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Máximo Kinast Avilés

LAS FF.AA. SE MANDAN SOLAS

Hace pocos días, en un artículo difundido a través de Internet y varios medios progresistas de comunicación, la periodista Patricia Verdugo preguntaba "¿Quién manda al Ejército?"

La temida respuesta nos la ha dado hoy el Gobierno: el Ejército de Chile se manda solo y le hará funerales de honor a Augusto Pinochet Ugarte en su calidad de ex Comandante en Jefe, aunque es quien traicionó la doctrina consitucionalista más preciada de la Institución, indultó a los asesinos de otro ex Comandante en Jefe, el General René Schneider, y dispuso el asesinato de otro más, el General Carlos Prats González, su antecesor y ex superior jerárquico.

¿Qué racionalidad tiene esto para el Ejército?

Algunos dirán que el Ejército se debe a su ex Comandante en Jefe y punto.

Su ex Comandante en Jefe, ¿o sus ex Comandantes en Jefe?

Por lo visto, sólo se debe a Pinochet, pues de lo contrario debería haber puesto en la balanza institucional los nombres de los ex Comandantes asesinados, pero no lo ha hecho. Y si se debe sólo a
Pinochet, la temible gran pregunta es ¿por qué?

La única respuesta posible, tan temible como la pregunta misma y la respuesta que nos ha dado hoy el Gobierno: el Ejército es una institución ideológicamente controlada por el fascismo que Pinochet
representa y simboliza. De lo contrario, no le estaría rindiendo los honores que le rinde.

A esto cabe agregar que, en términos prácticos, como dice un muy respetable jurista amigo, "un Jefe del Estado no está realmente en condiciones de remover a un Comandante en Jefe en quien no tenga
confianza. Esta imposibilidad está reforzada --aunque hipócritamente maquillada-- en la tal llamada Constitución de Ricardo Lagos, la cual establece que una eventual decisión del Jefe de Estado de relevar a un mando desleal sea aprobada por el Senado en una especie de "juicio político". Esta es una vía necesariamente impracticable pues ningún Jefe de Estado sensato en el mundo cometería la irresponsabilidad de abrir un "juicio político" a quien tiene el dedo en el gatillo ante senadores amedrentados, amedrentables o cómplices del centurión."

En síntesis, el Ejército de Chile, más propiamente las FF.AA. de Chile, se mandan solas y el poder del Ejecutivo para someterlas a su voluntad es prácticamente nulo. Un poder que las FF.AA. sí tienen de
hecho respecto al Ejecutivo y demás poderes del Estado --el poder de veto que da el monopolio de las armas.

Que los funerales de honor por Pinochet, que deshonran y rebajan moralmente al país ante las naciones del mundo, sirvan de aviso de que el fascismo está vivo y latente en los mandos del Ejército y
demás ramas de las FF.AA. chilenas que también le rendirán honores.


Germán F. Westphal
Universidad de Maryland
Sede Baltimore, EE.UU.

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