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Máximo Kinast Avilés

VITALIA QUEZADA SCIARAFFIA

"Con mucha pena se recibio la noticia del fallecimiento de la Sra. Vitalia Quezada Sciaraffia, en la ciudad de Viña del Mar. Era hija de don Julio Quezada, contador y profesor del Instituto Comercial y de doña Isabel Sciaraffia. Muy conocidos en Iquique, pues eran dueños de la Quinta Sciaraffia, donde hoy están los mormones (Zegers arriba).Vitalia Quezada S., era casada con Marcial Henríquez, destacado deportista y dirigente del club Academia de Educacion Fisica. Además, Marcial Henríquez es el hombre que reúne en Santiago todos los años a los académicos radicados en la capital, en el día de su aniversario".

 

Escribe Máximo Kinast


Por una casualidad encontré este párrafo en un acta del mes de mayo del año 2008, del Club Deportivo "Tierra de Campeones", o sea de Iquique, para los que no lo sepan.


¡Qué poco queda de las personas cuando mueren! En mi cabeza suenan los versos de Jorge Manrique a la muerte de su padre, esa queja súblime del hijo que ve desaparecer de un plumazo la grandeza de su progenitor. O los de Gustavo Adolfo Bécquer... ¡qué sólos se quedan los muertos!


Tala era hermosa, simpática y muy inteligente. Morena, delgada, excelente figura. Era lógico que Marcial se enamorara de ella. Marcial, mi amigo campeón de natación, me pedía mi bicicleta para ir hasta la Quinta a ver a Talita casi cada día. Ambos nadabamos por la Academia.


Su padre, don Julio Quezada era contador de la Sindicatura de Quiebras, entre otras muchas actividades, y trabajaba con mi padre en Baquedano 837. Un hombre amable, con aspecto de sabio, serio pero simpático. Mi padre alababa la inteligencia de don Julio, algo que no era habitual ya que solía encontrar más estúpidos que inteligentes. Murio joven don Julio, y doña Isabel, la madre de Talita, se hizo cargo de la Quinta y de sus hijos, Tala y Miguel, que era un niño pequeño. Ibamos los fines de semana a comprarle verduras. El aniversaruo del Colegio de Abogados se celebraba -por influencia de mi padre- en la Quinta de doña Isabel, que organizando algunos eventos y vendiendo sus productos -hoy diríamos ecológicos- sacó adelante a sus hijos. Tala se recibió de abogado y entró a la Magistratura. De Miguel no he sabido desde hace muchos años.


Y todo esto sería una historia más o menos aburrida, con caracter muy local y sentimentaloide, si no fuese porque Tala heredó de sus padres la honestidad, la inteligencia y el valor a toda prueba. Como jueza ejerció su cargo con honestidad destacándose por su sentido de la equidad y por su valor a la hora de dictar sentencias.


Así es como llegó a sus manos en el Juzgado de Valparaíso el más terrible caso de cobardía y felonía de la Historia de Chile. El barco escuela de la Armada Nacional fue usado como cárcel y centro de torturas. Allí, en 1973 fueron violadas mujeres y asesinadas varias personas, entre ellos el cura católico Miguel Woodward. A Tala no le temblaron las manos cuando tuvo que juzgar a los marinos genocidas, encubridores y cómplices en estos crímenes. No la asustaron almirantes ni galones, ni amenazas ni insultos. Ella les obligó a confesar, a entregar pruebas que decían no existir, como la Bitácora de la Esmeralda. Gracias a ella, a su valor y a su honestidad los Derechos Humanos han logrado un gran avance en Chile.


Todo el país debería hacer duelo por ella. Al menos las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos le deberían rendir un homenaje. Jueces justos, éticos y valientes casi no quedan en este planeta.


Hemos perdido mucho con la muerte de Vitalia Quezada.


Con todo mi cariño y mi respeto le dejo este modesto homenaje póstumo.

 

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UNA ACTUACIÓN DE SU SEÑORÍA, VITALIA ELIANA QUEZADA

www.terra.com.mx/articulo.aspx?articuloid=507559&paginaid=1

 

 

11/12/2007 | EFE.-Santiago de Chile, 11 dic (EFE).- La jueza chilena Eliana Quezada reconstruirá mañana las horas en que el sacerdote británico Miguel Woodward permaneció detenido a bordo del buque escuela ’Esmeralda’ después del golpe militar de 1973, informaron hoy fuentes judiciales.

 

La inspección se llevará a cabo en el puerto de Valparaíso, a 120 kilómetros al noroeste de Santiago, donde permanece anclada la nave.

 

Durante la inspección, la magistrado de la Corte de Apelaciones de esa ciudad estará acompañada de la hermana del sacerdote, Patricia Woodward, y su esposo de ésta, Fred Bennett.

 

El matrimonio ha sido incesante en la búsqueda de los responsables del crimen del religioso, que fue detenido por personal de la Marina en octubre de 1973, un mes después del golpe que encabezó Augusto Pinochet.

 

Según consta en el proceso, Woodward fue torturado y asesinado a bordo del ’Esmeralda’, que durante algunas semanas fue usado como cárcel de presos políticos.

 

Posteriormente, su cadáver fue llevado a un cementerio situado en el cerro ’Playa Ancha’, de Valparaíso, donde se perdió su rastro, sin que hasta hoy haya podido ser encontrado.

 

El proceso está en una etapa de avance importante, y, según trascendió, la magistrado dictaría próximamente los primeros procesamientos que recaerían en oficiales retirados de la Marina chilena, los que serían acusados como autores intelectuales.

 

Después la jueza se abocaría a tratar de determinar los autores materiales del secuestro, homicidio y desaparición del sacerdote de origen británico, indicaron las fuentes.

 

Las torturas en el navío a opositores a la dictadura militar (1973-1990) han convertido al ’Esmeralda’ en objeto de manifestaciones en todo el mundo durante sus viajes anuales. EFE

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