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Máximo Kinast Avilés

QUE ME GUSTARIA....

Este email (que me llega de Canada) es un ejemplo de las reacciones que provocó en el mundo el 'infarto' del Innombrable.

Maximo Kinast 

 

 

From: Amparo [mailto:amparo@shaw.ca]

Pinochet está hospitalizado producto esta vez de un “verdadero”paro cardíaco. A través de una amiga, me llegó un artículo de Patricia Verdugo esta mañana.

En estos momentos… miles de pensamientos no dejan de bombardearme esta cabecita la mía…

La madre naturaleza nos está arrebatando al dictador fascista, tirano, traidor, corrupto y asesino más grande que existió en la historia de nuestro amado Chile.

Los italianos pudieron darle una muerte a Mussolini y nosotros esparcidos por todo el mundo estamos de observadores y esperando… Cómo hacer para arrebatárselo a la muerte. A la “Pela” cómo le decimos  bien a la chilena.

Tal como dice Patricia: Porque la muerte de Pinochet cerrará todos los procesos con un sello lapidario: “Sobreseído definitivamente por muerte del imputado” (artículo 93 del Código Penal). Y si Pinochet muere sin condena alguna - sea por sus crímenes o por sus actos de corrupción - se establecerá un hito que marcará a Chile con un sello indeleble: su incapacidad para hacer justicia.

Anotemos lo ocurrido. La transición chilena tuvo un precio: la impunidad de Pinochet. Así, el ex dictador entregó la banda presidencial a Patricio Aylwin el 11 de marzo de 1990 y se quedó ¡por ocho años más! como jefe del Ejército. Con la llave del arsenal en la mano, impidió toda investigación judicial que apuntara hacia él y miembros de su familia.

Tras esos ocho años de impunidad, se quitó el uniforme para convertirse en senador vitalicio. Y todavía estaría en el Senado si no es por acción de la justicia española. Estuvo arrestado en Londres por más de 500 días. Chile impetró su mejor derecho a juzgarlo y se logró su repatriación “por razones de compasión”, ante su frágil salud. Fragilidad que se evaporó no más pisar tierra chilena, en esa famosa escena cuando se levanta de la silla de ruedas.

La impunidad siguió su curso. Cuando las pruebas en su contra eran irrebatibles –en el caso de “la caravana de la muerte”- las cortes lo declararon loco en el 2001. Sobreseimiento definitivo por demencia del imputado. Nuevamente fue una mano extranjera la que puso las cosas en su lugar. El Senado de Estados Unidos reveló sus cuentas secretas en el 2004, cuentas en las que Pinochet decidía millonarios movimientos de dinero con una cordura a toda prueba. Ello obligó a las cortes a declararlo nuevamente “sujeto apto de proceso”. Y en eso estamos en Chile, juzgándolo por crímenes de disidentes y por su corrupción. Pero ningún juez se ha atrevido a condenarlo.

Pero bueno estas son algunas de las cosas que muchos estamos pensando y yo lo interpreto a mi manera…

Me queda quizás soñar para sacarme tanta pena, tanta rabia, tanta frustración! Me arruinó mucho señor!

 

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