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Máximo Kinast Avilés

CARTA ABIERTA A LA IGLESIA

Ilustrísimos Señores Obispos
Iglesia Católica de Chile
13 de noviembre de 1999

Respetuosamente, ante las declaraciones de apoyo al presunto genocida Augusto Pinochet, por razones humanitarias y dadas "sus precarias condiciones de salud y avanzada edad" les envío mi punto de vista personal, basada en una reflexión serena, tal como Sus Ilustrísimas lo desean:

1º "Bienaventurados los pobres…" La Iglesia está dando claras muestras públicas de su inclinación y apoyo al Poder, olvidando sus supuestas obligaciones con "su rebaño", por las razones que señalo:

a) Olvidando su tradicional cautela los Obispos dan por buenos los exámenes de salud realizados por médicos allegados al ya mencionado presunto genocida y no tienen en consideración que si los médicos designados por el Ministro Straw contradijeran (como es muy posible que contradigan) la tan difundida imagen de "abuelito enfermo", se verían los Obispos haciendo el más monumental de los ridículos.
b) Hay cuatro chilenos "en un país extranjero con una situación jurídica tan ambigua y difícil" prisioneros de Fujimori, en Puno, Perú, a cuatro mil metros de altitud en el penal de Yanamayo en el altiplano, en condiciones inhumanas y han sido torturados. Ellos son: Jaime Castillo Petruzzi, María Concepción Pincheira, Lautaro Mellado y Alejandro Astorga. Han sido Juzgados y condenados a cadena perpetua por Tribunales Militares de ese país. El gobierno peruano se ha negado a acatar el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que dispone un nuevo juicio, ante un Tribunal Civil, de los ciudadanos chilenos condenados en Perú por "traición a la patria". ¿Los Obispos chilenos rezan en silencio por ellos? Es de suponer que si, ya que no hacen declaraciones públicas.
c) Los Obispos olvidan las "razones humanitarias" que invocan los familiares de los secuestrados asesinados, conocidos por el eufemismo de "detenidos desaparecidos". Ellos cada día sufren la tortura más cruel imaginable. Cada día se preguntan ¿dónde están? ¿qué les ocurrió? ¿y si estuviese vivo? … Ellos tienen el derecho humano de saber la verdad que sólo puede establecerse en un Juicio Justo.

2º "Dad aL César lo que es del César". Los señores Obispos, investidos de su dignidad de Príncipes de la Iglesia, no están facultados para descalificar al máximo tribunal de España: la Audiencia Nacional, cuyos razonados fallos han sentado jurisprudencia en el tema que estamos tratando. Estas doctas sentencias no pueden ser tildadas de "ambigüedad jurídica", ni corresponde después de su sana lectura invocar con contumacia la pretendida vulneración a la soberanía nacional.

a) El caso del citado presunto genocida y torturador está en manos del Poder Judicial del Reino Unido y de España, naciones civilizadas y respetuosas de los Derechos Humanos. Es de público conocimiento que el Juez Instructor, Honorable Sr. Garzón, no es quien juzgará al tantas veces mencionado, dado que las leyes españolas así lo establecen. Cualquier alusión como la de que "su situación no puede quedar en manos de un juez particular" es una tendenciosa interpretación en la que puedo presumir intención de desinformar con oscuros designios, impropios de la dignidad y presunta honestidad de un Príncipe de la Iglesia.
b) Respecto a la Soberanía Nacional los señores Obispos no pueden olvidar que Chile sentó un doloroso precedente jurídico en el siglo pasado al invadir Perú y Bolivia para evitar la creación de una Confederación entre ambos países, porque presuntamente vulneraba sus intereses comerciales.
c) Si los precedentes históricos de las veleidades intervencionistas de los gobiernos de Chile no sirviesen de precedente, me permito recordar a Sus Ilustrísimas que uno de los puntos fundamentales del Juicio al ya mencionado presunto genocida, es la creación bajo su gobierno dictatorial de un organismo criminal internacional, bajo el nombre de "Operación Cóndor" y destinado a violar los derechos de los ciudadanos sin respeto a la soberanía nacional.

3º "Por sus obras les conoceréis". Los Obispos invitan a recorrer "con respeto mutuo los caminos de la verdad y la justicia" . Al respecto deseo recordar a Sus Ilustrísimas que para recorrer el citado camino existen los Tribunales de Justicia, que son los únicos cualificados para establecer la verdad en caso de litigio y para administrar justicia. Cualquier intento por evadir su jurisdicción (incluso por pretendidas y mal interpretadas "razones humanitarias") es una forma de eludir la Verdad y se asemeja a las figuras delictivas de encubrimiento y de obstrucción a la Justicia.

a) La invocación a "facilitar la labor de la mesa de diálogo…" supongo que ha de ser una clara alusión a las fementidas palabras del Comandante en Jefe del Ejército de Chile al alegar ignorancia de los hechos y a sus claras amenazas de repetir el Golpe de Estado, porque en otro contexto son incomprensibles.

Con la expresión de mi más profundo malestar por la desafortunada, intencionada y parcial ingerencia de la Iglesia Católica en este asunto, les saludo con el respeto que merecen.

Máximo Kinast Avilés
C.I. 2.274.418-6 Stgo

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