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Máximo Kinast Avilés

BOLIVIA: TRAGEDIA EN LA PAZ

Amigas y amigos:

Nuevamente la tragedia se cierne sobre la ciudad de La Paz y otras regiones de Bolivia, debido a las intensas lluvias que han provocado derrumbes en las carreteras, inundaciones de campos agrícolas y poblaciones íntegras sobre todo en el Chapare, y el macrodeslizamiento en ocho barrios de la ciudad de La Paz, que se produjo entre el sábado y domingo, fenómeno que no ha cesado aun. Las cifras son pavorosas: 8 barrios de las laderas colapsadas, 800 predios afectados, 250 casas cayeron, 5000 personas sin hogar. Avenidas, calles, canchas deportivas, plazas, han desaparecido en cuestión de horas.

 

Este lamentable suceso natural ha movilizado a las autoridades nacionales del Estado Plurinacional, de la Gobernación de La Paz y del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, que prestan apoyo a los miles de damnificados. Felizmente (si se puede decir algo así en medio del dolor y el llanto de las personas humildes que han perdido todo) no se han reportado muertes a causa de este deslizamiento, el más grande en la historia de La Paz. Diversos factores han incidido en este lamentable hecho, entre ellas la persistente lluvia que ha castigado de manera casi ininterrumpida a La Paz en las últimas horas, debido al fenómeno de la Niña, sin duda alguna; y a la reactivización de una falla geológica de hace 40 años.

 

La Alcaldía de La Paz ha instalado un cuartel general en la Biblioteca Municipal “Mariscal Andrés de Santa Cruz”, donde se reciben donativos de todo tipo (ropa abrigada, frazadas, alimentos, etc.) en horario continuado de 8:30 a 23:00.

 

Igualmente, el Macrodistrito de San Antonio ha dispuesto que la Biblioteca Municipal del mismo nombre, sea adecuado como refugio temporal, que ese suma a los 72 campamentos que se han instalado en distintos barrios, para acoger a los miles de damnificados, entre ellos niños inocentes que no perciben la magnitud de la tragedia.

 

En las instituciones estatales, organizaciones civiles y a nivel personal, se han iniciado campañas de solidaridad para apoyar a nuestros compatriotas en este momento de prueba. Llamamos a la comunidad de archivistas, bibliotecarios y documentalistas para enviar sus donativos a los puntos señalados, y si desean hacerlo corporativamente, mejor, pues aquellos niños y sus padres o hermanos, son también nuestros usuarios, acuden a nuestras bibliotecas y archivos y de alguna manera le dan sentido a nuestra labor cotidiana.

 

siete días

 

La tragedia se asemeja a un terremoto de gran magnitud. Deslizamiento en 8 zonas al este de La Paz deja sin viviendas a 4.000 personas. resignación Entre los escombros, la gente continúa escarbando la tierra en busca de sus pertenencias. No duermen ni comen, piden seguridad para evitar robos. Página Siete / La Paz - 28/02/2011. http://www.paginasiete.bo/2011-02-28/Sociedad.aspx

 

LA RAZÓN.

ESPECIAL - DESASTRES

Deslizamiento deja 250 casas en escombros y 5.000 damnificados  

 

http://www.la-razon.com/version_temp.php?ArticleId=1243&EditionId=2453&idp=10&ids=216

 

HAY 5.000 PERSONAS SIN HOGAR.

 

Situación. En total, 800 predios están afectados. Las víctimas recuperan muy poco. http://www.la-razon.com/version_temp.php?ArticleId=1243&EditionId=2453&idp=10&ids=216

 

La Razón

 

Parecía un gigante hormiguero en ruinas, donde decenas de personas se movilizaban por salvar lo más que podían de casas que se venían abajo. 250 viviendas se derrumbaron, 550 predios, entre casas y lotes, fueron afectados; hay 5.000 damnificados.

 

La persistente lluvia fue el preludio de la pesadilla que comenzó la tarde del sábado, cuando se agrietó el suelo y las paredes de decenas de viviendas. En la noche el terreno no resistió y colapsó, dejando al menos 100 casas en escombros. En la madrugada y mañana del domingo, la lluvia no cesó.

Kupini II, Pampahasi Bajo, Santa Rosa de Callapa, Callapa, Valle de las Flores y 23 de Marzo, son las zonas más afectadas por el deslizamiento. Cervecería y Metropolitana también están en riesgo. Se declaró alerta roja.

Cerca de las 10.00, el alcalde de La Paz, Luis Revilla, informó que el desastre dejó un saldo de 4.000 damnificadas y 800 predios afectados, en un área de entre 80 y 100 hectáreas. En la noche, el número de damnificados subió a 5.000 y se contabilizó 250 casas caídas.

 

Roperos, cocinas, sillones, catres, frazadas, televisores, mesas, marcos de ventana, lavadoras, maderas y otros objetos se rescataban de casas a punto de caer en el área que parecía afectada por un terremoto por los techos de decenas de casas en los suelos y sobresaliendo de promontorios de tierras, postes de luz caídos y calles y avenidas agrietadas. En la avenida asfaltada de ingreso a Kupini II estaban amontonadas las pertenencias de varias familias a la espera de un camión de las Fuerzas Armadas, de la Alcaldía, de Defensa Civil u otro particular que les permita poner a buen recaudo sus bienes. (…) Casas de pisos y de reciente construcción colapsaron.

 

Al menos 2.000 voluntarios, entre funcionarios municipales, policías, militares y bomberos, trabajan en la zona. Algunas personas se quejaban por la lentitud de la ayuda, ya que había tantas familias que requerían apoyo que en determinados momentos el contingente era insuficiente. Algún miembro de la familia estaba pendiente de todo, porque temía robos.

 

El servicio de agua potable fue suspendido en decenas de barrios aledaños para evitar que el deslizamiento se expanda en el área afectada, en la que toda la jornada de ayer no dejó de llover. Se activó el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) que, entre otros aspectos, instaló cinco albergues para los damnificados.

 

Cerca de las 19.00, el vicepresidente Álvaro García, el ministro Saavedra y otras autoridades llegaron hasta la zona de Callapa. Ingresaron por la calle 9 de Septiembre hasta un mirador desde donde observaron los daños ocasionados por las lluvias. Retenido por una vecina que le exigió cooperación en su desgracia, García respondió: “Primero la vida, luego el alimento y la reconstrucción. En la reconstrucción no los vamos a abandonar”.

 

La labor fue ardua en el área afectada, que parecía un hormiguero de personas —entre hombres y mujeres de todas las edades, entre ellos niños— trabajando por recuperar sus bienes.

La Razón. 28.2.2011

 

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