¿Y si en el avión de Evo hubiera viajado Snowden, qué?
Robert Mur | 04/07/2013
El incidente con el vuelo del presidente boliviano, Evo Morales, al que varios países europeos, entre ellos España, trataron como vulgar traficante de personas, supone un baño de realidad en la política internacional, donde a menudo las formas diplomáticas enmascaran las verdaderas relaciones de poder entre los gobiernos.
Seis tuits de más de 140 caracteres podrían fijar la bochornosa foto del día en que la UE demostró que la opinión de los ciudadanos está cada vez más supeditada a la eufemística “razón de estado”.
1.- No sólo se evidencia que la política exterior conjunta de la UE es inexistente, sino que tanto la Unión como los gobiernos europeos siguen dependiendo del dictado estadounidense. Ni siquiera el escándalo de espionaje de EE.UU. a Europa , destapado paradójicamente por el exespía Edward Snowden, ha hecho asomar la dignidad de los dirigentes comunitarios.
2.- ¿Acaso existe entre los ciudadanos europeos un clamor que considere que las filtraciones de Snowden y del fundador de Wikileaks, Julian Assange, suponen un crimen, o más bien son vistas como gestos que aportan transparencia a la opacidad de los gobiernos democráticos? Por otra parte, el interés de EE.UU. contra ambos está más motivado en ser ejemplificador que en el hecho de que las filtraciones supongan un riesgo real para la seguridad estadounidense o mundial.
3.- Millones de euros invertidos en inteligencia, con los ojos de todos los servicios secretos puestos en el aeropuerto de Moscú, no han evitado la chapuza de dar credibilidad al rumor de que Snowden viajaba con Evo.
4.- Como ya quedó claro con los cotilleos de canapé que filtró Wikileaks, la diplomacia mundial está anquilosada. Y la española, más. En lugar de evitar el conflicto, las cancillerías europeas han logrado indignar a los países sudamericanos, cuyos presidentes no perderán hoy en la cumbre de la Unasur de Cochabamba la oportunidad de cohesionar sus débiles relaciones desempolvando de nuevo -esta vez con mucha razón- el discurso del racismo y el neocolonialismo.
5.- En un momento en que las relaciones entre España y algunos países latinoamericanos cómo Argentina, Venezuela o la misma Bolivia, no pasan por el mejor momento, ¿por qué el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se empeña en hacer que empeoren enviando al embajador español en Austria como detective secreto para “tomar café” con Evo? ¿Cuántas veces ha tenido que rectificar Margallo el tiro desde que es ministro? La última rectificación fue permitir que el avión hiciera escala en las islas Canarias.
6.- Por último, y si Snowden hubiera viajado con Evo, ¿qué? ¿No puede un país con un gobierno democrático como el boliviano darle asilo, teniendo en cuenta que Snowden no ha entrado legalmente en Rusia y que el avión de un jefe de estado es inviolable? ¿Acaso no permitieron los países europeos que EE.UU. sobrevolara y repostara en ellos con aviones cargados de detenidos bajo oscura legalidad con destino a cárceles secretas?
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