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Máximo Kinast Avilés

VIERA GALLO Y EL PROYECTO DE INSTITUTO DE DERECHOS HUMANOS

COMENTARIO DEL DR. WESTPHAL:

EL HOMBRE SE REPOSICIONA ESCURRIDIZO COMO BUEN SABANDIJA.


Considérese, por ejemplo, la primera pregunta de la siguiente entrevista y la respuesta que da: no responde.

Del mismo modo no responde las demás preguntas o las responde a medias, a menos que las preguntas sean intrascendentes.

¿Es este el tipo de político que queremos que dirija el país, como en los hechos lo hace negociando con la derecha en la oposición?

¿Es que queremos gente en el gobierno que no sabe dar una respuesta derecha a los problemas que se le plantean?

Con todo, hay algo que ha quedado claro en todo este entuerto: la presidenta no tiene idea de lo que hace su ministro secretario.

ARTÍCULO PUBLICADO HOY EN 'LA NACIÓN DEL DOMINGO'

Difundido por Política Cono Sur y redes amigas

Domingo 16 de septiembre de 2007 - www.lanacion.cl

Por Boris Bezama y Jorge Escalante / La Nación Domingo

Viera-Gallo y la creación del Instituto de Derechos Humanos

“El diablo metió la cola”


La aprobación por el Senado de los cambios al proyecto que crea el organismo agitó las pasiones de septiembre. Familiares de las víctimas y abogados del Ministerio del Interior que actúan en los juicios pulsaron la alarma. Diputados oficialistas anuncian rechazo y el negociador con la derecha, José Antonio Viera-Gallo, confía en que todo se arreglará.

Después de 34 años, los porfiados derechos humanos (DDHH) siguen en el centro del debate, confrontando a las organizaciones que han levantado por décadas sus pancartas con las imágenes de los desaparecidos y a algunas autoridades de Gobierno a quienes acusan de tener menos sensibilidad en el tema. Esta vez el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, fue el centro de las críticas por negociar con la derecha su bendición al proyecto que crea el Instituto de Derechos Humanos (IDH).

Los cambios al proyecto aprobados por unanimidad en el Senado tras las tratativas con los senadores Andrés Chadwick (UDI) y Alberto Espina (RN) desataron la rebelión de las agrupaciones y de los senadores oficialistas que dijeron sentirse "engañados", e incluso se sumaron los abogados del Programa de Derechos Humanos (PDH) del Ministerio del Interior. Éstos, junto a algunos abogados de los familiares, son el alma de los procesos contra militares. Y aseguran que al restarle al instituto la facultad de hacerse parte de los juicios implicará el fin del trabajo que realiza el Programa de DDHH.

PREGUNTA: Los senadores Camilo Escalona, Soledad Alvear y José Antonio Gómez aseguran que usted les dijo que las agrupaciones de derechos humanos estaban de acuerdo con todos los cambios al proyecto original, pero ahora se dan cuenta de que no fue así.

RESPUESTA: En un tema tan sensible puedo comprender que se produzcan discrepancias de interpretación en el sentido último de una norma. Algunos piensan que determinados artículos de este proyecto pueden no reflejar bien la idea. Pero para eso habrá una comisión mixta que dejará las cosas claras.

PREGUNTA: Pero los senadores sostienen que no fueron informados de los cambios concretos del proyecto. ¿Qué responde?

RESPUESTA: Todo el mundo fue informado. Lo que ocurrió es que cuando la norma quedó escrita, abogados del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior que trabajan en juicios estimaron que podría interpretarse que el nuevo proyecto tácitamente deroga el decreto que dio origen a este programa.

PREGUNTA: ¿Alguien está por esa derogación?

RESPUESTA: Nadie, ni en el Gobierno ni en la Concertación, y nadie en la derecha quiere que ese programa termine. Esto es sólo un malentendido que se solucionará.

PREGUNTA: ¿Qué piensa cuando la presidenta de la DC, Soledad Alvear, dice que si hubiese sabido que las agrupaciones se oponían a los cambios fundamentales del proyecto, ella también se hubiese opuesto?

RESPUESTA Si ella hubiera visto que los cambios al proyecto eran equívocos no lo hubiera votado, y yo tampoco los hubiera propiciado. Pero en una tramitación parlamentaria, a veces, una norma que parece muy clara puede originar una interpretación distinta.

PREGUNTA: ¿Le dieron su acuerdo las agrupaciones para el detalle de los cambios que sufrió el proyecto en el Senado? Ellas dicen que no fue así.

RESPUESTA: Las agrupaciones no tendrían por qué dar su acuerdo al detalle de esos cambios. Con ellas se conversaron sólo las líneas gruesas de los cambios del proyecto. En detalle sí se les informó de los beneficios respecto a la recalificación de víctimas que se abrirá, y allí se asumió todo lo que pedían.

PREGUNTA: ¿Qué les informó respecto del resto de los cambios relativos a las facultades del Instituto de Derechos Humanos y las condiciones de continuación del Programa de DDHH?

RESPUESTA: Ahí la línea gruesa fue decir que si no hay posibilidades de que el instituto asuma las tareas del programa del Ministerio del Interior, entonces que ese programa siga y que lo haga con todas sus facultades. El problema es una interpretación de redacción, porque algunos abogados sostienen que, en esta parte, lo aprobado puede dar origen a una derogación tácita de la posibilidad de que el programa siga actuando en los juicios.

PREGUNTA: ¿Conversó sobre los cambios que sufriría el proyecto con los abogados del programa o con su secretaria ejecutiva?

RESPUESTA: No, con ellos no, pero con su secretaria ejecutiva, la señora Raquel Mejías, sí conversé varias veces. Me manifestó su legítima preocupación de que el programa pudiera ser menoscabado si pasaba al instituto. Pero no conversé con ella el detalle de los cambios al proyecto, y tampoco tendría por qué hacerlo.

PREGUNTA: ¿Qué rol jugó la representante de la Presidenta Bachelet para materias de DDHH, María Luisa Sepúlveda?

RESPUESTA: Con ella se discutieron estas mismas líneas gruesas, pero tampoco conoció los detalles de la redacción final, no corresponde que los conozca.

PREGUNTA: ¿La Presidenta Bachelet estuvo de acuerdo con el resultado de la negociación suya con los senadores Chadwick y Espina, que originó los cambios al proyecto que los diputados de la Concertación anuncian que votarán en contra? ¿Conoció los detalles?

RESPUESTA: No, los presidentes nunca conocen los detalles de estas cosas, salvo de algo muy trascendente.

PREGUNTA: ¿Bachelet se molestó cuando conoció las reacciones de rechazo a los cambios al proyecto?

RESPUESTA: No, ella confía en sus ministros.

PREGUNTA: ¿No es contradictorio lo que ha pasado con este proyecto del instituto y la preocupación que la Presidenta ha tenido en materia de DDHH?

RESPUESTA: Al contrario. Se trata de aprobar el proyecto que está durmiendo hace años en el Congreso. Y para ello hay que llegar a acuerdos con las mayorías que hay. La Presidenta tiene claro que debe crearse un instituto que tenga las mayores facultades posibles. El Gobierno quiere dejar un legado en materia de DDHH: este instituto, el Defensor de las Personas [Ombudsman], y que Chile ratifique los tratados de DDHH que aún están pendientes para ello en el Congreso, porque hasta ahora la derecha no los aprueba.

PREGUNTA: ¿Fue un error negociar con la derecha una materia tan sensible como los DDHH?

RESPUESTA: No, en absoluto. Lo que pasa es que a veces el diablo mete la cola en los detalles de una negociación.

PREGUNTA: ¿Quién fue el diablo en este caso?

RESPUESTA: ¡Ah!, si lo supiera

PREGUNTA: ¿Cómo se arreglará ahora el conflicto?

RESPUESTA En una comisión mixta en el Congreso. Pero ahora serán los diputados y senadores de la Concertación los que tendrán que conversar con la derecha. Y yo estaré presente para evitar cualquier paranoia, que se cambie lo que se pueda cambiar, para que nadie se sienta amenazado.

"MALENTENDIDO"

PREGUNTA: ¿Cuál fue el sentido de quitar tácitamente al programa del Ministerio del Interior su única razón de existir, que es coadyuvar con la justicia como parte en los juicios contra militares, si también tácitamente, como se lee en la redacción, se entrega al nuevo instituto esa tarea, pero luego con los cambios al proyecto y ahora explícitamente se le quita a éste la posibilidad de actuar en los Tribunales?

RESPUESTA: Ése es el malentendido. Aquí no se menciona el programa en ningún artículo. Salvo el número 6 del artículo 4, que dice que el nuevo instituto también custodiará la documentación de este programa.

PREGUNTA: El problema para los abogados del programa está en el número anterior de ese artículo 4, porque allí se establece justamente que lo que es la única razón de existir de este programa pasa a ser una función del instituto. Agravado con que el instituto no tendría facultades para actuar ante la justicia.

RESPUESTA: Pero el programa del Ministerio del Interior no va a pasar al instituto. Lo que se sostiene es que, así como está redactada esta parte, habría una derogación tácita de este programa.

PREGUNTA: Y la hay, así como está escrito

RESPUESTA: Bueno, puede ser, demos por válidas esas sospechas, pero entonces cambiemos la redacción. Nadie quiere terminar con este programa.

PREGUNTA: Entonces, habría acuerdo para que este programa siga actuando en los juicios existentes.

RESPUESTA: Lógico.

PREGUNTA: ¿Por qué en la negociación con la derecha se eliminó al instituto la facultad que sí le otorgaba el proyecto inicial de poder actuar en los tribunales para perseguir delitos de lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra, cuando Chile es parte de la comunidad internacional que a través de tratados y convenciones persigue estos ilícitos?

RESPUESTA: Si la derecha acepta que esto sea repuesto, perfecto. Podrá entonces deducir querellas. ¡Tanto mejor! Pero si al final no se logra acuerdo, no hay problema porque en el nuevo sistema procesal penal chileno si este instituto denuncia alguno de estos delitos, pondría en movimiento a la acción penal pública y se haría cargo un fiscal.

PREGUNTA: En los cambios finos al proyecto se nota una tendencia marcada a dejar fuera todo lo que tenga que ver con organismos internacionales de derechos humanos, Naciones Unidas, la OEA, la Comisión Interamericana, etc. Se eliminó la facultad del instituto para promover entre los Estados miembros de estas organizaciones la firma y ratificación de todos los tratados que protegen los DDHH. ¿Por qué?

RESPUESTA: Eso quedó en el número 3 del artículo 4 sobre las facultades del instituto, que dice: "Proponer a los órganos de la administración del Estado y el Congreso las medidas que estime deban adoptarse para proteger y promover los derechos humanos". Con ello el instituto puede estimar que puede promover esos tratados.

PREGUNTA: Pero por la vía de la interpretación. ¿Por qué no decirlo expresamente en el texto?

RESPUESTA: Porque la derecha no quiere que diga eso, y hay que llegar a acuerdos.

PREGUNTA: Además, se eliminó al instituto la facultad de promover los principios internacionales que rigen los DDHH, como también de promover el derecho de gente que obliga a los Estados a ser parte de la ONU y la OEA, e incluso a aplicar tratados y convenciones de DDHH que no están firmadas ni ratificadas por un país. Hoy, las cortes chilenas ya lo incorporan en algunos fallos.

RESPUESTA: Yo hubiese preferido que eso quedara, pero es una negociación y eso no depende de mí.

PREGUNTA: Un cambio más fino todavía fue borrar del texto original que el informe anual que emitirá el instituto vaya también a Naciones Unidas, la OEA y a los organismos de DDHH ciudadanos. ¿También lo objetó la derecha?

RESPUESTA: Pero son informes públicos, cualquiera los podrá leer.

PREGUNTA: Si son públicos, ¿cuál fue entonces el sentido de sacar expresamente a estos organismos?

RESPUESTA: Todo esto ha sido parte de una negociación y hay que preguntárselo a los que lo propusieron.

PREGUNTA: ¿A los senadores Chadwick y Espina?

RESPUESTA: Sí, a ellos.

LND

COMENTARIO DE MÁXIMO KINAST: El diablo que primero metió la cola se llama Dr. Germán Westphal y con él todas las organizaciones y abogados de Derechos Humanos y las redes solidarias que hay en este mundo.

Los señores Chadwick y Espina son inverecundos contumaces y no es extraño que se opongan a todo lo que sea Derechos Humanos, porque son encubridores de delitos y temen ser algún día juzgados por el pueblo de Chile; pero Viera Gallo es inverecundo solapado, un cobarde momio que se hace pasar por persona para ‘vender’ su veneno. En buenas cuentas, lo que viene a decir en su entrevista en La Nación de hoy domingo 16 de septiembre es que él no sabe nada, que no hizo nada, que nunca ha tenido la intención de poner punto final a los Derechos Humanos con un Instituto castrado y castrador, que fueron los senadores de la Derecha los que le metieron el dedo en la boca (y quizás donde más) sin que él se diera cuenta.

La verdad es que las Dos Derechas, o sea la UDI-RN y la CONCERTACIÓN, pactaron como Gobierno y como Congreso el colar una ley de punto final y les salió mal la jugada.

Pero se les está acabando el tiempo…

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