¿Los economistas hay que cocerlos al dente o en confit?
Escribe Luis Casado – 31/10/2011
A veces uno no se da cuenta de lo oportuno que resulta un exabrupto, una parida, un desplante torero, o para decirlo en la lengua que afeccionamos entre amigos, mandar a alguien de regreso al claustro materno sabiendo que en el caso de muchos economistas el acceso, -o más propiamente el conducto por el que salieron-, se sitúa en la parte distal del sistema digestivo que se presenta bajo la forma de una depresión ectodérmica llamada proctodeo, o proctodeum si la quieres jugar latina.
Ayer, al escribir una nota titulada “¿Un premio Nobel es soluble en ácido sulfúrico?”, no pensé que la actualidad vendría a reforzar mis argumentos como el Vº de Caballería llegaba a socorrer a los mendas que se aventuraban en el lejano Oeste. En este caso el inesperado y no solicitado socorro se parece más bien a dispararle a una ambulancia o a terminarse un contrincante ya caído con un concierto de zapatería.
De España me llega un complemento de información sobre algo que ya sabía: cómo se roban el dinero público los altos ejecutivos bancarios (no sólo en España, desde luego). Mira ver:
“José Luis Pego, ex director de Novacaixagalicia, se ha prejubilado este verano. A través del seguro y el fondo de pensiones recibirá 18,5 millones de euros, de los que ya ha cobrado 7,7 millones. Novacaixagalicia ha sido intervenida recientemente, recibiendo una inyección de capital de € 2.465 millones procedentes del bolsillo de todos los españoles. Pero a pesar de la actual situación, Jose Luis Pego, junto a otros ex directivos, se niega a devolver el dinero obtenido. José Luis Pego recibió en el 2010 el premio "Economista del año" otorgado por el Colegio de Economistas de Pontevedra por su labor en la creación y gestión de esta entidad.”
¿Qué tal? El “Economista del año” hace quebrar el banco que dirige, y antes de tirar su última reverencia le da un manotazo a la caja llevándose nada menos que 6 mil 170 años de salario mínimo chileno. ¡Con plata del Estado! Cuando te digo que la deuda soberana no se debe a un exceso de gasto público, -al menos no sólo, y ni siquiera esencialmente-, sino a un sistema financiero rufián, no estoy bromeando. Danilo Aravena, que escribe en Politika, diría “Todo parecido con lo que ocurre en la copia feliz del edén no es pura coincidencia…”
Christopher Pissarides, el héroe de mi parida de ayer, -pseudo Nobel de economía-, recibe una patada en pleno hocico en un artículo publicado en la edición de TIME Magazine de hoy. Veamos. “¿Hay alguna esperanza para la juventud británica desempleada?”. Bajo este título la periodista Sonia Van Gilder Cooke nos dice lo siguiente:
“En el verano de 2011 el mundo vio dos caras muy diferentes de Gran Bretaña: el cuento de hadas del romance de un matrimonio real, y la rabia desencadenada de los manifestantes que incendiaron Londres y saquearon ciudades en todo el país. Y aun cuando la imagen tradicional de Gran Bretaña continua atrayendo el interés internacional, la situación fuera del círculo encantado solo está empeorando. El desempleo juvenil en el país está en los niveles más altos desde que se inició su monitoreo a principios de los años 1990. Casi un millón (uno de cada cinco) de jóvenes entre 18 y 24 años de edad está en el paro, y muchos de ellos por largo tiempo: la cantidad de jóvenes que han estado sin trabajo durante dos años aumentó en un 43%.”
Si leíste mi parida de ayer sabes que Pissarides da lecciones sobre cómo conducir la economía para que estas cosas no ocurran, y da como ejemplo a Margaret Thatcher y a los socialdemócratas británicos que continuaron su obra (los “progresistas” Tony Blair y Gordon Brown). Christopher Pissarides es británico. De origen chipriota, pero británico al fin y al cabo. Algo que pudiese alimentar la xenofobia de los enemigos de la inmigración en el país de los rosbifs. Porque este insigne boludo afirma que la culpa del desempleo la tienen los sindicatos que:
“Abusan de su poder al negociar solo en beneficio de sus miembros.” Y señala que “Los sindicatos británicos estuvieron en esa situación hasta los años ochenta, cuando el Gobierno les recortó buena parte de su poder. A pesar de tener el apoyo de los sindicatos, el Gobierno laborista siguió la misma línea porque llegó a la conclusión que era lo mejor para el país y para la economía en general.”
En otras palabras Gran Bretaña no debiese conocer problemas de desempleo visto que Thatcher y los laboristas le recortaron a los sindicatos el poder que tenían. Lo que fue, según Pissarides “…lo mejor para el país y la economía en general”. ¡Merecido tiene el pseudo premio Nobel de economía!
¿Y quienes no siguieron a la letra las políticas neoliberales de Thatcher y los socialdemócratas? Debiesen estar peor. La nota de TIME Magazine precisa sin embargo:
“Los países europeos están sufriendo similares y devastadores niveles de desempleo juvenil, pero en ninguno, como en Gran Bretaña, la cuestión tiene tal urgencia. Los estudios muestran que en ningún país de Europa la juventud es tan adepta al alcohol, a las drogas y al crimen como en Gran Bretaña, y ningún país ha conocido la misma violencia que barrió a Inglaterra en agosto.”
Como hubiese dicho mi inolvidable amigo Armen Kouyoumdjian, “I rest my case”.
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