MALAS PALABRAS
Escribe Luis Casado
“No diga caca m’hijito…”, desde niños nos enseñaron a hablar con comedimiento y corrección. Curioso porque en castellano vernáculo no se utilizan los eufemismos amariconados de nuestro chileno pacato y no se dice “caca” sino mierda, no “poto” sino culo y uno va a mear y no a hacer “pipí”.
Los políticos amaestrados que apoyaron la dictadura se subieron por ese chorro e inventaron el término “apremios ilegítimos” para ocultar la tortura, rebautizaron el venal oficio de cabildero como “consultor”, al despojo del patrimonio del Estado le llamaron “privatizaciones”, y al sumiso rol del Estado surgido de la constitución pinochetesca le pusieron “creación de oportunidades de negocio ”.
Con alguna pequeñita diferencia los tigres de la Concertación siguieron usando la jerga, y en algún caso los usos, de sus predecesores. De ahí que uno lea en la prensa desgarradores comentarios a propósito de los ídems de Camilo Escalona: “Sorpresa, estupor y rechazo motivaron en círculos empresariales y políticos del país las afirmaciones del senador Camilo Escalona, quien señaló que "todos los chupasangres y explotadores de este país van a tener una foto de Allamand en sus oficinas", a raíz del último fallo del Tribunal Constitucional que eliminó el nuevo concepto de empresa que se pretendía incorporar en la ley de subcontratación”.
La reacción de estas vírgenes de la puñeta productiva y financiera muestra que, sin otra suerte de precisión, se sintieron tocados en lo más íntimo de su ser lo que trae a las mientes el adagio romano que dice “Excusatio non petita, acusatio manifesta”. Si no te enteras te lo explico. Si alguien pretende, a cuento de nada, no ser ladrón, la ley romana presume que la excusa no solicitada es una autoacusación evidente de parte de quién se defiende de algo de lo que nadie le ha acusado.
Al hablar de “chupasangres” y “explotadores”, de seguro que Escalona no tenía en mente sino a aquellos que abusan de la legislación laboral al peo que tenemos, y se forran a costa del personal. En ningún caso pensó en el ricitos Somerville, ni en los esforzados grandes empresarios que pagan ubérrimos salarios, nunca evaden impuestos, respetan a sus trabajadores y sólo piensan en el bien de la patria.
Por su parte, Soledad Alvear, que nunca pierde una ocasión de cagarla, “expresó que ella prefiere tener interlocución con los sectores opositores con otro tipo de lenguaje ”. Sin ser mal pensado uno concluye que para Soledad Alvear todos los miembros de la oposición son “explotadores y chupasangres”, lo que manifiestamente sobrepasa ampliamente los dichos de Escalona.
Los senadores Andrés Allamand y Evelyn Matthei, grandes expertos en respeto de los derechos del prójimo como lo demuestra su pasado pinochetero y el affaire del espionaje telefónico a Sebastián Piñera, rasgan vestiduras y amenazan con otro golpe de Estado, igualito que el Mamo Contreras antes de ir a parar a cana por criminal y ladrón. La Matthei le agregó un poquito de cilantro picado y “acusó a Escalona de sembrar el odio”. Desde luego Matthei no se acuerda de su propia coprolalia en el caso del espionaje telefónico. Refiriéndose a Piñera y Allamand la amorosa Evelyn declaró: "Piñera y Allamand hicieron un aparte con mi marido, ... y le dijeron que no era necesario que yo fuera al sacrificio sola, pero que las cabezas de Correa y Ossa tenían que rodar de todas maneras. Les dije que no, que eran unos maricones y unos traidores, que se fueran a la mierda, que después iban a decir mira a esta desgraciada, mató a estos dos y era ella la culpable".
Afortunadamente Escalona no trató a nadie de “maricón” ni de “soplapollas”, ni de “traidor”, ni siquiera de “pedófilo”. Imagínate a Pinochet alegando que él no es traidor, a Spiniak que él no es pedófilo, a Allamand que él no es soplapollas... y así.
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kimberly -
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