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Máximo Kinast Avilés

LA PROPUESTA BOLSA DE PETRÓLEO IRANI (1º)

por Krassimir Petrov    

Fuente: www.masternewmedia.org/es/2006/01/23/mercado_del_petroleo_propuesta_Irán.htm     

 

1) La Economía  de los Imperios  

 Una nación-estado le cobra impuestos a sus propios ciudadanos, mientras que un imperio le cobra impuestos a otras naciones-estados. La historia de los imperios, desde los Griegos y Romanos, a los Otomanos y Británicos, enseña que la base económica de cada imperio radica en cobrar impuestos a otras naciones. La habilidad imperial de cobrar impuestos siempre ha descansado en una economía mejor y más fuerte, y como consecuencia, un ejército mejor y más fuerte. Una parte de lo cobrado en impuestos fue a mejorar el estándar de vida del imperio; la otra parte fue a fortalecer la dominación militar necesaria para imponer el cobro de esos impuestos.
Históricamente, cobrar impuestos al estado súbdito ha tomado diferentes formas - generalmente oro y plata, donde aquellos eran considerados dinero, pero también esclavos, soldados, cosechas, ganado u otros elementos agrícolas y recursos naturales, cualquier bien económico que el imperio demandaba y el estado súbdito podía enviar. Históricamente, los impuestos imperiales siempre ha sido directos: el estado sometido entregaba los bienes económicos directamente al imperio.


Por primera vez en la historia, en el siglo veinte, Norteamérica fue capaz de cobrar impuestos al mundo de manera indirecta, a través de la inflación. No impuso el pago directo de impuestos como hicieron todos los imperios precedentes, sino que distribuyó su propia moneda, el dólar estadounidense, a otras naciones e intercambio por bienes con la consecuencia deseada de inflar y devaluar ésos dólares y pagar más tarde cada dólar con bienes de menor valor económico - la diferencia capturaba el impuesto imperial estadounidense. 

 

Aquí está como sucedió.   

 

A comienzos del siglo veinte, la economía de Estados Unidos comenzó a dominar la economía mundial. El dólar estadounidense estaba ligado al oro, por lo tanto el valor del dólar ni aumentaba, ni disminuía, sino que mantenía la misma cantidad de oro.  

 

La Gran Depresión, con su inflación precedente de 1921 a 1929 y sus subsecuentes déficit gubernamentales crecientes, habían incrementado sustancialmente la cantidad de dinero en circulación, y por lo tanto hizo que el respaldo de dólares estadounidenses por oro fuera imposible.   

 

Esto condujo a que Roosevelt desacoplara el dólar del oro en 1932. Hasta ese punto, los Estados Unidos pueden haber bien dominado la economía mundial, pero desde un punto de vista económico, no era un imperio. El valor fijo del dólar no le permitía a los norteamericanos extraer beneficios económicos de otros países dándoles dólares convertibles a oro.  

 

Económicamente, el Imperio Americano nació con Bretton Woods en 1945. El dólar estadounidense no era totalmente convertible a oro, pero se hizo convertible a oro únicamente para gobiernos extranjeros. Esto instituyó al dólar como la moneda de reserva del mundo. Esto fue posible, porque durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos proveyeron a sus aliados con provisiones, demandando oro como pago, por lo tanto acumulando una porción importante del oro del mundo.   

 

Un imperio no hubiera sido posible si, siguiendo los Acuerdos de Bretton Woods, el suministro de dólares se hubiera mantenido limitado y dentro de la disponibilidad de oro, a un total intercambio de devolución de dólares por oro. Sin embargo, la política de armas-y-manteca de la década de 1960 fue una política imperial: el suministro de dólares fue implacablemente incrementado para financiar Vietnam y la Great Society de Lyndon B. Johnson. Muchos de esos dólares fueron entregados a extranjeros a cambio de bienes económicos, sin la posibilidad de comprárselos nuevamente al mismo valor.  

 

El incremento de dólares en manos de extranjeros a través del persistente déficit comercial de Estados Unidos fue el equivalente a un impuesto - el clásico impuesto inflacionario que un país impone a sus propios ciudadanos, esta vez alrededor de un impuesto inflacionario que Estados Unidos impuso al resto del mundo.  

 

Cuando en 1970-1971 los extranjeros demandaron un pago por su dólares en oro, el gobierno de Estados Unidos falló en sus pagos el 15 de agosto, 1971. Mientras que la historia popular dice que esto "cortó el lazo entre el dólar y el oro", en realidad la negativa de devolver el oro fue un acto de bancarrota de parte del gobierno de los Estados Unidos. 

 

Esencialmente, los Estados Unidos se declararon a sí mismo como un Imperio. Habían extraído una enorme cantidad de bienes económicos del resto del mundo, sin intención o capacidad de devolver esos bienes, y el mundo estuvo impotente para responderle - el mundo recibió un impuesto y no pudo hacer nada al respecto.  

 Desde este punto, para sostener el Imperio Americano y continuar imponiendo impuestos al resto del mundo, los Estados Unidos tuvieron que forzar al mundo para qué continúe aceptando dólares en continua depreciación como intercambio de bienes económicos y para que tenga más y más de esos dólares depreciados. Tuvo que darle al mundo una razón económica para que los tenga, y la razón fue el petróleo.    

En 1971, a medida que se hacía más claro que el gobierno de los Estados Unidos no iba a ser capaz de comprar de nuevo su dólares en oro, hizo en 1972-73 un inflexible arreglo con Arabia Saudita para apoyar el poder de la Casa de Saud a cambio de aceptar únicamente dólares estadounidenses por su petróleo. El resto de la OPEC tuvo que imitarlo y también aceptó solamente dólares. Ya que el mundo tenía que comprar petróleo de los países petroleros árabes, esta fue la razón de tener dólares como método de pago para el petróleo.   

 Como sea que el mundo necesitaba cada vez mayores cantidades de petróleo a precios cada vez mayores, la demanda de dólares de parte del mundo únicamente podría aumentar. A pesar de que los dólares ya no podían ser intercambiados por oro, ahora ellos eran intercambiables por petróleo.    

La esencia económica de este arreglo fue que el dólar ahora estaba respaldado por petróleo. Mientras que este fue el caso, el mundo tuvo que acumular cantidades de dólares cada vez mayor, porque necesitaban esos dólares para comprar petróleo. Mientras que el dólar fue el único método aceptable de pago para el petróleo, su dominio del mundo estaba asegurado, y el Imperio Americano podría continuar cobrando impuestos al resto del mundo.   

 

Si, por alguna razón, el dólar perdía su respaldo de petróleo, el Imperio Americano hubiera cesado de existir.   

 Por lo tanto, el Imperio sobreviviente dictaminó que el petróleo debe ser vendido únicamente por dólares. También dictaminó, ya que las reservas de petróleo estaban dispersas en varios estados soberanos que no eran suficientemente fuerte política o militarmente, demandar el pago por petróleo en algo más. Si alguien demandaba un pago diferente, debía ser convencido, ya sea por presión política o medios militares, a cambiar su posición.  

 

 

 

El hombre que realmente pidió Euro por su petróleo fue Saddam Hussein en 2000. Al principio, su pedido se encontró con el ridículo, luego fue ignorado, pero cuando se hizo más claro que el significaba negocios, se aplicó presión política para forzar a un cambio de posición. Cuando otros países, cómo irán, querían pagos en otras monedas, más notablemente Euro y Yen, el peligro para el dólar fue claro y presente, y una acción punitiva se estaba preparando.   

 

 

 

La estrategia de Bush en Iraq, Conmoción y Pavor, no fue por la posibilidad de nucleares de Saddam, defender los derechos humanos, esparcir la democracia o ni siquiera tomar el control de los campos petroleros; consistió en defender el dólar, por lo tanto el Imperio Americano. Se trató dejar en claro un ejemplo para cualquiera que exigiera pagos en moneda diferente que los dólares americanos sería castigado de igual manera.     

Muchos han criticado a Bush por montar la guerra en Iraq para tomar control de los campos petroleros iraquíes. Sin embargo esos críticos no pueden explicar porque Bush debía controlar esos campos - él podría simplemente haber impreso dólares por nada y usarlos para obtener del mundo todo el petróleo que necesita. El tiene que haber tenido alguna otra razón para invadir Iraq.   

 

La historia enseña que un imperio debe ir a la guerra por una de dos razones:  

 
  1. Para defenderse o
  2. Beneficiarse de la guerra  
 

Si no, tal como ilustra Paul Kennedy en su magistral The Rise and Fall of the Great Powers, un sobreesfuerzo militar va a drenar sus recursos económicos y precipitar su colapso.  

 

Económicamente hablando, para que un imperio inicie y conduzca una guerra, sus beneficios deben superar sus costos militares y sociales. Los beneficios de los campos petroleros iraquíes difícilmente valen los muchos años del costo militar.  

 


En vez de eso, Bush debió ir a Iraq para defender su Imperio.   

 

Realmente, este es el caso: dos meses después que los Estados Unidos invadieron Iraq, el Programa Petróleo por Alimentos fue terminado, las cuentas iraquíes en euros fueron cambiadas de nuevo a dólares, y el petróleo fue vendido una vez más únicamente en dólares estadounidenses. Ya no pudo el mundo comprar petróleo de Iraq con euros.  

 

La supremacía global del dólar fue una vez más restaurada. Bush descendió victoriosamente de un jet de combate y declaró cumplida la misión - él había defendido exitosamente el dólar estadounidense, y por lo tanto el Imperio Americano.

 

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