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Máximo Kinast Avilés

TRIBUNALES, JUECES Y CARABINEROS MUERTOS

Parece un tira y afloja.

Carabineros protesta porque la justicia suelta a los que el propio cuerpo uniformado califica de delincuentes. Ya lo han hecho varias veces, como cuestionando la mano blanda.

 

El jefe máximo de los antiguos portadores de carabinas, llamados por la población de "pacos", un general de apellido Benavides, llama a los jueces a cumplir con su deber, pasándose de la raya, aunque luego se pone el parche antes de la herida agregando que por favor no se tome como una crítica…

 

Poco se conversa públicamente sobre tribunales, carabineros y etcétera, tal vez por miedo a que a uno le caiga la teja y lo pongan en la mira, ya que evidentemente los textos y artículos críticos van a parar a las respectivas fichas de cada uno y a los gabinetes de análisis de inteligencia para ver qué onda el que escribe.

 

Una jueza que había estudiado Derecho conmigo al saber en estos días que soy presidente de mi junta de vecinos me dijo que ahora soy un buen ciudadano, lo que me ofendió, ya que siempre me he considerado un buen ciudadano, en especial cuando hubo que tomar las armas para enfrentar a la dictadura militar. Otra cosa es ser borrego.

 

Los tribunales están compuestos de cuadros políticos del sistema capitalista, que han estudiado derecho para defender el estado, ya que según Kelsen para eso está. Los no kelsenianos, es decir los que no son positivistas se declaran iusnaturalistas, es decir, partidarios del derecho natural. Vaya a saber uno lo que ellos entienden por eso, siendo que algunos dicen que el derecho se orienta por valores, entre esos, la justicia.

 

La comprensión de la justicia que tienen estos señores es bastante flexible al parecer, ya que hacen fila y se empujan cuando se trata de castigar comunarios mapuche, desempleados, jóvenes, trabajadores y demás, sacando pareceres según conviene a la estabilidad del status quo. Por eso no es rara su aparente comprensión hacia los llamados delincuentes y su castigo hacia algunas figuras públicas, ya que van soltando o apretando según las necesidades del orden social, en especial para evitar que la sociedad se desborde y salga la gente a la calle a gritar que se vayan todos.

 

Así ellos dicen a los carabineros de ir para allá y de venir para acá, pues son ejecutores de la ley, ese engendro normativo elaborado en un parlamento poco creíble con buena parte de reglas dictatoriales.

 

Lo extraño es que los carabineros no se indignen por el tipo de trabajo que les toca ejecutar. Algunos dirigen el tránsito y otros tiran pinta en moto, pero a todos cabe la tarea de repartir palos y tiros cuando se les manda y muchas veces cuando les da la real gana. Estos servidores públicos salen de familias populares, gente pobre, mientras la oficialidad proviene de buena familia, tal vez no tanto como los jueces, pero andan cerca. Vaya a saber uno el tipo de entrenamiento que les hacen que parece que fueran desesperados por atrapar y apalear al que se les ponga por delante, que no lo digo por decir, sino que lo he visto con mis propios ojos desde antes del golpe militar, durante y ahora. No veo adelantos democráticos ni de derechos humanos en la acción represiva del estado, más bien veo violaciones de los derechos humanos de los oficiales y las instituciones hacia los soldados de tropas y de carabineros.

 

Los militares muertos en Antuco lo fueron por el tipo de trabajo que les toca hacer, por el tipo de estructura jerárquica que se les impone, en que no tienen derecho a pataleo ni a emitir opinión. Simplemente los llevaron a la muerte. Habrá que hablarles duro a los otros jefes para que no metan la pata otra vez, pero la estructura sigue siendo la misma.

 

Así como a esos militares, a los carabineros los mandan a la muerte, les ordenan meterse en medio de la población enardecida, insatisfecha, a sabiendas los oficiales de que la miseria y el hambre generan respuestas potentes de la población, que no se trata de un jefe de banda o luchador social aislado, sino que muchas veces la gente ha salido en masa a defender a sus vecinos, independientemente de que se gane la vida como pueda, ya que la compraventa en el tráfico de drogas aumenta en la misma proporción en que disminuye el trabajo. A mayor insatisfacción social mayor búsqueda de cualquiera manera de subsistencia. Ya la lucha social está aumentando, poco a poco la población toma conciencia y nada van a conseguir los empresarios y diarios culpando de todo al partido comunista para desviar la atención de la combatividad popular, pues ya no es como antes que llegaban los militantes y activistas para que la gente abra los ojos. Hoy día la autonomía y el protagonismo social son de verdad, no son de mentirita.

 

Distintas son las causas de las consecuencias. Seguir atacando las consecuencias del modelo económico capitalista no va contener la lucha social. Llenar de cámaras las esquinas y de carabineros idiotizados como Rambos ansiosos por quebrarle el espinazo a alguien para hacer una especie de muro de contención que detenga la inquietud e insatisfacción social no va a ayudar a nadie.

 

En vez de dirigir su furia hacia los tribunales, los carabineros, así como los soldados, marineros y aviadores, harían mejor en dirigir la vista hacia el tipo de economía que se nos está imponiendo y que va a terminar arrojando a todos contra todos, ya que de otra manera la única salida es aumentar la represión. Vean como se abusa de los pueblos que habitan los territorios controlados por el estado chileno. Perciban que se trata de un modelo económico que ustedes defienden contra la población.

 

El actual modelo chileno no va a ser eterno, luego se va a desplomar sin poder contener la fuerza de la nueva economía que comenzará a instalarse entre las filas de los pobres de donde saldrán miles de insatisfechos a reorganizar la vida en forma comunitaria. Está difícil, lo sabemos y ustedes también lo saben y hacen todos los esfuerzos para evitarlo, así como sus jefes y autoridades hacen también todos los esfuerzos posibles. Pero, ¿qué van a hacer ustedes, los de tropas y suboficialidad, carabineros, soldados, marineros y aviadores cuando las cosas empiecen a cambiar desde abajo?

 

Parece prudente comenzar una discusión abierta sobre la democratización de los tribunales y de las fuerzas armadas y carabineros, que los jueces puedan ser electos por la población de su localidad y de entre ellos salgan los magistrados superiores, que se acaben las escuelas militares especiales de hijitos de papá, que todos pasen por ser tropa y tragar tierra, que asciendan a la suboficialidad y a la oficialidad aquellos de abajo que tengan méritos reales para hacerlo, entre otros un real respeto hacia sus compañeros y hacia la comunidad, que sean sus propios compañeros de labores, y no los de arriba, los que elijan a quienes tendrán que dirigir las tropas en caso necesario de catástrofes y agresiones externas, pero que jamás puedan dar ni aceptar órdenes de disparar contra el pueblo.

 

Abrazos

Jaime Yovanovic Prieto, Profesor J

profesor_j@yahoo.com      
 
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El Ejemplo de los salmoneros
 
¿Qué hacemos con la empresa salmonera? ¿La estatizamos? ¿La intervenimos?
No, no es posible, ya que van a decir que se trata de reeditar las políticas intervencionistas de la UP , los pinochetistas de la alianza van a ser los primeros en hacerlo. En tanto veamos lo que hacen los neoliberales de la Concertación :
 
Parece que la fórmula estatal es la de dejar que se las arreglen entre ellos, o sea, libre mercado y libre iniciativa a todo trapo. Pero sin violar la ley. O sea, que si han tomado las instalaciones, duro con ellos. Ya deben estar preparando la retoma de las instalaciones los comandos Rambos de quien sabe cual repartición policial, si el Gope, si la Swat o cualquiera.
 
Estos malditos salmoneros!
Habrá que aplicarles la Ley Antiterrorista , ya que si toman plantas como los mapuche toman tierras, es lo mismo.
Ya los de los aparatos de inteligencia deben estar colocando filtros por todos lados para ver cuales son los lazos que aproximan a los salmoneros con los mapuche. Unos ocupan y los otros también.
 
La pequeña diferencia es que las empresas salmoneras son parte del capitalismo depredador y no podemos colocarnos simplemente del lado de los trabajadores salmoneros sin conversar con ellos acerca del rol de la empresa respecto al territorio y a la soberanía popular. Nos puede suceder lo que ocurrió con algunos trabajadores forestales que fueron llevados a ponerse en defensa de la depredación de los bosques.
 
Ahora resulta que el capitalismo se nos ha puesto complicado, ya que los acuerdos que se logren darán como resultado el fortalecimiento de la depredación y deterioro de la biomasa. Tal vez sea más fácil partir desde el comienzo, es decir, explicando que esa industria salmonera no está ahí para alimentar a nadie con el salmón, sino para transformarlo en mercancía al costo que sea necesario dentro del actual circuito internacional del capital, circuito que ha dejado al estado el papel de asegurar el "libre mercado", lo que en esta oportunidad se traduce en fuerte represión a los trabajadores "nativos", buena parte de ellos mujeres.
 
Lo interesante del caso es que la industria aquella consiguió el apoyo de parte de la población ya que ha resultado en fuentes de empleo, en una época donde está de baja la contratación o subcontratación laboral debido a la tecnología. Así, sin desearlo ni pensarlo, la mano de obra potencial, el desempleo y la marginalidad, una parte de ella se asimila (se "incluye", como dirían los partidos burocráticos) a estas empresas que no aportan nada más que depredación y explotación. Hablamos de la explotación, pero muchos no vacilan en hacer la vista gorda cuando se trata de hablar temas de fondo. Se imponen modelos productivos que están asesinando las aguas y el ambiente, y por lo tanto al género humano, modelos empresariales que establecen y asegurar la dominación de clase. Parece no importar, total después tratamos de que tengan conciencia de clase y por ahí quien sabe podamos hacer sindicato, instalar como dirigentes a los militantes del partido tal o cual y luego vamos a la lucha por el poder. Por lo tanto la explotación del hombre por el hombre no importa que se instale, total ya la vamos a administrar nosotros….
 
Se dice que es el avance tecnológico y aceptamos las verdades objetivas que se repiten en medios y universidades. ¿Qué decir de las papeleras? Cuando salgan a la lucha sus trabajadores ¿qué vamos a decir del envenenamiento?
 
Hace falta, creo, profundizar el tema, ya que de otro modo estamos consolidando lo que atacamos, el capitalismo.
 
Tal vez sea prudente que las familias y comunidades a que pertenecen los trabajadores salmoneros y las adyacentes puedan discutir más acerca de su propio territorio, la salud, el uso colectivo de las tierras y las aguas, etc, ya que la falta de expectativas en general va a seguir orientando los pasos hacia el matadero que ofrece el capital para que sobrevivan algunos sobre la base de apretar aún más la soga al cuello de los pueblos.
 
Si se hacen las hidroeléctricas de Aysén va a quedar la crema, por eso hay una fuerte oposición, pero el sistema opera ofreciendo miserables platos de lentejas a algunos que van a trabajar allí y a los cuales no podemos criticar. Por eso no basta con organizar a la gente de Aysén para oponerse a la hidroeléctricas, sino que hay que buscar fuentes alternativas de sobrevivencia, ya que si nosotros mismos nos mantenemos como parte de un numeroso ganado de desempleados que esperan poder entrar a la máquina asesina de las relaciones de trabajo empujando a unos y otros, simplemente estamos reproduciendo el capitalismo sin encontrar la punta del hilo para desenredar la madeja.
 
Estoy comenzando a sospechar que las ONGs y redes ambientales se dedican a domesticar el ganado. Creo prudente alborotarlo y salirse de la fila buscando, descubriendo, creando, inventando emprendimientos productivos autogestionarios y construir poderosas redes locales de economía alternativa. De otro modo sólo continuaremos acarreando aguas al molino capitalista.
 
Abrazos
 
Jaime Yovanovic Prieto, Profesor J

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