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Máximo Kinast Avilés

LA LÓGICA DE LA SINRAZÓN

Por Máximo Kinast (29/06/2005)

Hace algunos años (en el 2001) escribí una serie de pequeños artículos titulados ’Chile Insólito’, porque me sorprendía todo lo que ocurría en el país.

Hace unos días, el Dr. Germán Westphal ha publicado en Política Cono Sur ’ALGUNAS NOTICIAS DE CHILE, EN CAPSULAS (O SUPOSITORIOS’, también sorprendido por la incongruencia de los hechos que observa.

Un análisis de esos textos y una seria reflexión me ha permitido encontrar el hilo conductor o la lógica de la sinrazón con que en Chile (y en el mundo) se agravia a la razón. Un breve repaso a estos temas, amable lector, nos ayudará a comprender lo que ha ocurrido y está ocurriendo en esa angosta faja que -irónicamente sin ironía- los naturales llaman ’la copia feliz del Edén’.

En ’HISTORIAS DEL CONGRESO’ me sorprendía la rapacidad de los parlamentarios que escatimaban el sueldo a sus asesores y a sus secretarias; el uso o abuso de las regalías, y la composición espuria del Senado con senadores designados por un genocida ladrón y cobarde.

En ’SANIDAD’ me preguntaba ’¿Qué relación tienen esas inversiones con la salud de los chilenos?’ en referencia a las grandes sumas que recaudan empresas privadas (AFP, ISAPRES). La respuesta es que no hay relación. Y eso me parecía sorprendente.

En ’TURISMO’ comentaba la burocracia policial que exige ’papelitos’ con datos personales, además del pasaporte, para ingresar en el país, aparte, claro está, de una buena fumigación con insecticidas o pesticidas.

En ’TRANSPORTE COLECTIVO’ decía que ’el 26/03/01 se inauguró un Plan de Transporte Urbano para Santiago y en el mismo día se consiguen atascos históricos’. La raíz del problema es el neoliberalismo, representado por más de 30 mil propietarios de vehículos, que compiten cada día ’por capturar al pasajero que está esperando en la siguiente esquina’.

En ’JUSTICIA’ afirmaba que ’en el país de lo insólito, no es posible la Justicia y la Verdad, al menos como se entiende en Europa o en otros países’. Y explicaba como se confunde la lucha de un pueblo por su libertad con las atrocidades de los genocidas. Y todavía hoy se aplican leyes dictadas por los propios verdugos, mientras el señor Ministro de Justicia sueña con privatizar las cárceles.

En ’DERECHOS HUMANOS’ denunciaba la dura situación de los Presos Políticos. Y todavía hoy hay Presos Políticos en huelga de hambre para exigir Justicia Justa. Y todavía hoy, los Poderes Públicos se lavan las manos, mientras Agustín Edwards, el traidor a la patria, dictamina sobre los justo y lo injusto desde su tenebrosa Fundación Paz Ciudadana.

Copio, para una mejor comprensión el texto del Dr. Westphal titulado: ’ALGUNAS NOTICIAS DE CHILE, EN CAPSULAS (O SUPOSITORIOS)’

En las últimas semanas, seis botones de muestra:

(1) Obispos católicos denuncian desigualdades sociales escandalosas. Oposición y gobierno se recriminan recíprocamente, pero ni una ni otra parte dice nada respecto al modelo neoliberal que comparten. A los pocos días, el tema desaparece de la discusión pública.

(2) Casi 200 mil niños tienen que trabajar para ayudar a sus familias. El Ministro de Educación propone aumentar las edades de escolaridad obligatoria.

(3) Matrimonio abrumado por problemas económicos se prende fuego a lo bonzo frente a La Moneda. Las autoridades dicen que la pareja recibía ayuda social.

(4) El ex Juez Juan Guzmán lanza su libro sobre las causas de DD. HH. que tuvo a su cargo. La sala se abarrota de ciudadanos vinculados a la defensa y protección de los DD. HH. Incluso asisten embajadores y otros miembros del cuerpo diplomático extranjero. Los adalides de DD. HH. del Gobierno y el Congreso brillan por su ausencia.

(5) Después que el senador demócrata-cristiano Jorge Lavandero se declarara culpable de múltiples abusos sexuales a cuatro menores, algunos notables de su partido, como el ex Presidente de Chile, Patricio Aylwin, se conduelen públicamente por la situación personal y judicial del victimizador. Nada dicen a propósito de los niños víctimizados y sus familias.

(6) La derecha en la oposición acusa al Gobierno de nepotismo. El Gobierno se defiende con el argumento de que todo es legal y, por tanto, ético.

Hasta ahí el texto citado.
La explicación a todo eso y a todo lo que ocurre en Chile es simple, clara y diáfana. Igual que ocurre en todo el mundo, existe una interesada confusión en los términos. Usamos palabras consagradas por el uso y abusamos de ellas para definir otras situaciones. Eso es todo. En buen romance se llama MENTIR.

Es mentira que en Chile haya una Democracia. Vivimos en una PLUTOCRACIA. Una diputación ’cuesta’ unos quinientos millones de pesos y una senaduría esta por los ochocientos. Para ser Presidente de la República se necesita una suma superior a mil quinientos millones de pesos (a unos quinientos ochenta pesos por dólar).

Por eso Su Excelencia no invitó a la recepción del 21 de mayo a los precandidatos del Juntos Podemos, porque ni todos juntos hacen esa cifra. En cambio invitó a Lavín, porque le sobra la plata y a las precandidatas de la Concertación por lo mismo. Plutocracia es el gobierno de los ricos, por los ricos y sólo para los muy ricos.

No es sorprendente lo que ocurre en el Congreso, porque los parlamentarios tienen un tiempo limitado para recuperar la inversión y obtener algún beneficio, aunque sea a costa de apropiarse indebidamente del dinero que reciben para pagar a sus colaboradores. Usos y costumbres propios de una Plutocracia.

No es sorprendente lo que ocurre con la Salud Pública, porque las AFP e ISAPRES están para apoderarse ’legalmente’ del dinero de las gentes y no para cuidar la salud de la población. Sólo los beneficios importan en una Plutocracia.

No es sorprendente la burocracia policial, ya que Chile es un Estado Policial ocupado por las Fuerzas Armadas que derrotaron la Democracia el 11 de septiembre de 1973 e instauraron la Plutocracia bajo la chapa (o seudónimo) de Neoliberalismo. La fumigación es para proteger los intereses de los exportadores de frutas, no importa si hay pasajeros asmáticos o niños. El Dinero manda en una Plutocracia.

No es sorprendente que treinta mil pequeños empresarios luchen en las calles de Santiago, con muertos y heridos incluidos, por capturar pasajeros. Es lo lógico en una Plutocracia.

No es sorprendente que la Corte Suprema entregue las causas de Derechos Humanos a Jueces partidarios de la Dictadura. Los Derechos Humanos son un lujo de la Democracia. Lo que debería extrañarnos es que los Supremos no tengan más autos para fallar en mérito a ellos. En una Plutocracia la clemencia de la Justicia es para los ricos y el rigor para los pobres.

No es sorprendente que haya Presos Políticos, ni que hayan sido condenados por Tribunales Militares en mérito a leyes dictadas por la Dictadura. Lo sorprendente es que algunos han salido en libertad. No podemos olvidar que los Presos Políticos cometieron el grave delito de luchar con armas en defensa de la Democracia y contra la Plutocracia. El peor crimen en una Plutocracia es defender la Democracia.

No es sorprendente que el tema de las enormes desigualdades económicas desaparezca de la escena política. No es rentable. No produce beneficios, por tanto, no interesa en una Plutocracia.

No es sorprendente que doscientos mil niños trabajen, ni que el Ministro de Educación proponga soluciones estúpidas. El Mercado, Rey de la Plutocracia, exige el trabajo esclavo y no hay Ministro que se atreva a oponerse a Su Majestad, el Dinero. Por eso, porque vivimos en una Plutocracia.

No es sorprendente que un matrimonio se queme a lo bonzo. Es terriblemente duro y triste, pero resulta natural, porque estaban fuera del Mercado y es lógico que la burocracia, fiel aliada de la Plutocracia, declare que recibían ayuda del Estado.

No es sorprendente que los adalides de Derechos Humanos del Gobierno y el Congreso brillen por su ausencia a la presentación del libro del Juez Guzmán. Ellos son representantes de la Plutocracia, y ya lo hemos dicho, los Derechos Humanos son un lujo de la Democracia, que además, no generan lucro.

No es sorprendente que los poderosos se conduelan públicamente por la situación personal y judicial del victimizador y nada digan a propósito de los niños víctimizados y sus familias. Entre bueyes no hay cornadas y todos son lobos de la misma camada. En cambio las víctimas son pobres de extrema pobreza y no cuentan en una Plutocracia. Si Lavanderos hubiese sido más rico o miembro de un partido más plutócrata, todo habría quedado en un complot contra su buen nombre.

Por último no es sorprendente que el Gobierno recurra a conceptos de legalidad para ocultar el nepotismo. Repito: Existe una interesada confusión en los términos. Usamos palabras consagradas por el uso y abusamos de ellas para definir otras situaciones. Eso es todo. En buen romance se llama MENTIR. Es mentira que en Chile haya una Democracia. Vivimos en una PLUTOCRACIA, y eso lo explica todo, aunque algunos lo llamen Neoliberalismo.

Maximo Kinast
RUT 2274418-6

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