EL COMPAÑERO ALLENDE
Omar Contreras Flores
Razón Socialista
Nº 24 Primer Semestre 2008
Personalmente, sólo aliento un anhelo íntimo:
que vaya donde vaya, éste donde estuviere,
seguiré siendo para el pueblo el compañero Allende.
El 26 de junio de 2008 se cumplen 100 años del nacimiento de Salvador Allende Gossens, un revolucionario que entregó su vida en defensa de los principios democráticos de su país.
Hijo de la burguesía intelectual chilena, Allende se inicia políticamente cuando comienza su carrera de Medicina en 1926, fue presidente del Centro de Alumnos, Vicepresidente de la Federación de Estudiante de la Universidad, Miembro del Consejo Universitario, …
Su activismo político le lleva a ser encarcelado por su participación en las movilizaciones contra la dictadura del general Ibáñez del Campo.
Se encuentra nuevamente en prisión, cuando fallece su padre en 1932, y sobre su tumba jura dedicar su vida a la lucha por la libertad de Chile.
Participa en 1933 en la fundación del Partido Socialista chileno, siendo elegido Secretario Regional de Valparaíso, en donde trabaja como médico de la Asistencia Publica, luego Subsecretario General y dos años más tarde diputado. En 1938 con el triunfo del Frente Popular fue Ministro de Sanidad. Ocupa la Secretaría General del Partido Socialista en 1942.
Senador en cuatro oportunidades desde 1945-1970, llega a ser Vicepresidente y Presidente del Senado, durante este periodo combina la actividad política con la gremial y ocupa el cargo de Presidente del Colegio Médico de Chile desde 1949 hasta 1963.
Salvador Allende, fue un líder honesto y carismático, perseverante, tenaz e insobornable y trabajó siempre con el firme propósito de construir, reconstruir, volver a construir una y otra vez la coalición social de partidos, sindicatos y movimientos cívicos independientes para luchar contra la oligarquía y el imperialismo, esto hace que el Movimiento Popular lo nomine en cuatro oportunidades como candidato a la presidencia de la Republica, en 1952, 1958, 1964 y 1970.
El triunfo de Salvador Allende el 4 septiembre de 1970, marca un hito histórico. Por primera vez un marxista-leninista alcanzaba la Presidencia de la Republica en unas elecciones democráticas y lo hacía al frente de una coalición que agrupaba a «marxistas, laicos y cristianos». Este triunfo es el fruto de la perseverancia de muchos años de lucha.
Pero lo que ocurría en Chile no pasaba desapercibido para el imperio norteamericano que hace lo indecible para que el Congreso no ratifique a Salvador Allende como Presidente de la Republica y como en Chile no se contemplaba la segunda vuelta, siempre el candidato más votado era ratificado por el Congreso, pero esta vez no era un candidato cualquiera el que había ganado las elecciones, era un revolucionario, un marxista-leninista, era el triunfo del pueblo que abría una nueva vía, El camino al socialismo en democracia, pluralismo y libertad.
Al no encontrar los apoyos necesarios para un inmediato golpe militar, la CIA entrega armas a un comando de extrema derecha para que secuestren al comandante en jefe del Ejército, René Schneider (al que terminan asesinando) y culpar de ello a la izquierda. Buscaban de esta forma que el Ejército se alzara en armas impidiendo que Salvador Allende fuera investido por el Congreso el 3 de noviembre de 1970.
Tras el triunfo de Salvador Allende Chile fue objeto de todas las miradas de los revolucionarios del mundo, esperaban que La vía chilena hacia el socialismo pudiera abrir nuevas vías que apuntaran a la emancipación de pueblos hermanos, explotados y empobrecidos por las políticas aplicadas por los lacayos del imperio. Son ellos, los que utilizan la violencia reaccionaria para acabar con la esperanza.
El 11 de septiembre de 1973 el compañero Salvador Allende, prefiere morir en su puesto de combate antes de traicionar al pueblo que lo había elegido como su Presidente. Rechaza el ofrecimiento de los “generales golpistas traidores” de salir del país con su familia. Nos deja su ejemplo de dignidad y patriotismo.
Colocado en un trance histórico,
pagare con mi vida la lealtad al pueblo.
Pero no se detienen los procesos sociales
ni con el crimen ni con la fuerza.
La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
XENTILEZA DO: COSAL A CORUÑA
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