BOLIVIA: LOS NAZIS EMPIEZAN LA QUEMA DE LIBROS

Por Máximo Kinast

Igual que ocurrió en Chile, un día como hoy, hace 35 años, el fascismo destruyó la Democracia y quemó libros. Sólo se salvó "El Capital", por su título y por la incultura propia de las hordas fascistas. Ahora en Bolivia, en un intento desesperado de conservar sus privilegios y la dominación blanca sobre los pueblos originarios, destruyen bibliotecas y organizan azonadas con la complicidad del la CIA y del Gobierno de los Estados Unidos de América. Es necesario advertir al mundo que el intento de desmembrar Bolivia se realiza -no para defender los intereses de la clase dominante en la provincias de la media luna- sino para que los Estados Unidos puedan apoderarse del agua de la Triple Frontera; para destruir la biodiversidad y cultivar transgénicos; para apoderarse del gas de Tarija. El próximo paso será la "intervención humanitaria" con apoyo de las Fuerzas Armadas de Chile, ya sea enviadas por la ONU o por la OEA; pero por ahora están en la fase de desestabilizar el Gobierno constitucional de Evo Morales.

Hay una excelente información en el artículo siguiente, de mi amigo Luis Oporto:  

QUEMA Y DESTRUCCIÓN BIBLIOTECA CEJIS

Por Luis Oporto Ordóñez*

Lo que acontece en esta semana crítica para nuestra amada Patria, no tiene nombre. La historia registra con todo su celo y contundencia las responsabilidades de los líderes de las regiones que han instruido la destrucción de las instituciones públicas. Agrupados en la organización denominada Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (CONALDE), los dirigentes cívicos y departamentales están destruyendo, precisamente, los cimientos de la democracia.

Más allá del hecho político de esa acción salvaje, en nuestra condición de archiveros, bibliotecarios, documentalistas, investigadores de la historia, tenemos el deber de expresar la condena ante el hecho vandálico de destrucción del patrimonio bibliográfico y documental de las ciudades de Cobija (Pando), Trinidad (Beni), Tarija y Santa Cruz de la Sierra (Santa Cruz), donde se ha evidenciado la destrucción de memoria institucional y memoria intelectual.

Los archiveros que servimos a la sociedad, a la par de los intelectuales que nos servimos de esos bienes protegidos por las leyes y la constitución, tenemos el deber de declarar la jornada del 9 de septiembre como Día Aciago de la Destrucción de la Memoria Cruceña, y así quedará registrado en los anales de la historia política del país.

Por sus acciones vandálicas de destrucción del mayor legado de la Humanidad, los autores intelectuales y materiales deben asumir conciencia de la comisión del delito de Lesa Cultura en el que han incurrido, y por ello serán conocidos por las nuevas generaciones de bolivianos.

Me sumo al dolor que embarga a la compañera bibliotecaria cochabambina Beatriz Thames que valientemente hizo la denuncia, así como a la indignación que expresa la bibliotacaria paceña Norka Raquel Lara.

Este tema debe ser analizado y evaluado por el conjunto de trabajadores de bibliotecas y archivos.

Reciban un cordial saludo,

* Luis Oporto Ordóñez es Director General de la Biblioteca y Archivo Histórico del Congreso Nacional de Bolivia

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De: [e-mail][mailto:

Condenamos y denunciamos los luctuosos y vandálicos sucesos del martes 9 de septiembre, ocurridos en la ciudad de  Santa Cruz  donde grupos  delincuenciales de la Unión Juvenil Cruceñista, el Comité Cívico y otros grupos de malentretenidos atentaron contra el patrimonio documental del país destruyendo y quemando la Biblioteca y todos los equipos del Centro de Investigación Social (CEJIS) .Pensamos que estos actos de violencia no son propios de personas civilizadas. Por este medio va nuestro apoyo al CEJIS por la labor encomiable que realiza a favor de los sectores más desfavorecidos y la censura más enérgica a los agresores.

Beatriz Tames Centro de Documentación e Información Bolivia