía fortuna de alguna manera era a costa de las garantías de    la represión. Usted llenaba sus arcas, don Piñi, y nosotros sudábamos    la gota gorda, o la gota de sangre. Fíjese que no se nos    ha olvidado, y nunca se nos olvidará, aunque a usted    le reviente que el pasado aflore cuando menos se lo    espera.
A usted ni a sus yuntas de pacto les conviene el    pasado, por eso miran turnios y amnésicos al futuro. Su    discurso Disneyworld, míster Piñi, no resiste análisis, y sólo    el arribismo miamista de algunos chilenos le compra su    receta de vida fácil, su filosofía banal de texano    paticorto. Usted me recuerda a Bush, a Menem, Piñito. Es la    nueva derecha titiritesca y farandulona. Puro show, pura    foto tecnicolor de mundo feliz con sus sombreros republicanos    en el Crown Plaza.
Pero le falta la cultura a su centro    derecha inmediatista. No hay peso intelectual en su carnavaleo de    propaganda. Nada más que modelos tetudas y parientes de hippysmo    revenido. Demasiado barato quiere rematar este país, Piñito.    Ni siquiera basta con su cátedra fantasma en las aulas    de Harvard.
Tampoco, usar de propaganda la limosna que    puso por mi amiga Gladys en sus últimos momentos; eso es muy feo, y    de mal gusto. Sobre todo para usted que es tan    humanista cristiano .Porque usted es pillo, Piñín. Quiere    sacar adherentes de todos lados, como si este país fuera    sombrero de mago. Lástima que la oferta de su vanidosa feria    de variedades huele a ventaja populista. Nada más, don    Piñi;  el resto, esperar con  cueva lo que ocurra en el    2009
 Pedro Lemebel
 
       
		
0 comentarios