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SACANDO CHILENOS DEL HOYO...

Escribe Luis Casado – 11/10/2010

Una vez que los 33 mineros estén en los brazos de sus familias, -para felicidad de todos-, la cuestión que se planteará es la de saber si Piñera será lo suficientemente perseverante como para continuar en tan buen camino: sacar a todos los trabajadores chilenos del profundo hoyo en que se encuentran.

Afortunadamente para este gobierno la cantidad de trabajadores asalariados va disminuyendo. Según los datos oficiales del INE, cuando Piñera asumió la presidencia había 4 millones 870 mil trabajadores asalariados. Al 10 de agosto solo quedaban 4 millones 857 mil. Menos los 33 mineros que serán rescatados esta semana, a Piñera le quedan aun 4 millones 586 mil 967 trabajadores que sacar del hoyo.

Si digo afortunadamente es porque Piñera se comprometió a crear 250 mil puestos de trabajo cada año. Si nada cambia en las condiciones de desprotección, de salarios miserables, de interminables horarios de trabajo y de falta de respeto por la mano de obra, la cantidad de asalariados en el fondo de un pozo insondable aumentaría de otros tantos. Afortunadamente para él, Piñera no ha creado ni un solo empleo, si exceptuamos un leve aumento del número de mucamas, sirvientas, asistentes del hogar, “nanas”, o como quieras llamarlas.

No hace mucho la TV mostraba a los conductores del Transantiago obligados a usar pañales para poder cumplir con sus horarios y suplir la falta de infraestructuras adecuadas. La ausencia de lugares de reposo y de servicios higiénicos se ha transformado en la norma, sobre todo en la empresa en la que Ricardo Solari, ex ministro del Trabajo, fue a ejercer sus talentos. Pero este caso no es sino uno entre miles. De las trabajadoras temporeras, obligadas a soportar las fumigaciones de productos tóxicos mientras realizan sus labores, a los mineros de la pequeña, la mediana y la gran minería, pasando por los trabajadores de las salmoneras y los obreros de la construcción, la inseguridad en el trabajo es un dato.

Armen Kouyoumdjian precisa que “de acuerdo a la Mutual de Seguridad, y restringiendo las cifras solo a sus miembros, en el año 2009 hubo 191.685 accidentes del trabajo”. Esa es una cifra enorme: año tras año, uno de cada 25 trabajadores asalariados sufre un accidente en el ejercicio de sus labores.

En los veinte años de pseudo-democracia se produjeron casi cuatro millones de accidentes del trabajo. ¡Cuatro millones! Kouyoumdjian agrega que “En los últimos cinco años hubo 23 accidentes graves en la minería chilena. En el caso de la mina San José los problemas fueron puestos en evidencia hace ya mucho tiempo, en 1992. Durante este período virtualmente todos los inspectores, públicos y privados, informaron que la mina era peligrosa y que quebrantaba todas las reglas, sin embargo la mina fue autorizada a continuar sus operaciones”.

María Ester Feres, que durante once años fue Directora General del Trabajo, afirma que la legislación laboral chilena solo protege al empresario. Y agrega que el Código del Trabajo impuesto en dictadura sigue vigente.

La desprotección de los trabajadores chilenos no se limita a la seguridad industrial. El nivel y la estructura de las remuneraciones hacen que Chile tenga el dudoso privilegio de figurar entre los países más injustos del planeta. María Ester Feres señala que cada vez más los pobres y los indigentes se reclutan entre personas que tienen un empleo. Las estadísticas del Casen, aún manipuladas, muestran que la pobreza y la indigencia aumentan al mismo tiempo que crece el PIB. 

No solo los asalariados están en el fondo del pozo. Las crías, los niños y los jóvenes también. Las cifras del Casen indican que un 24,5% de los chilenos de 0 a 3 años edad están por debajo del umbral de pobreza y/o de indigencia. Para el grupo etario que va de 4 a 17 años de edad, la proporción es de un 21,5%. Es profundo el hoyo… El hoyo es profundo.

Lo dicho: una vez que los 33 mineros estén en los brazos de sus familias, la cuestión que se planteará es la de saber si Piñera será capaz de sacar a todos los trabajadores chilenos del profundo hoyo en que se encuentran.

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