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Máximo Kinast Avilés

Política

ANÁLISIS DE LA COYUNTURA CHILENA Y CONTINENTAL

x Profesor J - [ 12.01.10 - 13:04 ]

Los ojos del continente llamado América por los invasores europeos y Abya Yala por nosotros, están puestos en las elecciones presidenciales chilenas, cuyo resultado podrá inclinar el fiel de la balanza desde un cierto equilibrio y equidistancia, por una parte de Frei, la democracia cristiana y el partido socialdemócrata llamado PS, que juegan al centrismo en el concierto de las fuerzas progresistas y, por la otra, la derecha representada por Piñera, Uribe de Colombia, los golpistas hondureños, Alan García de Perú, México, Panamá, Macri en Argentina, Santa Cruz en Bolivia, Zulia en Venezuela y Guayaquil en Ecuador.

Los resultados de la elección chilena no sólo inclinarán la balanza hacia la derecha o mantendrán el estilo evasivo y vacilante de la actual dirigencia estatal sin ganar un pelo para el campo progresista, sino que servirán como barómetro para medir los vientos que soplan y de estímulo para las otras votaciones que vendrán, entre ellas las cruciales de Brasil y Argentina.

Si gana Piñera, el color del viento hacia el electorado argentino contendrá matices de apoyo a Macri y sus secuaces mientras el actual vice de la Kirchner, que discretamente se ha ido abriendo camino para presentarse como figura alternativa de derecha dentro del peronismo apartando la figura desgastada y antipática de la actual familia presidencial, requiere de la victoria de Frei.

Dentro del peronismo se juega hoy día la posibilidad de perder el gobierno frente a la potente ofensiva macrista que ha sabido aprovechar las disputas emanadas de la oligarquía y la burguesía agraria, así como el control del gobierno de Buenos Aires, donde Macri ha sabido jugar sus cartas lentamente golpeando aquí y allá a las casas okupas o huertas comunitarias para reforzar el perfil que amenaza a los movimientos sociales mediante la criminalización de la protesta y el cierre delicado de las puertas a la "participación" de partidos y aparatos de la izquierda electoralista a la que sólo le queda la subordinación.

Mientras esas izquierdas burocráticas insisten en alianzas con sectores del empresariado y del capital internacional por vía de la soja argentina o la agroexportación brasileña, en esos sectores "amigos" poco a poco se han ido decantando las dos corrientes capitalistas que disputan los espacios de gobiernos contra la corriente del capitalismo de estado socialista, la asociada a Estados Unidos y la que aspira a constituirse en bloque independiente manteniendo su equidistancia entre USA, Europa, Rusia y China.

A la estadounidense llamamos de “derecha”, en tanto la más independiente y no por eso menos capitalista, llamamos de “centrismo” y se encuentra jugando al pillo dentro del campo progresista continental.

La izquierda estatista, digamos aquellos sectores reformistas que aspiran a construir el capitalismo de estado socialista en el continente no ha podido asumir una postura de liderazgo para evitar, por ejemplo los avances del golpismo en Honduras, del militarismo en Colombia y del narcotráfico en México, caballos de batalla de los Estados Unidos en la región, dejando por diferentes motivos la conducción de la diplomacia "progresista" en manos del centrismo, representado por Lula, que jugó un papel preponderante en el caso hondureño y otros, así como por la DC chilena que controla como feudo el ministerio de relaciones exteriores (parte del acuerdo de reparto de los espacios de poder), por Insulza, el representante chileno en la OEA, que no ha cumplido papel alguno haciendo más bien el ridículo en los casos de Honduras, Haití, Colombia y otros, donde se ha percibido claramente el bonapartismo y dinámicas conciliadoras con Estados Unidos que la diplomacia yanqui ha podido capitalizar muy bien.

Por vía del centrismo, Obama consiguió por ejemplo neutralizar en parte la mala imagen que Bush había creado, lo que le permitió aún la aberración de ganar el premio Nóbel de la Paz en brazos de la socialdemocracia sueca, en momentos en que se agudizan las acciones de guerra en los territorios invadidos de Irak y Afganistán.

Los centristas como Lula, los Kirchner, Bachelet y la DC chilena, levantan ciertos destellos de progresismo por el interés de evitar el desarrollo de movilizaciones sociales en sus territorios, movilizaciones que son más próximas desde abajo a los procesos y gobiernos avanzados de Venezuela y Bolivia que a los propios gobiernos centristas.

Los gobiernos de Paraguay y Ecuador, si bien apoyan al bloque progresista constituido por los izquierdistas burocráticos y los centristas, no han podido contener las movilizaciones y protagonismo desde abajo.

En Ecuador, Correa se ha dedicado a presentar una tras otra una serie de leyes contrarias a los intereses sociales y en Paraguay Lugo ha quedado inmovilizado entre los aparatos del poder y las exigencias sociales que nutrían su candidatura, sin descartar sutiles amenazas de golpe que se han dejado deslizar en ese país.

En Centroamérica los gobiernos de Nicaragua y El Salvador se caracterizan por una estrecha alianza interna entre sectores de izquierda burocrática con representaciones del empresariado local y del capital internacional, por lo que ninguno de ellos ha podido efectuar avances significativos en pro de los intereses sociales.

Bolivia se ha escapado del ritmo de los otros países gracias a la victoria estrepitosa de Evo Morales tanto en el ejecutivo como en las dos cámaras legislativas, único país donde no se gana por votos, sino muy por el contrario, se gana gracias a la organización de las comunidades, que aseguran el voto solamente mientras Evo represente sus intereses, pasando ahora a la fase de transformar el poder judicial por medio de la electividad de los jueces y la implementación del pluralismo jurídico mediante las dos justicias.

Sin embargo en Chile no hay mayor debate al respecto, generándose una invisibilidad muy oportuna.

En Uruguay, la izquierda de arriba, es decir la que cree que los cambios son producidos por modificaciones secuenciales de las estructuras del poder, una ley tras la otra, gracias a la adscripción ideológica de sectores crecientes de la población, ha ganado nuevamente las elecciones y ahora viene un período donde la alianza con sectores empresariales deberá ponerse a prueba dentro de un contexto de difícil continuidad del progresismo centrista en Argentina y Brasil.

Lula difícilmente podrá instalar a su candidata en el sillón presidencial, sin embargo goza de fuerte apoyo en sectores militares y del empresariado agroexportador, los dos bloques que más han salido ganando con el gobierno del PT, al tiempo que el bloque popular encabezado por el MST se ha quebrado y debilitado hasta extremos increíbles, lo que demuestra una vez más que los sectores centristas y aún la izquierda burocrática tienen dificultades para cooptar a la población en pos de políticas aliancistas y conciliadoras que poco o nada contribuyen a la satisfacción de las necesidades sociales, aumentándose a nivel continental la brecha entre pobres y ricos.

Si realmente pudieran atar a las dinámicas sociales al carro del estado sería porque existe cierto nivel de satisfacción de las necesidades populares, lo que tiene un límite muy difícil de traspasar, ya que la actual estructura del capitalismo empuja cada vez más al desempleo y a la destrucción de la naturaleza.

Los beneficios del estado siguiendo las viejas políticas del “estado de bienestar” actualmente pueden ser muy restringidos, pues los sectores propietarios no pueden ceder una cuota mayor para repartir migajas ante la brutal competencia y depredación a que ha llegado el sistema de mercado junto al sometimiento al capital financiero internacional, que si bien ha bordeado los límites de una de las peores crisis capitalistas, que ha podido superar en parte gracias justamente a que ese estado desvía fondos de apoyo a las empresas, se ha recuperado rápidamente y se encuentra retomando la batuta país por país.

En este terreno de fuerte avance de la derecha continental y de estancamiento y aún retrocesos del centrismo progresista, la izquierda burocrática ha optado por cerrar aún más los caminos de organización y movilización social para aceptar la condición de socios subordinados en los países donde gobierna ese centrismo, en especial Brasil, Argentina, Paraguay, Ecuador y Chile.

En Brasil se ha enviado a la hoguera del sacrificio a las organizaciones de base del movimiento sin tierra y otros, acentuándose su papel de brazo ejecutivo de las políticas negociadoras del PT por arriba.

En Argentina la izquierda está esperando los resultados del reacomodo de fuerzas dentro del peronismo y del proceso de derechización necesaria que está ejecutando el partido de gobierno. Su inmovilismo es demasiado evidente, ya que no necesitan hacer dinámicas sociales para presionar a nadie, pues las negociaciones se hacen entre aparatos tras bambalinas.

Así, los resultados chilenos van a influir en una u otra dirección. Si gana Piñera, los negociadores derechistas y empresariales llegarán a las mesas a discutir en cada país con los burócratas de los partidos y organizaciones de izquierda estatista hablando más alto, lo que conviene a los centristas, quienes tendrán todo el apoyo y la subordinación izquierdista sin casi mover un dedo. El centrismo se nutre de la subordinación de esa izquierda burocrática que por su vez se encarga de confundir, dividir y someter las dinámicas sociales.

Si gana Frei, los centristas de los otros países podrán extraer más resultados en sus intercambios con la derecha y acrecentamiento del apoyo incondicional de la izquierda del poder, a la cual sin embargo habrá que abrir más la mano.

Así al centrismo continental no interesa que gane Piñera, sino Frei, uno de los suyos, obviamente, por lo que para el capital y los Estados Unidos da lo mismo quien gane, pues sabe trabajar bien y mejor con los centristas, aunque siempre hay ciertos riesgos, como por ejemplo que Chávez convenza a un empresario como el presidente de Honduras y lo retire de uno de los bloques o corrientes, apoyando su condición centrista sin exigirle que avance hacia la izquierda.

Así la izquierda estatista no ha podido avanzar y ha tenido que compartir con los sectores centristas, aceptando sus condiciones, que en el caso chileno es la paralización del incipiente proceso de organización crítica desde abajo en las más variadas ciudades y los más diferentes barrios del país.

El más evidente regalo de bodas que la izquierda burocrática chilena entregó en las nupcias con el centrismo de la DC y la socialdemocracia fue la contención de la dinámica del movimiento de los pingüinos, los estudiantes secundarios que en los últimos años habían sorprendido al país con su organización asamblearia y deliberaciones autónomas de las instituciones y aún de los partidos políticos (valga la redundancia, pues los partidos son instituciones).

Eso fue muy fácil, bastó que algunos representantes convencieran a los estudiantes de la importancia de "ampliar" el movimiento a otros sectores sociales de la educación como profesores, estudiantes universitarios y padres, para que se instalaran mesas de negociaciones con el estado.

Todas esas instituciones estaban debidamente dirigidas por los partidos de esa izquierda de arriba y solamente les bastó con transformar toda la dinámica en una simplista contraposición maniqueista entre educación pública o privada, es decir si o no al papá estado contra el mercado, desinflando de manera notable la creatividad e iniciativas del estudiantado que había logrado movilizar cientos y cientos de miles de jóvenes que inventaban sus propias consignas en todas partes y abrían sus ojos hacia horizontes que traspasaban el estado y las instituciones en general. Había que apagar esa luz que se encendía.

Esa izquierda burocrática chilena se alió al centrismo y subordinó sus políticas, discursos, propuestas y formas de organización o movilización al objetivo de instalar tres diputados en el parlamento gracias a los votos de los partidos de gobierno, lógicamente muy agradecidos por el apoyo.

Ya desde antes de la primera vuelta las encuestas indicaban claramente que Piñera ganaba holgadamente a Frei en el balotage y bajaba fuertemente su votación si su rival en la segunda vuelta fuese Marco Enríquez, quien sacaba mucho más porcentaje de votos que Frei acercándose casi al empate con Piñera, lo que presentaba a este último candidato independiente como seguro contrincante que podía derrotar a la derecha aún con votos extraídos de ellos.

Sin embargo el gobierno no podía aceptar que un crítico que capitalizaba el descontento de forma creciente pudiese acceder al sillón presidencial.

Muchos críticos de la coalición de gobierno que no volverían a votar por ellos por nada en el mundo estaban decididos a votar Piñera sólo para sacar a esos burócratas y ladrones de allí, sin embargo ante la aparición de una candidatura alternativa, prefirieron destinar su apoyo y votación hacia las nuevas posibilidades que se abrían sin tener que aparecer identificados como derechistas.

Así, al quedar Marco Enríquez fuera de la segunda vuelta, habiendo quitado votos a la derecha, muchos de ellos obviamente vuelven su mirada hacia Piñera para impedir que nuevamente la Concertación gane la elección.

Se dice que Marco era candidato de la Concertación también, lo que era falso, pues ese conglomerado ya está desprestigiado ante los ojos de los votantes y se le culpa por no atraer su electorado hacia Frei, lo que haría de Enríquez un simple pastor de ovejas que van para fuera del redil concertacionista y que los trae de vuelta, suicidándose así políticamente.

Esos temas fueron dichos y debatidos con mucha claridad antes de la primera vuelta, sin embargo muchos no quisieron escuchar con la idea de arrebatar posteriormente el voto crítico, lo que a esta altura es prácticamente imposible.

La responsabilidad de la victoria de la derecha el 17 de enero recae única y exclusivamente en la directiva de los partidos de la coalición gobernante, lo que fue entendido así por los presidentes de los partidos Radical y PPD, que renunciaron para abrir paso a una renovación necesaria, lo que fue duramente cuestionado por los dirigentes máximos de la DC y del PS, empecinados en defender sus espacios de poder donde maman la leche del estado y de la población.

Así las cosas, Enríquez ha aprovechado de lanzar un nuevo referente político que reune algunas de los más importantes figuras públicas de la Concertación y sectores de izquierda que no se habían sumado al bloque de gobierno.

Tanto Piñera como Frei han atraído de vuelta algunas figuras que había reunido Enríquez, sin embargo no parece haber indicadores de grandes modificaciones de la tendencia presentada en las encuestas antes de la primera elección de diciembre recién pasado.

Para la población da lo mismo un candidato u otro, ya que siendo lobos de la misma camada Frei y Piñera, ambos son representantes del empresariado moderno ligado al capital internacional, uno aparece acompañado del partido comunista que ayuda a decorar la cara progresista de Frei y el otro aparece junto al partido pinochetista.

Esto último ha sido aprovechado por el freismo y aún el propio partido comunista para intentar politizar e ideologizar el proceso eleccionario, sin conseguirlo, pues desde el gobierno se habían encargado durante años de esconder y aún cuestionar las posturas de clase o de opinión crítica basada en la ideología. Muy tarde llega la respiración artificial de la burocracia izquierdista para intentar revivir al muerto.

Este gobierno que continuaría Frei es un gobierno que no ha vacilado en aplicar las leyes más duras del pinochetismo al pueblo mapuche que lucha por su autonomía y territorio, que allana y ataca casas okupas y centros culturales sin mediar provocación alguna, que detiene ciudadanos extranjeros y los expulsa por recoger noticias de las luchas sociales, que cierra radios comunitarias y reprime ferozmente a los sin casa y deudores habitacionales, que se ha puesto al lado de la patronal en los conflictos salariales, que estimula el endeudamiento ciudadano, que garantiza la sobreexplotación de temporeros y temporeras en el campo.

En fin que no hay ningún motivo para sumarse al gobierno como lo ha hecho el Partido Comunista bajando las banderas de la lucha social por los votos gobiernistas que aseguraron la elección de sus tres diputados.

La juventud chilena no se ha dejado capturar por el gobierno ni por los partidos de esa izquierda de arriba, se ha distanciado de las instituciones y no se han inscrito cerca de 4 millones de jóvenes y jóvenas en edad de votar, lo que es el más fuerte indicador de que no hay resultados en las tentativas de cohesión y homogenización social orientada desde el estado y los partidos.

Cualquiera que sea el resultado electoral de esta segunda vuelta, no habrán modificaciones en el comportamiento del estado contra la población, por lo que para los que habitamos en los territorios controlados por el estado chileno nos parece secundario el terreno de la pugna entre países derechistas y progresistas.

No estamos dispuestos a dar el voto a Frei para detener a Piñera porque le conviene a algún otro estado, por muy progresista que sea, menos aún si este panorama venía siendo denunciado desde mucho antes y cerraron los ojos enceguecidos por la defensa de las posiciones conquistadas en el aparato de poder.

La DC, el PS y el PC están pagando las consecuencias de su ceguera.

Si otros estados o gobiernos están sinceramente interesados en los avances sociales de nuestros pueblos y naciones subordinados al estado chileno, ya saben a donde dirigir su mirada: hacia la organización y dinámica social y no más hacia los burócratas que buscan inmovilizarnos

Ni Piñera ni Frei nos interesan en el gobierno.

No nos vamos a movilizar para cerrar el paso de uno para que entre el otro ladrón, nos da exactamente lo mismo. Ya ha sido mucha la represión y persecución hacia diferentes sectores populares como para avalar la política del mal menor.

Preferimos dirigir nuestros esfuerzos en la dirección de la construcción de capacidades estratégicas autónomas en los territorios.

Nosotros y muchos más, como ya se está desarrollando en muchos países, seguimos organizando en los barrios las formas comunitarias y autónomas de participación de vecinos en sus propias instancias de democracia directa y una nueva economía asentada en producción autogestionaria y redes de intercambio horizontal.

Sin eso no hay futuro. Dejemos a los coyotes y lobos morderse entre ellos mismos.

Abrazos
Profesor J
profesor_j@yahoo.com
http://clajadep.lahaine.org

¿POR QUÉ NO SOY NEOLIBERAL?

 

Por Máximo Kinast

¿Hay algo más hermoso que la libertad? Es el don más preciado después de la vida misma. ¿Cómo no estar de acuerdo con la libertad de comercio? Si es la esencia misma de las relaciones humanas.

 

Pero hay algo malsano, algo torcido en el concepto de Libertad: “¡Oh, Libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!” Dijo Madame Roland[1] unos instantes antes de morir en la guillotina.

 

A un distinguido amigo, ideólogo peruano del liberalismo, le dije un día que él era liberal porque nunca había ido a las carreras de caballos. “Es verdad, me respondió, que nunca he ido  una carrera de caballos. ¿Pero cómo lo sabes?”

- Porque si hubieses ido alguna vez sabrías que no hay secretos sobre los caballos. Se sabe todo, su edad, las veces que han participado, su velocidad en distintos tipos de pistas, los puestos que han ocupado. Lo mismo ocurre con los jinetes. Sería muy fácil acertar al ganador, si no fuese por el handicap.

- ¿Qué es el handicap? Me preguntó.

- En hípica es el sobrepeso que lleva un caballo para igualar la competencia con el resto de sus compañeros. Se le ponen unas pesas en la montura, y así todos corren en igualdad de condiciones.

 

En la libertad de comercio propiciada por los liberales (que ya no quieren ser llamados neoliberales) no hay handicaps. El Estado, cuya misión mínima debería ser velar por la igualdad de oportunidades, se ve limitado a labores de policía y muy poco más. Tiene menos poder que muchas grandes empresas.

 

La libertad de comercio es un mito, una falacia, porque no hay posibilidades de competir entre una transnacional y la tienda de la esquina.

 

Los liberales dicen que si, que hay igualdad de oportunidades, que las leyes son las mismas para todos y que el Estado debe hacerlas respetar. ¡Muy bonito! Pero falaz.

 

En la práctica las grandes empresas, o los grandes conglomerados empresariales, hacen las leyes a su conveniencia.

 

Pero, Máximo, me dicen, eso no invalida la idea. Que en la práctica las cosas se hagan mal, que haya empresas que corrompen a los políticos, o políticos corruptos que se vendan a los intereses mezquinos de las empresas no resta valor a la teoría. Lo que ocurre es que el liberalismo se aplica mal.

 

Ese argumento, les replico, sirve para avalar cualquier ideología, hasta al nazismo. Incluso les permite a los neoliberales justificar otra falacia, la de que no se ha aplicado lo suficiente. Lo mismo dicen los comunistas. “Lo que fracasó en la URSS fue un socialismo mal aplicado. El verdadero comunismo nunca ha existido todavía”. De igual forma los neoliberales piden, exigen, más ‘libertades’ para que funcione su sistema. Contratos laborales más flexibles; libertad para despedir a cualquier trabajador (el trabajo es una mercancía); libertad para cobrar intereses más altos y subir los precios…

 

Pero todo esto no son razones, sino sólo los aspectos anecdóticos por los cuales no soy neoliberal.

 

Una razón es que su dogma principal es una falacia. El razonamiento para llegar al dogma es simple. Queremos la libertad de mercado para hacer negocios (un eufemismo)… bueno, para ganar dinero (ahora sí dicen la verdad). Por supuesto, afirman muy sueltos de cuerpo, de eso se trata, de ganar dinero.

 

Y aquí llegamos a una bifurcación en la ideología. Por una parte, ese ‘ganar dinero’ se convierte en la única medida del éxito. En la realidad se trata de aplicar el principio maquiavélico de ‘el fin justifica los medios’. En la lucha (o guerra) por ganar dinero –en la ideología neoliberal, hoy llamada Progresismo- todo vale, todo esta justificado si al final del ejercicio los números son hermosos. Y ese ‘todo’ incluye pagar coimas a un Ministro o a un Presidente. Lo dijo Joseph E. Stiglitz[2]. O fabricar guerras para favorecer a unas pocas empresas, como explico en la razon de la sinrazon de las guerras.


Los liberales (que ya no son neoliberales, aunque siguen siéndolo con el nombre de 'progresistas') dicen que eso es una barbaridad, que ellos no están de acuerdo con que las empresas hagan lo que quieran, que es malo fabricar guerras y su discurso sigue por ese rumbo, aunque en sus hechos demuestran que están de acuerdo. ¿A qué hechos me refiero? A que no hacen ni proponen nada para limitar el poder de las empresas. Dicen que ‘el Mercado’ ordenará la situación y que las empresas que no sean éticas serán castigadas por los compradores no comprando sus productos. Por algo los consumidores tienen el poder y la libertad de elegir. O en sus palabras: “…el libre albedrío de todo ser humano, en tanto consumidor.”

 

Como soy un buen experto en marketing, puedo asegurar con conocimiento de causa que eso del “poder y la libertad de elegir” o el libre albedrío del consumidor, es una de las mayores mentiras en toda la Historia de la Humanidad. El lavado de cerebro diario, la hiper publicidad, nos condiciona a comprar y nos impide hacer boicot a alguna empresa. Incluso, si lográramos boicotear a una empresa, la verdad es que son todas (o casi todas las multinacionales) las empresas que faltan a la ética. Y eso lo saben los neoliberales, porque han visto el video sobre la Corporacion y porque, además, es una verdad pública y notoria.

 

La otra parte implícita en eso de ‘ganar dinero’ es el dogma falaz del ‘desarrollo sostenible”. Un oxímoron. En latín se dice contradictio in terminis. Eso, dicho con delicadeza. En realidad es una mentira para justificar la sobreexplotación de la naturaleza y de los seres humanos. Todo desarrollo económico es necesariamente insostenible. Ya lo dijo Annie Leonard en su Historia de las cosas. Una economía lineal tiende a infinito y por eso no cabe en un mundo finito. (Si te parece complicado, por favor, mira el video).

 

Estamos consumiendo anualmente una y media vez lo que el planeta produce en un año, y a pesar de ese exceso de consumo (con cargo a reservas que se van agotando) más de la mitad de la Humanidad sufre de hambre. Esto se debe a la falacia del ‘desarrollo sostenible’ que sustentan los seguidores de Milton Friedman[3] y del japonés[4] que se inventó el cuento chino del Fín de la Historia

 

Necesitamos desesperadamente introducir el concepto opuesto a ‘desarrollo sostenible’. Necesitamos –como Humanidad-  incorporar la idea de ‘desaceleración equitativa’, pero esto es materia de otro artículo. La situación es tan grave que hemos de cambiar el chip, o es muy posible que estemos condenados a la extinción.

 

Otra razón importante es la cosmovisión implícita en el liberalismo (o neoliberalismo, que es lo mismo, aunque dicen que no es igual). Se trata de una cosmovisión sustentada en el YO, en el egoísmo; y en un supra YO, el YO EMPRESA: el YO CORPORACIÓN. Un engendro casi inmortal, con todos los derechos de un ser humano, pero sin ninguna de las contrapartidas del Derecho: sin Obligaciones. Regido por una Ley Difusa, Indefinida: La Sacrosanta Ley del Mercado, que en la práctica viene a ser lo mismo que la voluntad de la Empresa.

 

Eso les pasa porque no saben nada de runasimi, el idioma del Ande, de los seres originarios de esta América morena, que “aún reza a Jesucristo y aún habla en español”.[5] Si al menos comprendieran la diferencia de pensar en ‘ñoqa’ a pensar en paykuna; o fuesen capaces de comprender que la Pachamama ni es una Diosa ni es posible confundirla con la Naturaleza. No existe nada más opuesto a la Minga o al ayni que una sociedad neoliberal.

 

En los años 80 el mundo estaba en plena Guerra Fría entre las dos superpotencias. Parte de esa guerra era la publicidad, basada en mentir sobre las supuestas virtudes de cada una de ellas. De esa forma se apropiaron de palabras, que perdieron su significado a fuerza de tener connotaciones políticas. Así, la palabra PAZ fue patrimonio de la URSS y la palabra LIBERTAD de los USA. Ambos mentían. Ni la URSS buscaba la Paz, ni los Estados Unidos defendieron jamás la Libertad… excepto la de ellos para explotar a los demás pueblos del mundo.

 

Esta fea costumbre, repetida por los fabricantes de noticias y los medios de comunicación, se fue transformando en un estilo de mentir diciendo la verdad. El gran maestro en este arte es la CNN y le siguen fielmente casi todos los diarios, radios y emisoras de TV del mundo. Una verdad pequeñita y casi siempre evidente se usa para justificar una mentira y darle apariencia de verdad. Eso ha hecho posible la gran comida de coco o lavado de cerebro que nos ha enseñado a comulgar con ruedas de carreta, como “la copa que chorrea”, “el fin de la historia”, la “libertad de comercio”, “los TLC”, las “recetas del FMI”, o creer tonterías como que los bancos no roban, o negarnos a creer que la salud es negocio.

 

Todos esos males que estamos viviendo y que has podido ver y comprender en este artículo y en los que cito se deben a la concepción neoliberal (o liberal), al daño que han hecho a los seres humanos y al propio planeta en su afán desmesurado por conseguir más beneficio para las empresas.

 

Si te ha interesado este artículo puedes dejar tu comentario, y si quieres saber más sobre mis ideas políticas, por favor, lee Por que no soy comunista.

 



[1] Marie-Jeanne Roland de la Platier (1754-1793), girondina y de gran influencia en la Revolución Francesa.  http://es.wikipedia.org/wiki/Madame_Roland

[2] Joseph Eugene Stitglitz (1943…), economista, Premio Nobel en 2001, autor de varios libros excelentes, entre ellos ‘Malestar en la Globalización’. Ha sido asesor del Presidente Clinton (de USA), Vicepresidente y Economista Jefe del Banco Mundial, entre otros importantes cargos públicos.

[3] Milton Friedman (1912-2006) Padre del Neoliberalismo y de la Escuela de Chicago. Premio Nobel de Economía en 1976. Varios libros, entre ellos el más insidioso y falaz: La Libertad de Elegir

[4]  Francis Fukuyama (1952…) uno de los padres putativos del neoliberalismo, autor de El Fin de la Historia y el Último Hombre, una absoluta idiotez con apariencia de verdad, pero con el tiempo se ha comprobado que era una teoría más falsa que un duro sevillano.

 

¿POR QUÉ NO SOY COMUNISTA?

Por Máximo Kinast

¡Con lo hermoso que es el Comunismo -al menos en la teoría- y yo no soy comunista!

¿Cómo no estar de acuerdo con eso de dar a cada uno según sus necesidades y a cada uno según su capacidad?

Como propuesta es hermosa. Como frase queda muy bien. Como objetivo es absurdo por imposible. Pretende nada menos que crear dos jerarquías paralelas. ¿Puedo elegir la que me conviene más? Ya es difícil establecer una escala de las necesidades de cada ser humano. Hacerla compatible con otra escala de las capacidades de cada individuo es, simplemente, imposible.

Incluso hacer una sóla escala jerárquica es absolutamente imposible, porque hay siempre, tácita e implicita una segunda escala. Esta segunda escala aparenta tener sólo dos peldaños, pero como en cualquier jerarquía sus peldaños son innumerables. ¿Lo has adivinado amable lectora o amable lector? Pués es muy simple. Siempre que se hace una escala de jerarquías sociales o económicas, como por ejemplo una escala de necesidades o una de capacidades, hay fuera de ella otra escala de jerarquizadores y de jerarquizados.

Esta escala extra de jerarquías no tiene sólo dos peldaños. Como muy bien dijo Orwell por boca del cerdo, "hay algunos que son más iguales". Por ejemplo, los jerarquizadores tienen el carnet del Partido o están en la Nomenklatura...

Pero no es sólo debido a esta finalidad imposible que no soy comunista. En parte no lo soy por las limitaciones del marxismo, como por ejemplo: causa única; una sola relación de dominación y explotación entre los seres humanos; cosmovisión occidental... Intentaré explicar estos aspectos.

La teoría de la causalidad en el marxismo es lineal, occidental y monotemática.

Lineal porque una causa produce un efecto, que a su vez es causa de otro efecto y etc. No lo puedo creer. Tengo la impresión, creo, que coexisten varias causas que producen varios efectos, que no necesariamente son lineales, sino que en muchos casos son cíclicos. Es más, creo (y repito que creo, porque no lo se con certeza) que todo tiende a ser cíclico, quizás elíptico y en ciclos muy largos, pero nunca lineal. Nos equivocamos porque nuestro sistema de escritura y de lectura es "coordinado, continuo y líneal", según dice McLuhan en su Galaxia Gutenberg (si no recuerdo mal). Por tanto solemos pensar linealmente.

Esto nos lleva al gran error del comunismo (y del capitalismo), que es la concepción occidental de la economía. Según Annie Leonard en La Historia de las Cosas una economía lineal no cabe en un mundo finito. (Si no te queda claro, sigue el link y mira el video). Es posible hablar de "desarrollo sustentable", -porque se puede hablar de cualquier cosa- pero es imposible hacerlo, entre otras razones -ademas de las explicadas por Leonard- porque la segunda Ley de la Termodinámica lo prohibe. Y no es cosa de andar derogando leyes de la naturaleza, aunque se trate de una ley de segundo orden, basada en estadísticas, porque en cualquier sistema cerrado (y para estos efectos La Tierra es un sistema cerrado) el desorden aumenta. 

Y es monotemática porque se refiere a las relaciones de producción, como si todo ocurriese por una causa económica. Y como si todo se redujese a las relaciones patrón y obrero. No sólo queda afuera el ’lumpen’ sino que excluye todas las demás fomas de dominación y explotación, como la religión, el racismo, el sexismo, la moda, etcétera y etcétera. (Para una mejor comprensión, ver el artículo de Nieves y Miro Racismo y Lucha de Clases ).  

Un hecho anedótico, que escapa al fatalismo causal del Materialismo Histórico, es la conquista de Chile. Don Pedro de Valdivia montó la expedición única y exclusivamente para continuar su relación con su amante, doña Inés de Suarez, a despecho del Obispo de Lima, que pretendía los favores de la dama y para conseguirla amenazó a don Pedro con llevarlo ante la Santa Inquisición. Una historia del más puro corte y estilo caballeresco.

En cuanto a la cosmovisión marxista, en poco difiere de la capitalista. Quizás la mayor diferencia sea en el sujeto. Para el capitalismo el sujeto siempre es el YO, el individuo; para el comunismo el sujeto somos NOSOTROS, el colectivo social. (En la cosmovisión andina el sujeto principal es Paykuna = Ellas, ellos, aquellas y aquellos). Con relación a la Naturaleza no hay diferencias entre ambas ideologías. La consideran como una cosa externa a los seres humanos, inagotable, capaz de autoregenerarse y susceptible de ser explotada, modificada, contaminada, etc. No consideran para nada opiniones como la del economista E. F. Schumacher, autor de ‘Small is Beautiful’. De ahí el error de pensar en "desarrollo sustentable". Un oximorón, diría Marcos.

Aunque en la realidad, todo esto sobre las teorías es bastante superficial y no está en ellas la causa principal por la que no soy comunista. Esa causa es la ’praxis’. No en la acepción marxista que la considera como conjunto de actividades cuya finalidad es la transformación del mundo; sino en su primera acepción, praxis = práctica, lo opuesto a teoría.

Panait Istrati, (1884 - 1935) escritor rumano, anarquista, explicó este concepto de ’praxis’ mucho mejor de lo que yo pueda hacerlo. En una visita a la Unión Soviética se lamentó de ver tanta pobreza y desigualdad, y el camarada que lo guíaba le dijo: "Compañero Istrati, para hacer una tortilla es necesario romper los huevos". "Si, -le contestó Panait- y ya he visto las cáscaras. ¿Me podrían mostrar la tortilla?"

¿Esta ’praxis’ o realidad práctica, es propia del comunismo o es común a otras ideologías? Por lo que he podido observar, todas las ideologías son promesas. En las democracias son promesas electorales que luego se olvidan y no se cumplen. O no se cumplen y luego se olvidan... hasta la siguiente elección. (¿Lo dudas? Lee las promesas de Obama y mira como va la situación mundial)*.

Donde la ’praxis’ alcanza ribetes de realpolitik es en Chile. El Partido Comunista más tradicional, más ortodoxo, más prosoviético que la misma URSS, ha mostrado hasta adonde pueden llegar los dirigentes por un estímulo, una diputación por ejemplo. Es absolutamente inconcebible que se haya unido a la Concertación y su candidato este haciendo de Cura de Catapilco en apoyo de la Derecha chilena, incluso abusando del nombre inmaculado de Salvador Allende, con quien pretende compararse. Para mayor vergüenza de ese colectivo, el Director del Diario El Siglo (órgano oficial del Partido Comunista de Chile) se ha aliado con Edwin Dimpter, el sádico “Principe” del Estadio Chile un reconocido torturador del Ejército de Chile en contra de la periodista que descubrió su identidad.

Por eso, porque me dan asco algunos de sus dirigentes, además de no convencerme como ideología, no soy, no he sido, ni seré comunista, aunque me tilden de anticomunista, amarillo, traidor al pueblo, krumiro, menchevike y usen toda su batería de ’argumentos’, a mi nunca me van a encontrar apoyando a un torturador y menos al presunto homicida de Víctor Jara.

Con toda mi admiración y respeto por Luis Emilio Recabarren, por Volodia Teitelboim, por Gladys Marín, por Pablo Neruda, por sólo nombrar algunos grandes comunistas chilenos, sostengo que el afan de poder ha corrompido totalmente (si no eran corruptos desde antes) a muchos dirigentes comunistas, al igual que ocurre en otros partidos políticos.


NOTAS

* Guantánamo y las cárceles secretas gozan de buena salud

* Los causantes de la crisis económica han sido remunerados con millones de millones de dólares, igual que en tiempos de Bush

* Honduras, unas declaraciones de buena voluntad, pero en la ’praxis’ la Dictadura sigue en pie.

* La Guerra de Irak (que iba a costar 50 mil millones de dólares) ya va por el millón de millones, en beneficio de una pocas empresas del tiempo de Bush... y Obama sigue enviando tropas.

* La lucha contra el cambio climático, más declaraciones, pero nada efectivo. Por el contrario, la situación va peor como lo confirma Naomi Klein

NOTA: Si te interesa mi posición política, por favor, lee

 

Por-que-no-soy-Neoliberal

 

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RACISMO Y LUCHA DE CLASES

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Sur y Sur

Nieves y Miro Fuenzalida.*

Después de una centuria y media de la publicación del Manifiesto Comunista el capitalismo no solo continua vivo, sino que se ha extendido a todos los rincones del planeta, los partidos comunistas parcialmente disueltos, la clase obrera debilitada y los estados socialistas desaparecidos, desmembrados o desprestigiados. No exactamente lo que Marx había imaginado.

 

Lo que el marxismo le ofreció a varias generaciones de luchadores fue un modelo explicativo holistico de la naturaleza humana y la evolución social con sus actores políticos centrales y las fuerzas materiales que los motivaban. Un modelo que, a pesar de ser diferente al del liberalismo, compartía con este la narrativa más amplia del Iluminismo Europeo.

 La modernidad, según ambos modelos, es el fin de la Antigüedad y el mundo medieval. Para muchos luchadores y teóricos indígenas y negros del Tercer Mundo, sin embargo, esta es una narrativa profundamente Eurocéntrica al proyectar un modelo normativo global de cambio y transición moral que solo corresponde a Europa e ignora la emergencia y consolidación de una nueva desigualdad estructural que fue fundamental al desarrollo de la Modernidad. La raza, según ellos, es el espectro que nace en Europa y hasta el día de hoy domina al mundo moderno.

Cualquier texto de filosofía política contemporánea que uno abra contiene la idea de la igualdad moral y política inscrita en la práctica cívica de cada nación. Pero, como muestra el teórico caribeno Charles W. Mills (European Spectres) lejos de ser un principio axiomático esta creencia es, obviamente, falsa o, a lo menos, engañosa al representar como un cambio normativo global lo que es solo un cambio normativo Europeo.

El paso de un mundo estrictamente jerárquico a un mundo de igualdad jurídica individual es solo valido para el europeo. En la práctica un nuevo sistema jerárquico fue creado por el expansionismo occidental (esclavitud, colonialismo, asentamientos) que sirvió de base económica para establecer la superioridad europea sobre el resto del mundo.

Según Mills la teoría marxista no le ha dado la importancia necesaria a la significancia que las ramificaciones de este sistema han tenido. El reproche marxista a la igualdad individualista liberal es que deja los privilegios económicos intactos. Hemos ganado la libertad formal, pero hemos conservado los privilegios económicos. Necesitamos una revolución diferente que supere las estructuras de desventajas económicas que son las que en última instancia crean la desigualdad radical. Pero en esta narrativa marxista, dice, la raza es invisible. No aparece por ningun lado.

Solo lucha de clases y esta lucha no tiene color. Lo que es fundamental en la vida real, en la situación concreta de los hombres es su desarrollo tecnológico y las relaciones de producción en las que se encuentran inmersos. Es esto lo que configura su existencia y todo lo que es básico a ella puede derivarse de aquí.

Lo que permanece implícito en esta caracterización de Marx y Engel, sin embargo, es que este trabajador incoloro y sin raza es, en realidad, blanco. Este es el sujeto beneficiado con la abolición de las jerarquías y castas medioevales. Si el trabajador blanco al vender su trabajo genera un valor que es apropiado por el capitalista, el esclavo y los condenados a trabajo forzado en las colonias ni siquiera tienen la oportunidad de vender su trabajo. Según Lenin esta es una súper explotación. Pero, si esta diferencia es importante, la realidad distintiva de la raza y sus efectos en la determinación del sujeto no se exploran y, últimamente, la diferencia es reducida a la clase.

Si la dominación racial no se ve como un sistema de opresión política es porque la opresión racial es solo una de las manifestaciones de la opresión de clases. El racismo se ve como un conjunto de ideas y valores impuesto a la clase trabajadora por la burguesía. En el modelo social marxista clásico de base y súper estructura, la clase se ubica en la base y la raza en la súper estructura, una variante particular de la ideología burguesa. Desde que los proletarios no tienen país, tampoco tienen raza.

No hay necesidad de desarrollar una teorizacion de la significancia de la raza en una teoría general de la historia y la sociedad. La opresión de clase es la más importante y toda otra opresión surge o es reducida a esta. La clase es profunda, la raza no. El problema con esta movida, argumenta Mills, es que, incluso si uno acepta que estas opresiones, como el racismo por ejemplo, son producto de las prácticas del imperialismo capitalista ello no se traduce, necesariamente, en una preeminencia causal.

No hay suficiente atención en los fundadores del marxismo ni en sus herederos del simple hecho de que el desarrollo del capitalismo ha estado ligado crucialmente al papel del imperialismo colonial en el establecimiento de un sistema mundial de dominación racial. La opresión de clase, sexo o raza tienen características propias que hacen difícil mantener un programa reduccionista, no importa cuales sean las relaciones genealógicas que ellas tengan.

 ¿Como es posible defender la idea de que diferentes opresiones pueden ser el resultado de diferentes causas? La dominación racial no precede ni genera la opresión de clase o la opresión sexual. Es, mas bien, un reclamo acerca de la auto identificación de un grupo humano, acerca de quienes somos y que intereses tenemos. Todos participamos de múltiples identidades, pero una tiende a permanecer más firmemente que las otras, especialmente en caso de conflicto, lo que indica que, en algún sentido, es más importante que las otras. Y la raza, en general, ha tenido esta característica.

La supremacía blanca en las ex colonias europeas se ha mantenido mas firme que las otras. En caso de conflicto de clase, el trabajador blanco, si tomamos como ejemplo a EEUU, históricamente ha tendido a identificarse a sí mismo como blanco, luchando en contra del capital, pero reteniendo su propio capital en blancura al excluir a los negros de los sindicatos, al discriminarlos en promociones, al segregarlos en la comunidad y al guardar silencio cuando el Estado les otorga beneficios en forma discriminatoria.

Los historiadores blancos izquierdistas del movimiento laboral no le han dado la atención teorética suficiente a estos hechos porque sostienen una ontología social según la cual el trabajador no puede ser realmente ninguna otra cosa sino trabajador. Ellos no pueden ser realmente blancos porque la blancura no tiene significancia ontológica. Pero, la experiencia social indica otra cosa. Los trabajadores blancos son realmente blancos al mismo tiempo que son trabajadores. Negarse a reconocer y teorizar la supremacía blanca como un sistema en si mismo es dejar un hueco teórico que impide la comprensión marxista de la forma en que la raza puede ser real.

Frente a la alternativa teorética de si la raza es biológica o si la raza no existe. el marxismo blanco, dice Mills, ha elegido lo ultimo negándose a ver que los trabajadores blancos se benefician y reproducen la dominación racial. Cuando a regañadientes se la admite se representa como dominación capitalista. Pero, si admitimos la posibilidad de una sociedad con múltiples sistemas de dominación una diferente realidad se nos presenta.

El burgués domina al trabajador y el blanco domina al negro y al indígena. Como trabajadores son explotados por el capital y como blancos han sido beneficiarios de un doble sistema de explotación que les ha asegurado reconocimiento jurídico y beneficios que han sido negados a otros. En la división laboral racial ellos se ven a si mismos como superiores y esta superioridad ha estado inscrita en la ley, en la división laboral racial y en los programas públicos.

La imposición del modelo en donde la raza y el racismo son inflicciones burguesas en un proletariado incoloro e inocente ignora la realidad de que la clase trabajadora también se hace a si misma y en las ex colonias europeas ella se ha hecho a si misma blanca, socios menores en un Estado de supremacía blanca (participando en linchamientos, en revueltas racistas, en huelgas odiosas para excluir a los trabajadores indígenas o negros, firmando contratos para mantener la segregación comunitaria, etc.) del que obtiene obvios beneficios materiales (oportunidad de trabajo diferencial, promociones, mejores salarios, participación política sin restricciones, mejores accesos a beneficios locales y nacionales, etc.) lo que contradice la ortodoxia que ve a la raza solo como una cuestión súper estructural.

Esta ventaja socio económica es claramente material en sentido económico clásico y debería haberse reconocido como tal hace mucho tiempo atrás. Pero no es la única.

Aunque la clase trabajadora se ubica en los niveles más bajos de la escala social, históricamente ella se eleva normativamente por encima de los negros y los indígenas.

La limitación de la concepción marxista del ser social es que presupone el contexto europeo que le permite mostrar cómo el individuo es formado por las relaciones de producción y de los efectos que la alienación tiene en la vida del proletario. Pero, si nos miramos a nosotros mismos nos veremos como pertenecientes a cierta raza y, queramos o no, sus caracteres están inscritos en todo nuestro ser.

No se trata de afirmar un materialismo biológico, un naturalismo basado en las propiedades intrínsecas del cuerpo, sino un materialismo social en el que la dominación política se encarna. La raza no es originalmente biológica. Se hace biológica. Es por el colonialismo europeo que terminamos por ver la raza en nuestros cuerpos.

Una vez que ella se hace carne le da forma a nuestro ser social. Se naturaliza cuando la división racial europea penetra nuestra piel y conforma nuestra visión de nosotros mismos y de los otros. Aprendemos a ver al negro, al blanco, al amarillo o moreno como igual, superior o inferior y aunque no queramos ver esto como material, inevitablemente moldea nuestros intereses.

El beneficio económico generalmente es coincidente con nuestro estatus ontológico. Muchos intelectuales negros (desde Du Bois hasta Derrick Bell) han venido sosteniendo que la raza es lo que explica la ausencia de una tradición socialista en EEUU. Los trabajadores blancos prefieren incorporarse a la dominación blanca antes que unirse a una lucha de clases transracial que podría poner en peligro su estatus privilegiado… ¿No es lo mismo con el criollo latinoamericano?

La mayor parte de los marxistas blancos, afirma Mills, prefieren no ver que los intereses raciales de grupo han sido los motivantes más importantes en la decisión que los individuos hacen. La auto identificación racial y la solidaridad de grupo se han impuestos sobre otras identidades.

La ironía es que en la sociedad capitalista estadounidense el modelo marxista de un orden social en donde la gente tiene clara conciencia de si misma como miembros de grupos opuestos no funciona como antagonismo de clase, pero si funciona bastante bien como antagonismo racial, antagonismo racial que puede extenderse a muchos otros países

 



 * Escritores y docentes. Residen en Canadá.

 

STORYTELLING (LA MODA EN POLÍTICA)

A continuación adjuntamos un artículo publicado en Le Monde Diplomatique en diciembre de 2007, pero que cobra actualidad por la campaña electoral en la que muchos candidatos utilizan el “storytelling”, cuentan historias más que levantar programas; mucho marketing y pocas ideas… En la edición de LMD de noviembre, que sale este viernes 6 a quioscos, va también una reseña sobre el libro STORYTELLING del mismo autor) Inventar la realidad – Contar Historias- “Storytelling”


La estrategia de Sheherazade

por Christian Salmon*


Contar historias fabulosas, siempre reductibles a una lucha del bien contra el mal, para hacer olvidar una política condenada, ésa sería la estrategia de Sheherazade del presidente de Estados Unidos George W. Bush.. Su impopularidad se profundiza tanto que tiene una gran necesidad de fábulas, y una preocupación permanente por la puesta en escena, para la cual el Pentágono cuenta con la colaboración de Hollywood. El ex asesor presidencial Karl Rove encarna de manera elocuente esta “realpolitik de la ficción”.

En un artículo del New York Times publicado unos días antes de la elección presidencial de 2004, Ron Suskind, que de 1993 a 2000 fue editorialista del Wall Street Journal y desde 2000 autor de varias investigaciones sobre la comunicación de la Casa Blanca, reveló los términos de una conversación que había mantenido, durante el verano de 2002, con un asesor de George W. Bush: “Me dijo que las personas como yo formábamos parte de ese grupo de tipos ‘pertenecientes a lo que nosotros llamamos la comunidad basada en la realidad (the reality-based community): ustedes creen que las soluciones surgen de su juicioso análisis de la realidad observable’. Yo asentí y murmuré algo sobre los principios de las Luces y el empirismo. Pero él me interrumpió: ‘El mundo ya no funciona en realidad de esa manera. Ahora somos un imperio, prosiguió, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Y mientras ustedes estudian esa realidad criteriosamente, como desean hacerlo, nosotros volvemos a actuar y creamos otras realidades nuevas, que ustedes también pueden estudiar; y así es como pasan las cosas. Nosotros somos los actores de la historia. (…) Y a ustedes, a todos ustedes, no les queda otra cosa que estudiar lo que nosotros hacemos’” (1).

El artículo de Suskind, calificado por The New York Times como “primicia intelectual”, causó sensación. Los editorialistas y los bloggers se apropiaron de la expresión “reality-based community”, que se expandió en la web, donde el motor de búsquedas Google contabilizaba, en julio de 2007, más de un millón de menciones. La enciclopedia Wikipedia abrió una página dedicada a ella. Según Jay Rosen, profesor de periodismo de la Universidad de Nueva York, “muchas personas de izquierda retomaron ese término, autodesignándose en sus blogs como ‘dignos miembros de la comunidad basada en la realidad’, mientras la derecha se burlaba: ‘¿Ellos son reality-based? OK, ¡súper!’” (2).

Estas palabras, que sin ninguna duda fueron pronunciadas por Karl Rove unos meses antes de la guerra de Irak, no sólo son cínicas y dignas de un Maquiavelo mediólogo: parecen provenir más bien de un escenario teatral que de una oficina de la Casa Blanca. No se contentan con renovar los viejos dilemas que agitan desde siempre a las cancillerías, oponiendo a pragmáticos e idealistas, realistas y moralistas, pacifistas y belicistas o, en ese año 2002, a defensores del derecho internacional y partidarios de recurrir a la fuerza. Muestran una nueva concepción de las relaciones entre la política y la realidad (3). Los dirigentes de la primera potencia mundial no sólo se alejan de la real politik, sino también del simple realismo, para convertirse en creadores de su propia realidad, dueños de las apariencias, reivindicando lo que podría llamarse una real politik de la ficción.

“Fantástico, como de teatro”


La invasión estadounidense a Irak, en marzo de 2003, brindó una ilustración espectacular de la voluntad de la Casa Blanca de “crear su propia realidad”. En esa ocasión los servicios del Pentágono, preocupados por no repetir los errores de la primera Guerra del Golfo en 1991, pusieron un cuidado especial en su estrategia de comunicación. Además de los quinientos periodistas embedded (integrados en una unidad del ejército estadounidense) de los cuales tanto se habló, otorgaron especial atención a la concepción de la sala de prensa del cuartel general de las fuerzas estadounidenses instalado en Qatar. Era un hangar de almacenamiento reciclado –por la módica suma de un millón de dólares– en estudio de TV ultramoderno, con podio, pantallas de plasma y todo el material electrónico capaz de producir en tiempo real videos del combate, mapas, animaciones y diagramas...

La escena desde la cual el vocero del ejército de Estados Unidos, el general Tommy Franks, se dirige a los periodistas costó por sí sola 200.000 dólares y fue realizada por un diseñador que había trabajado para Disney, MGM y el programa televisivo Good Morning America. Desde 2001, la Casa Blanca había encargado a este diseñador que concibiera los decorados para las intervenciones del Presidente; una elección que no es de extrañar conociendo los vínculos entre el Pentágono y Hollywood.

Más sorprendente fue, en cambio, la decisión del Pentágono de convocar para esos trabajos de acondicionamiento a David Blaine, un… mago muy conocido en Estados Unidos por su espectáculo televisivo y sus pases de prestidigitación que le permiten liberarse de las leyes físicas, como levitar por encima del suelo o quedar encerrado durante días en una caja sin comer. Uno y otro no son incompatibles: en un libro publicado en 2002, quien se califica como el “Michael Jordan de la magia” reivindica la herencia de Robert Houdini, un legendario mago francés que, en el siglo XIX, aceptó ir a Argelia por cuenta del gobierno con el fin de ayudarlo a reprimir un levantamiento, demostrando así que su magia era superior a la de los rebeldes (4). Se ignora si era eso mismo lo que el Pentágono esperaba de él, pero su convocatoria y su expedición a Qatar sugieren que se hizo uso de sus talentos de ilusionista para algunos trucos o efectos especiales… Scott Sforza, un ex productor de ABC que trabajaba para el aparato de propaganda republicana, creó los numerosos segundos planos sobre los cuales Bush hizo sus declaraciones más importantes durante sus dos mandatos.

El 1 de mayo de 2003 fue él quien puso en escena el discurso de Bush en el portaaviones Abraham Lincoln, frente a un estandarte con la inscripción “Mission Accomplished” (misión cumplida): “Las grandes operaciones de combate en Irak han concluido. En la batalla de Irak, ganaron Estados Unidos y nuestros aliados”. Pero la puesta en escena no terminaba allí. El Presidente aterrizó en el portaaviones a bordo de un avión caza rebautizado para la ocasión Navy One, que llevaba la inscripción: “George Bush, comandante en jefe”. Vestido con uniforme de aviador, se lo vio salir de la cabina con el casco en la mano, como si volviera de una misión, en una deslumbrante remake de Top Gun, la película de Jerry Bruckheimer, un director familiarizado con las operaciones conjuntas Hollywood-Pentágono, que producía un programa de tele-realidad sobre la guerra de Afganistán, Profiles from the Front Line.

Como informa Frank Rich, no se equivocó el comentarista de Fox News, quien agregó a guisa de cumplido: “Fue fantástico, como de teatro”. David Broker, del Washington Post, quedó subyugado por lo que llamó la “postura física” del Presidente (5). Sforza debió preparar cuidadosamente la escena para que no se percibiera en el horizonte a San Diego, ubicado a unos sesenta kilómetros, cuando se suponía que el portaaviones estaba en alta mar, en la zona de combate.

“Soy Moby Dick”


Pero nunca fue tan explícito el encuadre de un discurso presidencial como el 15 de agosto de 2002, cuando el Presidente de Estados Unidos se expresó solemnemente sobre la “seguridad nacional” ante el célebre acantilado de Mount Rushmore, donde están esculpidos los rostros de George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. Durante su discurso, las cámaras de televisión fueron colocadas en un ángulo que permitía filmar a George W. Bush de perfil, con su rostro superponiéndose al de sus ilustres predecesores…

El mismo tipo de procedimiento se utilizó en ocasión del discurso que Bush pronunció para el primer aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001, con el fin de preparar a la opinión estadounidense para la invasión de Irak, magnificando el “gran combate que desafía a nuestra potencia y, más todavía, a nuestra determinación”. Sforza alquiló tres pontones para llevar todo el equipo presidencial hasta el pie de la Estatua de la Libertad, a la que había decidido iluminar desde abajo hacia arriba, mediante poderosos proyectores. Eligió los ángulos de toma de las cámaras de manera tal que la estatua fuera visible en el fondo durante el discurso. Frank Rich menciona en este sentido el punto de vista de un especialista, Michael Deaver, que en 1980 puso en escena la declaración de la candidatura de Ronald Reagan, eligiendo también como fondo la Estatua de la Libertad: “Comprenden la imagen como nadie antes que ellos. Comprendieron que lo que hay alrededor de la cabeza es tan importante como la cabeza misma” (6).

Lo que hay alrededor de la cabeza es precisamente lo que transforma a una imagen en leyenda: “Misión cumplida”, los padres fundadores, la Estatua de la Libertad… La imagen se inscribe en el tiempo para convertirse en una story. Pero también es necesario que entre en resonancia con el espectador, es decir, hacer que dialoguen dos instantes de la historia, el que está representado en la imagen y el momento real de la recepción. Esta resonancia es la que produce la emoción buscada. Y para los estadounidenses, en 2002, ninguna otra fecha podía tener un peso emocional más grande que un discurso sobre la guerra en ocasión del primer aniversario del 11 de septiembre. Además, el país acababa de volver de vacaciones, dispuesto a concentrarse en temas de importancia prioritaria (7).

Según Ira Chernus, profesor de la Universidad de Colorado, durante los dos mandatos de Bush Karl Rove aplicó lo que califica de “estrategia de Sheherazade”: “Cuando usted vea que la política lo condena a muerte, comience a contar historias –historias tan fabulosas, tan cautivantes, tan seductoras que el rey (o, en este caso, los ciudadanos estadounidenses que en teoría gobiernan nuestro país) olvidará su condena capital–. Él (Kart Rove) juega con el sentimiento de inseguridad de los estadounidenses, que tienen la impresión de que la vida se les escapa” (8).

Algo que Rove logró muy bien en 2004 en ocasión de la reelección de Bush, al desviar la atención de los electores del balance de la guerra, convocando a los grandes mitos colectivos del imaginario estadounidense: “Karl Rove, explica Ira Chernus, apostó a que los electores quedarían hipnotizados por historias al estilo de John Wayne, con ‘hombres de veras’ combatiendo al diablo en la frontera; o, por lo menos, a una cantidad suficiente de estadounidenses como para evitar la sentencia de muerte que los electores pueden pronunciar contra un partido que nos ha llevado al desastre en Irak.

(…) Rove no deja de inventar historias de buenos y malos para uso de los candidatos republicanos (al Congreso). Se esfuerza por transformar cualquier elección en teatro moral, en un conflicto que opone el rigor moral de los republicanos a la confusión moral de los demócratas. (…) La estrategia de Sheherazade es una gran estafa, construida a partir de la ilusión de que simples historias moralizantes pueden darnos un sentimiento de seguridad, independientemente de lo que ocurra en el mundo. Rove quiere que cada voto a favor de los republicanos sea una toma de posición simbólica” (9). En agosto de 2007, coaccionado a renunciar por los miembros demócratas del Congreso, Rove anunció su decisión mediante esta confesión, que vale como una firma al pie de toda su obra: “Yo soy Moby Dick y ¡ellos me persiguen!”.

*Escritor, miembro del Centro de Investigaciones sobre las Artes y la Lengua (CRAL/CNRS).
Acaba de publicar Storytelling, la machine à fabriquer des histoires, La Découverte, París, 2007.

Traducción: Lucía Vera

NOTAS:

1 Ron Suskind, “Without a doubt: faith, certainty and the presidency of George W. Bush”, The New York Times, 17-10-04.

2 Jay Rosen, “The retreat from empiricism and Ron Suskind’s intellectual scoop”, The Huffington Post (blog), 4-7-07.

3 “Léon Tolstoï, consultant en entreprise”, Manière de voir, n° 96, “La fabrique du conformisme”,  diciembre-enero de 2007.

4 David Blaine, Mysterious Stranger. A Book of Magic, Villard Books, Nueva York, 2002.

5 Mencionado por Frank Rich, en The Greatest Story Ever Sold, Penguin Books, Nueva York, 2007.

6 Ibid.

7 Ibid.

8 Ira Chernus, “Karl Rove’s Scheherazade strategy”,  7-7-06,
www.tomdispatch.com 9 Ibid.

C.S.

PRESIDENTES Y PAÑALES

PRESIDENTES Y PAÑALES

RECETA PARA FUTUROS GOLPES DE ESTADO

Política ficción: Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

Por Máximo Kinast
www.argenpress.info/2009/07/receta-para-futuros-golpes-de-estado.html

Ante todo, un Golpe de Estado es un "cambio forzado de Gobierno". (CNN dixit)

Olvídese de los gorilas y de la Teoría de los Tres Tercios (un tercio de dirigentes contrarios desaparecidos y asesinados, un tercio desaparecidos, torturados y presos; y el último tercio, desaparecidos por unos días y expulsados del país). El Almirante Merino era un bruto y un borracho y su idea es estúpida. De uniformados, lo menos posible. Son como las cabareteras, caros y de mala clase y en estos negocios tienen la tendencia a quedarse con todo.

1º Lo primero es crear un ambiente a favor del cambio de Gobierno. Si no tiene usted el control, de los medios de comunicación, olvídese de la idea de dar un Golpe de Estado.

Para crear ese ambiente todo vale, mientras sea publicado por los medios de desinformación nacional y extranjeros. Mejor extranjeros, porque rebotan desde el exterior con la aureola de ser verdad. Este es un período de algunos meses (mínimo tres meses).

Algunas ideas:

Diga que el Presidente es inepto. No necesita demostrar nada. Mejor si puede hacer caricaturas que lo ridiculicen.

Una buena crítica destructiva de todo lo que haga o quiera hacer el Presidente.

Invéntele amores y amoríos. Cualquier cosa que sirva para crearle una imagen de inmoral, borracho drogadicto, etc.

2º Lo segundo es lo más importante. No olvide pedir permiso a la Embajada de los Estados Unidos. Si no lo consigue, busque un buen lobbista que le relacione con el Pentágono (también puede autorizar Golpes de Estado sin el apoyo de Obama). Los boys de la CIA le aconsejarán en este punto. Déjese guiar por ellos, que para eso les pagan muy bien y les han entrenado en desestabilizar, desinformar y dar golpes de Estado. (Tiempo máximo para estas gestiones imprescindibles: un mes). Con ellos ya tiene en el bolsillo a la OEA, la ONU, el FMI, la OTAN y a los países del Mundo Libre.

3º Ahora viene la fase delicada de la acción directa. Se trata de ’sacar’ al Presidente. Cualquier medio vale. Desde el asesinato (como en el Caso Kennedy) hasta sacarlo en pijama de la cama en la madrugada. Secuestro, extorsión, amenazas a la familia, todo vale. Lo importante es que el Presidente firme una renuncia o lo mata. Muerto es tan útil como renunciado. Aquí necesitará la ayuda de los gorilas uniformados de su patria. Evite que se pasen. Se trata de ’sacar’ al Presidente, nada más. Lo peor es un baño de sangre. Que la cosa pase piola y todo le irá bien. Los Altos Mandos saben que el Estado es para chupar del bote y no les conviene que les modifiquen la situación, por lo que le apoyarán patrióticamente sin chistar. (Tiempo previsto: unas pocas horas. Mientras menos, mejor)

4º Ahora los medios de comunicación han de llorar por la existencia "de un vacío de Poder" que es urgente llenar para "conservar la Democracia y defender el Estado de Derecho". Recurra al apoyo de la Iglesia, que le dará su bendición a cambio del Concordato y de la financiación anual que le paga el Estado. Los Medios de Comunicación saben el valor de la tajada publicitaria que les pasa el Gobierno, la que puede ser incrementada directa y discretamente con un regalito para los dueños. (Este período es muy intenso y muy breve. Dos o tres días es mucho. Mejor si es un mismo día).

5º Los demás Poderes del Estado, Judicial y Legislativo han de llenar el vacío de Poder de conformidad a las leyes y a la Constitución, aunque sea por medios alambicados, oscuros y propios de leguleyos. NO IMPORTA. Lo único importante es que los medios de comunicación digan que el "cambio de Gobierno" (olvide la palabra "forzado") se ha realizado conforme al Derecho, a la Constitución y a las Leyes.

6º Ahora Usted, como nuevo Presidente ha de declarar públicamente (y los medios han de difundir su Declaración) de que respeta por sobre todo la Democracia, la Constitución y las Leyes de su país. Prometa TODO. Desde elecciones libres y anticipadas dentro de tres meses, hasta acabar con el hambre, dar trabajo a todo el pueblo y construir viviendas dignas financiadas por el Estado con Créditos al 1% e hipotecas a 50 años plazo en cuotas fijas. No se preocupe por lo que prometa. La gente se olvida y usted también. Luego haga lo que quiera dentro de los límites que le permita el Gran Hermano del Norte y la oligarquía de su país. El resto de la gente no cuenta.

Recuerde que no hay democracias. Que todos los gobiernos son plutocracias. Y los plutócratas son fieles sirvientes de los que tienen el dinero. Si necesita justificación lea a Macquiavelo y a León Dugut, tratadista francés que sitúa a la Fuerza como principal fuente del Derecho.

Verá como terminará -al final de sus días- con una hermosa estatua en la Plaza principal de la capital de su país
.

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CHILE: INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS POLÍTICO

por Máximo Kinast

METODOLOGÍA: Poner entre comillas el nombre y apellido del político o la política en cuestión en www.google.cl y hacer clic en ’páginas en español’

Con este método se producen algunas sorpresas, aunque no hay trampas:

Sebastián Piñera tiene 304.000 referencias a las 10 de la noche de hoy 09/05/2009

Leonardo Farkas tiene 251.000 referencias a las 10 de la noche de hoy 09/05/2009

Marco Enriquez-Ominami tiene 63.600 referencias a las 10 de la noche de hoy 09/05/2009

Pamela Jiles tiene 63.000 referencias a las 10 de la noche de hoy 09/05/2009

Eduardo Frei Ruiz-Tagle tiene 45.100 referencias a las 10 de la noche de hoy 09/05/2009

Tomas Hirsch tiene 41.300 referencias referencias a las 10 de la noche de hoy 09/05/2009

Otro forma de analizar es visitar la web www.publicaopinion.com

Y ver que ha puesto la gente como opinión sobre los pretensores al cacicazgo.

BREVE RESULTADO DEL ANALISIS

Una pregunta: ¿Qué monos pinta Frei en esta elección?

Una conclusión: Con Frei la derrota de la Concerta esta absolutamente GARANTIZADA.

Un pronóstico: Si Pamela y Marco se unen, uno de los dos será Presidente de Chile

¿Y si no se unen? Usted ya sabe la repuesta, pero por las dudas se lo aclaro: ¡Tendremos momiaje para 30 años o más!