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Máximo Kinast Avilés

ENTREVISTA A FEDERICO MAYOR ZARAGOZA

"Han sido los países más poderosos los que han sustituido todos los pueblos (democracia a escala global) por unos cuantos (plutocracia); las ayudas por préstamos; los valores por las leyes del mercado…"

Revista de las Ciencias de la Documentación

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El Dr. Federico Mayor Zaragoza es Presidente de la Fundación Cultura de Paz y Ex-Director General de la UNESCO

Con la Fundación para una Cultura de Paz, constituida en Madrid en marzo de 2000, el Profesor Mayor continúa la labor emprendida como Director General de la UNESCO de impulsar  el tránsito de una cultura desde la violencia e imposición a una cultura de paz y tolerancia. La Fundación tiene por objetivo contribuir a la construcción y consolidación de una cultura de paz por medio de la reflexión, la investigación, la educación y la acción sobre el terreno. Su actividad se basa principalmente en la vinculación y movilización de redes de instituciones, organizaciones e individuos que se destaquen por su compromiso con los valores de la cultura de paz.

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, sin embargo, casi 60 años después de su aprobación no ha conseguido el objetivo que se proponía. Un texto que pretende garantizar su aplicación a todas las personas y alcanzar una igualdad que todavía es utópica. El deber de actuar está ahí, pero ¿Usted cree que desde los Gobiernos y agencias internacionales, ONG’s, y demás entidades se hace lo posible para garantizarlos?

La aprobación por la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Declaración Universal constituye, en mi opinión, el acontecimiento más relevante del siglo XXI. Para “liberar a la Humanidad del miedo y de la miseria”, como establece el preámbulo, se proclama la igual dignidad de todos los seres humanos. Seres humanos libres y que, “dotados de razón, se comportan entre sí fraternalmente”… La Declaración ha prestado ya un servicio inmenso a “los pueblos” –así se inicia la Carta de las Naciones Unidas- de toda la Tierra, constituyéndose en un punto de referencia ético, en principios que todos debemos incorporar a nuestro comportamiento cotidiano, en piedras angulares de la democracia genuina.

Han sido los países más poderosos los que han sustituido todos los pueblos (democracia a escala global) por unos cuantos (plutocracia); las ayudas por préstamos; los valores por las leyes del mercado… Pero es en épocas de crisis, de turbulencias y de opacidades cuando se aguza la creatividad y se hallan (o inventan) nuevas fórmulas: es lo que está sucediendo actualmente. En pocos años, la sociedad civil tomará en sus manos las riendas de su destino y consolidará auténticas democracias, en la que la gente cuenta y no sólo es contada en los comicios electorales.

Ello será posible por la participación no presencial que hacen posible las nuevas tecnologías de la comunicación (SMS e Internet); por la conciencia global que nos impide seguir de espectadores impasibles; y por la mayor participación de la mujer. Todo consiste, en el fondo, en pasar de súbditos a ciudadanos, de la fuerza a la palabra.

La cultura de paz, según sus propias palabras, puede resolver la bipolaridad actual entre ricos y pobres en nuestro planeta. Pero ¿qué puede hacer el ciudadano para ayudar a implantar la cultura de la paz en el Mundo?

Como antes indicaba, todo consiste en pasar de espectador a actor, de receptor a emisor. Actuar como Garcilaso cuando escribe: “¡Yo que tanto callar ya no podía!”. La participación implica educación, es decir, personas capaces de “dirigir con sentido la propia vida”, de reflexionar y no actuar al dictado de nadie sino en virtud de su propio razonamiento.

Personas que elaboran sus propias respuestas y se involucran. Personas conscientes de que, por pensar que es muy poco lo que pueden hacer, corren el riesgo de no hacer nada. ¡Y no!: hay que actuar, hay que contribuir, sabiendo que muchas semillas, aportadas una a una, pueden dar como resultado una gran cosecha; que granos de arena, uno a uno, cuando son miles y miles, pueden construir un gran edificio… La movilización de la sociedad civil no tardará en dejarse sentir. Me gusta repetir, con esperanza, que el siglo XXI será, por fin, el siglo de la gente.

La Globalización ha merecido la atención de muchos analistas, entre políticos, economistas, intelectuales diversos, etc. quienes han estudiado este fenómeno desde diferentes enfoques. Actualmente el término Globalización es uno de los más utilizados por los Medios de Comunicación. Para Usted ¿qué es la Globalización y por qué se produce?

¿Por qué en un mundo tan Globalizado se habla de desarrollo humano, si cada vez el hombre encuentra menos oportunidades para este?

La globalización ha sido una palabra inventada por quienes cambiaron, precisamente, los valores de justicia, igualdad y solidaridad por las leyes del mercado. Como consecuencia, el Estado-Nación se debilitó, transfiriendo buena parte de sus recursos (y poder) a grandes corporaciones transnacionales. Debilitaron igualmente a las Naciones Unidas, vaciando el “espacio global” de pautas y normas a seguir tanto en aspectos sociales como medioambientales… Más de 20 años de globalización han demostrado que las asimetrías no se han reducido sino que se han aumentado; la falta de previsión (China e India sobre todo) de las necesidades energéticas y nutritivas de buena parte de los moradores del planeta; las contradicciones propias de una economía de guerra, que tantos desgarros sociales ha producido y está llevando a cabo, demuestran hasta qué punto los pocos “globalizadores” han llevado al desastre a los muchos “globalizados”… Pero ahora, como antes indicaba, especialmente con una nueva Administración en los Estados Unidos, las cosas pueden cambiar en poco tiempo. Es previsible, como en los momentos tan críticos de la posguerra mundial, que se lleve a cabo un gran plan de desarrollo global, con grandes inversiones en instalaciones energéticas, en agricultura y acuicultura, producción y conducción de agua, en vivienda…

Es muy fácil manipular a un pueblo que está desinformado y no tiene la capacidad para acceder a una información veraz o, incluso si pudieran hacerlo, no tiene la capacidad para asimilar dicha información. La manipulación de la información constituye una severa violación a los derechos humanos y mantiene a los pueblos sumisos y en la pobreza material e intelectual.

Desde la Fundación Ciencias de la Documentacion creemos que los Medios de Comunicación deben cumplir su función básica de describir la realidad social de una forma objetiva y básica. En este punto salen a relucir las siguientes preguntas: ¿Cómo calificaría el poder real de los Medios en nuestra sociedad? ¿Hay cierta manipulación en los Medios que al final no conocemos la realidad?

El inmenso poder mediático se halla compensado por excelentes periodistas que no sólo describen fidedignamente lo que pasa sino que escriben sobre lo que, según su opinión, debería pasar. En su artículo 1º, la Constitución de la UNESCO establece, como uno de los requisitos para la construcción de la paz, la libertad irrestricta de opinión: “la UNESCO garantizará la libre circulación de las ideas por la palabra y por la imagen”. Hay que conocer la realidad para cambiarla. Sin embargo, es lógico que los medios de comunicación nos presenten lo que es noticia, es decir, lo extraordinario, lo insólito, lo atípico. En la comunicación, como en el diálogo, sólo cabe una exclusión: la de quienes imponen sus puntos de vista por la fuerza. Junto a la libertad de expresión el derecho a una información veraz y apropiada: es un disparate propio de los periódicos españoles de cualquier “afiliación” contener una serie de páginas centrales, con dibujos, fotografías y textos relativos a la prostitución de mujeres y hombres a los que tienen acceso niños y adolescentes, con graves riesgos para su formación y para la imagen, especialmente, de la mujer. Y toda esta vergüenza por unos denarios!...

Algunas de las acciones concretas de la Fundación Cultura de Paz se centran principalmente en los ámbitos divulgativo y educativo. La educación tiene unas consecuencias enormes en el desarrollo económico y social, a su parecer, ¿qué es la educación y para que sirve? ¿Cuáles con sus pilares para afrontar los procesos de cambio en nuestra sociedad?

La educación es el proceso que, a lo largo de la vida, nos permite actuar según nuestras propias reflexiones. Con frecuencia se confunde la educación con la formación, la instrucción y la información. Como se establece en el libro-informe presentado por la Comisión Jacques Delors sobre la “Educación siglo XXI”, se asienta sobre cuatro grandes pilares: aprender a conocer; aprender a hacer; aprender a ser, y aprender a vivir juntos. La educación sirve para liberar las alas de todos los seres humanos de adherencias y de lastres, para hacernos realmente libres. Para ser nosotros mismos. Sirve para formar una ciudadanía libre y participativa que pueda construir una democracia auténtica. Ciudadanos no silenciosos. El tiempo del silencio ha concluido. Ciudadanos y no súbditos, insisto. Y cuando hablamos de educación, además, me interesa subrayarlo, no nos referimos sólo a la educación en las aulas, en las escuelas, en los centros docentes. No. Educación sobre todo y de forma apremiante de los gobernantes, de los parlamentarios, de tal modo que sepan bien la urdimbre argumental de los temas sobre los que van a decidir y lo hagan guiados por los valores universales. “Es de necio confundir valor y precio”, escribió D. Antonio Machado en un Cantar que me gusta repetir. A este respecto, será progresivamente imprescindible que los gobernantes y parlamentarios utilicen la sabiduría y el conocimiento de la comunidad científica y académica, y la experiencia de la gente mayor.

El proyecto internacional iniciado por la Fundación Ciencias de la Documentación Información para el Cambio Ciudadano, que se concreta como una red formada por instituciones y profesionales de varios países, con soporte virtual por Internet y sesiones físicas en países seleccionados rotativamente en representación de cada continente, ha contado desde el principio con su conocimiento y apoyo, tanto personal como institucional. ¿Por qué la Fundación para una Cultura de Paz, que Usted preside, se ha unido a esta Red y ha participado en el I Encuentro Internacional InfoCC celebrado en la ciudad de La Paz, Bolivia en este año 2008?

Porque creemos en la movilización de los ciudadanos, que dejarán de ser impasibles, resignados, callados y obedientes… y tomarán, como es el caso del I Encuentro Internacional InfoCC celebrado en La Paz en 2008, las riendas del futuro en sus propias manos. Todo radica en un “Cambio Ciudadano”! Ciudadanos comprometidos, que com-parten, con-viven, que se des-viven en favor de los otros…

Para terminar, y según su opinión, ¿cuál debe ser la actitud del ciudadano ante la sociedad en la que vivimos? ¿Realmente el ciudadano y su actitud crítica y comprometida puede promover el cambio social que necesitamos en el Mundo?

Sin duda alguna. Lo he expresado a lo largo de esta entrevista: pasar de “observadores” a ciudadanos que opinan, que exigen, que forjan diariamente una comunidad más libre y justa… que hacen realidad aquella lúcida previsión de la Carta: “Nosotros, los pueblos...”.

1 comentario

Adriano -

He escuchado de una empresa de reparación de portatiles Mac, que ademas reparan portatiles a nivel de componentes , cortos cicuitos , graficas ….. mejor habla con ellos que te solucionaran el problema www.reparacion-mac.com o llama al 902 366 252 tengo entendido que solo trabajan para españa .