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Máximo Kinast Avilés

MARVIN

MARVIN

Por Máximo Kinast

¿Y por qué no escribir algo personal? Algo simpático, quizás divertido. Imagino amable lectora o amable lector que has de pensar que soy un viejo aburrido, amargado y algo agorero. No estoy de acuerdo. Soy un optimista que sabe que vivimos en una porquería de planeta que vamos a extrañar cuando la cosa se ponga peor. ¿Humor negro? Posiblemente, pero es una forma de humor.

Así es que para salir de la rutina y de lo acostumbrado te contaré la historia de Marvin, un bull dog ingles (el que sale en la foto, a tu izquierda, porque el que está a tu derecha soy yo) que un matrimonio peruano compró en USA (o sea que es un perro gringo, pero él no lo sabe) y se lo trajo de regreso al Perú. Antes, como es habitual en USA, castraron al perro, porque el sexo es lo primero que se persigue y sanciona en el Imperio. Cuando llegaron a Lima -quizás por que causa- abandonaron a Marvin (que ese es su nombre) en la casa de unas tías ancianas que no tenían tiempo ni ganas de cuidar a un bull dog inglés (nacido en USA, pero inglés) y lo tenían abandonado en un pequeño patio jardín de unos 10 métros cuadrados.

El pobre Marvin es perro fino, albino y tiene la piel muy delicada, estaba podrido, aburrido y enfermo del hígado. La solución fue regalarlo. Y mi mujer lo trajo a casa, un departamento con terraza grande. Lo llevamos al hospital veterinario. Varios examenes hasta descubrir que tipo de virus y darle una receta. En fin, que ya esta bien. Lo curioso fue que la doctora que lo atendió me dijo que era un perro excelente, muy fino, pero que ella no tendría como mascota un bull dog inglés. ¿Por qué? -le pregunté. Ya lo descubrirá usted mismo, me dijo y me dejó con la bala pasada, o sea, con la preocupación.

Lo he descubierto. Ahora se que quiso decir. Es un perro que toda la gente mira. Lo acarician y él se deja acariciar o se hace el indiferente. No obedece. Me he convencido que tiene la mentalidad de un gato ácrata. Es un aristócrata ácrata. No es extraño -si me diisculpan la comparación- Bakunin era príncipe. Y además Fernando Pessoa escribió "El Banquero Anarquista", aunque no tuvo la oportunidad de conocer a Marvin.

No le gusta salir a la calle. Los vehículos se detienen a ver como Mavin tira para un lado y yo para otro. Otra cosa es si lo llevamos en automóvil al parque. Siempre esta dispuesto, en especial por ver a Chanel, una perrita de su misma raza, jovencita (Marvin tiene 4 años y ella no cumple uno todavía) y muy coqueta a la que le hace intentos, pero claro, el pobre no puede, aunque ganas no le faltan. Y ella, Chanel, le muerde las orejas y le hace otras cosas que no son para poner en un blog serio, pero bueno, imagínense. A menudo interviene Pancho, un gran danés de siete u ocho meses, tan grande como juguetón.

Los tres están siguiendo un curso gratis que hace la Brigada Canina del Serenazgo. Cada cosa que hacen, si la hacen bien, se les da un premio. A los cinco o diez minutos Marvin se aburre de hacer el payaso y no hay premio que lo convenza. No hace caso. Tiene su personalidad y aunque uno le explique que Pancho lo hace y hasta Chanel también, a Marvin le importa un comino.

Y debo terminar este artículo porque Marvien viene con un trozo de cabo marinero a obligarme a nuestro diario combate y si no le hago caso, con su pata apaga el computador por el sencillo procedimeinto de desenchufarlo.

 

 

 

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