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Máximo Kinast Avilés

11-IX: LAS BATALLAS DEL PUEBLO DE CHILE

Fuente: El Trabajo Nº 225

En septiembre de 1970, Chile alcanzaba, a través del voto popular, la Vía Chilena al Socialismo.

El triunfo de Salvador Allende Gossens como candidato presidencial de la Unidad Popular fue una victoria legítima, que conmovió no solamente a la izquierda mundial, sino también a la derecha que vio desestabilizar las estructuras de su política imperante sobre Latinoamérica.

“Hemos triunfado para derrotar definitivamente la explotación imperialista, para terminar con los monopolios, para hacer una seria y profunda reforma agraria, para controlar el comercio de importación y exportación, para nacionalizar el crédito”. Así se refería el presidente Allende a la segunda Independencia de Chile que se proponía, la independencia económica.

Fue el triunfo del auge del movimiento popular y de masas, con la fortaleza y la tradición de la lucha de la clase trabajadora; la existencia de sus poderosos partidos de clase, en ese momento histórico, y que alcanzaba también a sectores de la pequeña y mediana burguesía.

La nueva estructura de poder se construiría desde la base, a través de un proceso de democratización y de una movilización organizada de masas. La Asamblea del Pueblo reemplazaría el sistema bicameral.

Mil días de gobierno popular bastaron para cumplir con los puntos básicos del programa de gobierno de la UP:

1) Nacionalización del cobre y de las riquezas básicas;

2) La reforma agraria que puso fin al despotismo patronal y

3) La socialización del sistema financiero, asumiendo el Estado el control de los bancos privados, nacionales y extranjeros.

Mil días bastaron, también, para que la derecha política, la ultra derecha económica y los monopolios, estimularan, planificadamente la crisis económica, creando y administrando el mercado negro y la especulación, promoviendo y financiando la subversión empresarial y creando, desde el Parlamento, factores de presión inflacionaria.

Otra estrategia para la desestabilización del gobierno fue denunciar la relación entre los grupos armados y la U.P, y con su discurso sobre el supuesto vacío de poder, provocar la atención y reacción de las Fuerzas Armadas.

El imperio movilizó considerables recursos para derrocar al gobierno del pueblo, acompañando a la acción de la derecha chilena. La CIA, el Pentágono y el Departamento de Estado trabajaron la hipótesis de una posible victoria revolucionaria en su patio trasero.

Así surgió la traición a la patria, el alzamiento y la sublevación cívico-militar que a sangre y fuego asaltó el poder para terminar con el sueño de la libertad y la independencia de Chile, y que derrocado el gobierno constitucional inició la guerra contra su propio pueblo, el mismo que le confió las armas. Gran error, pensaron que “Matando mucha gente matarían las ideas”.

En esta fecha rendimos homenaje de honor y gloria al compañero presidente mártir de Chile, Salvador Allende.

Honramos y nos honra su memoria de valor y consecuencia con sus ideales y que por amor a su pueblo, entregó su vida en sublime sacrificio, que no será olvidado.

Allende vive en nuestros corazones, como vive en la fuerza y en la unidad de los trabajadores y los pueblos que luchan, con fe en que más temprano que tarde se abrirán las grandes Alamedas por donde pase el hombre libre.

¡¡Viva Salvador Allende!!

“Tengo fe en los trabajadores de mi patria”.“Las transformaciones revolucionarias que el país necesita sólo podrán realizarse si el pueblo chileno toma en sus manos el poder y lo ejerce real y efectivamente”. Salvador Allende.

 

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