Declaración del Encuentro Internacional        de H.I.J.O.S. de detenidos desaparecidos  
Los Hijos e Hijas por la Identidad        y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.) realizaron un        Encuentro Internacional en México (del 6 al 8 de octubre), en su        declaración de principios sostienen: “No sólo nos une el horror de las        dictaduras, también somos hijos e hijas de las luchas de los pueblos de        América Latina y somos personas comprometidas a trabajar contra la        impunidad que traspasa nuestras fronteras”. 
Reunidos en el Centro Cultural        Tlatelolco de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las y los        H.I.J.O.S. presentaron los 3 ejes de su trabajo sociopolítico: Identidad,        Memoria y Justicia.

 
 Las y los reunidos en el encuentro internacional de hijos e hijas en México del 6 al 8 de octubre del 2010, en representación de nuestras organizaciones - Hijos por la Identidad y la Justicia contra el          Olvido y el Silencio, Red Nacional Argentina; 
- Hijos Chile 
- Hijos e hijas por la memoria y contra la          impunidad Colombia 
- Hijos por la Identidad y la Justicia contra el          Olvido y el Silencio, España y Francia de Red Europa; 
- Hijos por la Identidad y la Justicia contra el          Olvido y el Silencio, regional Guatemala; 
- Hijos por la Identidad y la Justicia contra el          Olvido y el Silencio, regional México; 
- Hijos Uruguay; 
 
- Hijos Perú;
 E invitando también a quienes quieran        sumarse a esta declaratoria de principios y acuerdos, manifestamos:
 
Somos hijos e hijas de una misma historia.
 
Somos        hombres y mujeres que compartimos experiencia de represión, aunque vinculada a procesos distintos: las dictaduras militares        en Chile, Uruguay y Argentina; la guerra y el conflicto político, social y        armado en Guatemala, Perú, Colombia y México; éste junto a España y        Francia, como países receptores del exilio y la persecución y a su vez,        albergue de represores.
 
Pero no sólo nos une el horror, también        somos hijos e hijas de las luchas de los pueblos de América Latina y somos personas comprometidas a trabajar contra la        impunidad que traspasa nuestras fronteras.
 
Subvertimos el dolor en fuerza y la tristeza        en rebeldía.
 
Porque romper        el silencio y denunciar el terrorismo de Estado que se implementó e implementa en nuestros países es, para nosotros        y nosotras, una manera de trabajar por un mundo más justo donde no existan la desigualdad y la injusticia que el        imperialismo ha promovido e impulsa utilizando métodos        represivos.
 
En nuestra lucha        nos guían tres ejes indisociables:
 
Identidad:
 
Nosotros y nosotras, que hemos visto en        Latinoamérica la opresión a la resistencia política, impulsada por el        terrorismo de Estado y las estrategias de Estados Unidos, reconocemos y reivindicamos hoy la lucha de nuestros padres y madres, que consideramos vigente, y nos sentimos orgullosos de ser hijos de una generación que dio lo mejor de sí para hacer del mundo un lugar más justo, bello e        igualitario.
 
Ahora, elegimos        partir desde nuestras historias individuales para expresarnos de manera colectiva con una nueva forma de hacer política, la nuestra.
 
Partimos de las fotos en blanco y negro, con los rostros de las víctimas de la barbarie, y las llenamos de colores cargados de memoria, de música y de vida. Integramos el arte y seguimos en la        búsqueda de una estética de nuestra generación, valorando la diversidad.
 
Memoria:
 
Concebimos a la memoria como un verbo y no        un recuento de datos del pasado. Para nosotros es un principio de acción que va de lo individual a lo colectivo y, además de dignificarnos, nos sitúa como sujetos activos en el presente y futuro de nuestras sociedades.
 
Rompemos el silencio con denuncias de injusticias pasadas y presentes, pero esperamos también que los pueblos        tomen el desafío de construir sus propios destinos. Porque, para nosotros y nosotras, un        pueblo sin memoria es un pueblo sin identidad y, por tanto, sin        futuro.
 
Reconocemos el desafío de la institucionalización de la memoria como un asunto que nos interpela, pero no cederemos a que la memoria deje de ser viva, activa, ni pierda su potencialidad        transformadora.
 
Justicia:
 
Señalamos que la represión adquiere nuevos        nombres y formas. Hoy son la lucha contra el terrorismo, la doctrina de tolerancia cero, la judicialización de la protesta social, persecución a        luchadores políticos y la criminalización de la pobreza.
 
En su nombre se        justifican la violación de derechos, se restringen las democracias y se afectan las conquistas        populares, como ocurrió con el golpe de Estado en Honduras y los intentos fallidos en Ecuador, Bolivia y        Venezuela.
 
Aunque en algunos de nuestros países existen avances formales en        materia legal, ello no significa que se apliquen ni se transformen en        posibilidad de justicia. 
La impunidad es moneda corriente        por ser parte estructural de los regímenes en que vivimos. 
Al luchar contra ella, exigiendo el juicio y        castigo a los responsables de ayer y hoy, intentamos aportar a la construcción de sociedades más justas, tanto desde las peleas en tribunales como en las calles, buscando una condena social.
Por todo lo antes        dicho, denunciamos - Que          el terrorismo de Estado continúa vigente y adquiere nuevas          formas, como las leyes antiterroristas y judicialización de las luchas, con el fin de paralizar a nuestras sociedades y robar riquezas materiales, culturales          y espirituales. 
- Que          la militarización y la intervención extranjera violan en nuestros países          el principio de autodeterminación de los pueblos y generan condiciones para          posibles golpes de Estado. 
- Que          muchos de nuestros estados siguen cometiendo la desaparición forzada en contra de luchadores sociales. Sean de hace 50 años, diez, o 15 días, igualmente          los desaparecidos y las desaparecidas nos faltan a todos y todas,          todos los días, y no bajaremos la voz ni los brazos para exigir su          aparición con vida.
Conocemos en carne propia la crueldad del terrorismo de Estado. Hemos experimentado el dolor y la impotencia de las desapariciones, ejecuciones extrajudiciales,        asesinatos, persecuciones, torturas, exilio, masacres, genocidios,        apropiaciones de niños, encarcelamientos y delitos de lesa humanidad, por razones políticas. 
Ese dolor nos atraviesa el cuerpo y        fue pensado para aislarnos, acallarnos y paralizarnos. Pero no logró derrotarnos. 
Ni el crimen más cruel ha podido        hacer desaparecer el espíritu y la voluntad de lucha por un mundo mejor.
 
Desde México, juntos, reafirmamos nuestro compromiso por trabajar con la memoria        como escudo, la identidad como nuestra mayor fortaleza y la        justicia como nuestra bandera.
 
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS        RECONCILIAMOS
 
RED INTERNACIONAL DE HIJOS
 
Ciudad de México, 8 de octubre de 2010
 
¡Nuestra venganza es la de ser felices!
  			 
			
			
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