ARTICULOS SOBRE LA DETENCIÓN DE VICTOR TORO
Fortin Mapocho | ||||||||||
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Victor Toro at his home in the Bronx Tuesday
For Victor Toro, last week seemed like any other week in his life as one of the best-known advocates for immigrants and other dispossessed people in New York City. He met with other activists in Rochester to discuss what they should do about the recent collapse of the immigration bill in Congress.
On Friday, his meetings completed, Mr. Toro boarded an Amtrak train to return to his home in the Bronx. But Mr. Toro is an illegal immigrant. And it was on that train that he was discovered. He was arrested, jailed and then released early Monday morning after posting bond.
He now faces deportation.
Yesterday he was home with his wife and daughter, awaiting what is next in his odyssey. It began in the 1970s when he was a political prisoner in the jails of Gen. Augusto Pinochet in Chile, veered for a time into Europe and Mexico, then into New York City, where he became known for more than two decades of community and political activism.
Belatedly, Mr. Toro now plans to seek political asylum, but where he once feared only Chile, he said he now fears the United States as well.
Mr. Toro, a striking figure who wears his long white hair in a ponytail and has a luxuriant white mustache, foresaw none of this when he boarded the train in Rochester.
Suddenly, United States border patrol agents entered Mr. Toro’s car and went from seat to seat, asking passengers whether they were citizens, residents or visitors. Mr. Toro answered, in Spanish, that he was not an American citizen.
Did he have any identification? the agents asked. Mr. Toro showed them a Chilean passport, which had expired in 2005 and had no entry stamps for the United States. Can you explain the lack of entry stamps? the agents asked.
“I am here illegally,” Mr. Toro said in Spanish, according to his daughter, Rosa Toro, who acted as interpreter during a phone interview.
Mr. Toro was handcuffed, placed in a van with other immigrants who could not provide papers, given an orange jumpsuit, and imprisoned at Cayuga County Jail in Auburn, N.Y.
Ramon Rivera, a spokesman for United States Customs and Border Protection, said such random checks were becoming increasingly routine at train stations, bus stops and airports since the terror attacks of 9/11.
Detainees like Mr. Toro are asked during processing whether they seek political asylum, Agent Rivera said, and there is no record that Mr. Toro sought such asylum last week.
For Mr. Toro, 65, interactions with governments are filled with dread. When he was a left-wing political activist, General Pinochet’s regime tortured him after the coup that toppled Salvador Allende on Sept. 11, 1973, he said.
Both he and Nieves Ayress, now 56, who later became his wife, have said they had electrodes attached to their genitals in Chilean jails.
In 1976, he fled Chile for Sweden, Norway and other European countries, but he did not seek asylum anywhere there, said Carlos Moreno, Mr. Toro’s lawyer. For years, Mr. Toro went from country to country, finding himself at last in Mexico.
In 1984, he illegally crossed the border into the United States at El Paso, settling later in the Bronx, Mr. Moreno said.
Mr. Toro and Ms. Ayress, both political activists, started Vamos a la Peña del Bronx in 1987, a storefront group that provided clothing and food for poor people, help with immigrants’ problems, shelter for battered women and health education for those who were H.I.V. positive.
In 1998, the group won an award and a $50,000 grant from Union Square Awards in Manhattan for community service. “We were looking for groups that were operating on pure passion but who had no economic resources,” said Iris Morales, director of the philanthropy.
During more than two decades in the public eye, Mr. Toro was hiding his immigration status in plain sight, his lawyer said. Mr. Toro was arrested three times in the 1990s for nonviolent offenses: once for a political demonstration, a second time for a noise complaint, and a third for a building permit dispute.
Mr. Toro was never asked about his immigration status after his arrests, Mr. Moreno said. In addition, his home is opposite the 40th Precinct police station.
General Pinochet died last year, his regime replaced by a freely elected government, so why doesn’t Mr. Toro simply return to his homeland?
Rosa Toro said that the Chilean government declared him officially dead, a fact that chills her father.
“In Chile, the dictatorship would declare a person dead,” Ms. Toro said, “so that if you came back and something should happen to you, no one would know because you were already dead, officially.”
Ms. Toro, 27, was born in Havana and is a legal resident. Her mother is an American citizen. Mr. Toro had hesitated seeking asylum, in part, because the recent failed immigration bill seemed to promise amnesty for illegal immigrants like himself, Ms. Toro said. He had sought a new Chilean passport, but both times Mr. Toro was told that he was dead.
“Now, in both places, no one is very concerned about my father,” said Ms. Toro, a schoolteacher. “In the U.S. he could be deported, and in Chile he doesn’t exist.”
Mr. Moreno acknowledges that he faces substantial hurdles when Mr. Toro appears before an immigration court. No court date has been set.
Nonetheless, Mr. Toro has a strong case for political asylum because he has contemporary witnesses and photographs documenting physical abuse in Chile, Mr. Moreno said.
“Yes, he has some explaining to do,” Mr. Moreno said.
Cantando "New York" aparecio mirista Víctor Toro en Gringolandia
El dirigente había desaparecido hasta para su familia, quien obtuvo en la década de los '80 que la justicia declarara su muerte presunta. Vivía en el barrio del Bronx y dirigía organismo para ayudar a pobletes
Gastón Saravia N
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El hombrón, ahora de 65 añelis, fue detenido el pasado viernes por la poli gringa de inmigración, que después de 23 años cachó que vivía ilegalmente en Yanquilandia.
Toro, que a esta hora goza de una libertad bajo fianza de 5.000 billetes verdes, está con el quetejedi a dos manoplas, pues arriesga ser deportado a Jaguarlandia, donde dice que no puede volver porque tiene muchos enemigos que se lo quieren echar.
La llevaba
El mirista tenía un tremendo carisma entre la gente poblete y en Santiago la llevaba entre los pobladores de campamentos, en uno de los cuales vivía.Hijo de un minero, su vida de dirigente había comenzado en el norte, donde organizó movidas sindicales con los trabajadores de las empresas pesqueras. Después siguió por el sure, donde defendió la causa mapuche, y aterrizó en la capital para liderar tomas de terrenos.
Pa'l golpe militar, Toro se fondeó durante un año, pero al final fue detenido por efectivos de la Fach. Estuvo preso en varios centros de detención, incluido Tres Álamos, y después fue expulsado del país y no sufrió (vaya uno a saber por qué) la misma suerte de otros compadres del MIR que no vivieron para contarla.
Muerte presunta
Según consignó la agencia EFE, Toro y su esposa, Nieves Ayres, a quien conoció en Tres Alamos, aterrizaron en Estados Unidos en 1984. Perdió todo contacto con su familia, que al no saber de él consiguió en Chile que la justicia declarara su muerte presunta.Y ese es el temor del hombrón, ya que es ilegal y, si no es deportado, podría ir a la cana por suplantación de identidad, debido a que ya no existe en este mundo cruel.
Su abogado en Nueva York, Carlos Moreno, está haciendo las movidas para conseguirle asilo político, en consideración a que fue un perseguido por la dictadura de Pinochet.
En la actualidad, Víctor Toro está establecido en el Bronx, donde fundó y dirige la organización "Vamos a la Peña", en honor a Violeta Parra, dedicada a ayudar a la barra poblete neoyorkina a salir de las drogas, evitar el sida y no pegarle a la bruja.
Martes 10 de julio de 2007 | |||||||||||||
Víctor Toro fue detenido en Estados Unidos y podría ser deportado hacia Chile, por lo que su abogado anunció que solicitará el asilo político en esa nación. Allí reside desde 1984, donde se ha hecho conocido por crear la “Peña del Bronx”.
En 1984 se instaló en Estados Unidos, país al que ingresó de forma ilegal, lejos de la dictadura de Augusto Pinochet. Ese año fue dado por muerto en el Diario Oficial en Santiago, y rehizo su vida en la nación del norte, instalándose en Nueva York, donde dio vida a la denominada “Peña del Bronx”. Veintitrés años después, el ex mirista y ex preso político Víctor Toro corre el riesgo de ser deportado a Chile, tras ser arrestado por agentes de inmigración el viernes pasado, después de participar en una misión humanitaria con grupos pro inmigrantes en California. Su esposa -la también chilena Nieves Ayres- informó a la agencia EFE que Toro sería dejado en libertad anoche desde una prisión en el condado de Cayuga en Auburn, luego de pagar la fianza de 5.000 dólares que se le impuso. Sin embargo, la suerte de su pareja era incierta. "Pagamos la fianza pero todavía no se sabe nada hasta que no estemos allá (Cayuga)", dijo Ayres, en momentos en que se dirigía a la prisión. Toro -de 65 años- corre el riesgo de ser deportado, pero su abogado Carlos Moreno anunció que gestionará una solicitud de asilo político. "La petición para asilo político todavía no se ha hecho formalmente porque hay que hacerlo ante un juez una vez la persona queda en libertad. Eso probablemente va a ocurrir en unas tres semanas y se somete en la audiencia con el juez de inmigración", explicó. No obstante, el temor de su esposa es que le deporten porque tras ser declarado oficialmente muerto "podría ser arrestado por suplantación de persona". Trayectoria Tras el golpe militar, Toro Ramírez fue detenido y pasó por varios de detención de la dictadura, hasta 1976, año en el que dejó Chile. Luego de un paso por Suecia, Francia, Suiza y Cuba, en 1984, cruzó de ilegal la frontera de México con Estados Unidos, por el Paso, Texas, para llegar a Nueva York. En esa ciudad, junto a su esposa fundaron la organización "Vamos a la Peña de El Bronx" en 1987, donde ofrece a la comunidad programas contra la violencia doméstica, la adicción a las drogas y el sida. Su trabajo va principalmente destinado a los "homeless", que son aquellas personas que "han vivido diferentes tipos de crisis o se metieron en el alcoholismo, a las drogas o tuvieron rupturas familiares por cualquier motivo”, como reveló a "Contacto" de Canal 13 en un reportaje que le dedicaron en el año 2000. En julio de 2006, escribió una carta pública en donde pide al gobierno chileno que regularice sus papeles de identidad, atribuyendo su situación no sólo “a la patraña criminal de la dictadura, pero también la impunidad de los gobiernos de la Concertación que hasta hoy se niegan a documentarme como ciudadano de Chile, entregarme pasaporte, identidad y borrarme del Diario Oficial como muerto y resucitarme entre los vivos”. Martes 10 de julio de 2007 Ilegal en Estados Unidos: Detienen en N. York a ex mirista Víctor Toro El ex dirigente está oficialmente muerto en Chile, pero podría ser deportado. |
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